‘El restaurador de almas’ fue presentado hoy a través de videoconferencia al público melillense. Decía el director accidental de la UNED, Pepe Megías, que daba pena ver el Aula 10 vacía, pero en la pantalla del ordenador podía ver a un gran número de personas que querían acompañar a Toñy Ramos en su camino como escritora. El encargado de presentar la obra fue el neurólogo Jesús Romero Imbroda, que conoce muy bien la memoria y las enfermedades que la hacen desaparecer y que es el motivo del libro. Subrayó que esta obra es un desahogo para quien la escribe, pero también para las familias que viven una situación similar. Es un libro que habla de las diferentes memorias y del olvido.
Romero Imbroda explicó, como neurólogo, haber vivido la creación y la presentación de una obra con un vínculo con la neorología y con una enfermedad tan dramática como la de alzheimer de una forma especial. Explicó que se ha puesto en el lugar de la persona que lo padece y de la familia que cuida al paciente.
Resaltó que le ha encantado vivir esa experiencia de ver esta enfermedad desde un punto de vista figurado en el libro. “He visto esa transformación de lo literal a lo figurado”, explicó.
Romero Imbroda también explicó que ahora cuando una persona padece una enfermedad como el alzheimer se le trasmite de una forma directa y concisa. Aseveró que los tiempos en los que se ocultaba el diagnóstico ya pasaron. “El paciente y sus cuidadores deben tener toda la información posible porque no hay nada más que angustie a un ser humano como es la incertidumbre. Saber que se enfrenta a algo con nombre y apellidos es esencial, bajo mi experiencia”, afirmó.
La realidad, pero más dulce
En este sentido, el neurólogo comentó que cuando se da una noticia de este tipo se reciben preguntas durante todo el proceso, porque no es una visita puntual, sino que se acompaña de forma continua. Además, se aborda con estas familias la normalización de la enfermedad en la vida, porque ya no puede ser un tabú al formar parte de la existencia que podamos enfermar o que tengamos que acompañar a enfermos.
Por su parte, la autora de la obra aseguró que en las historias que se recogen en el libro hay una realidad, pero contada desde un punto de vista metafórico. Un ejemplo de ello es cuando habla de la estación, que en realidad es Urgencias del Comarcal o la estación 230, que es la habitación en la que estuvo ingresada su madre. Fue la enfermedad de alzheimer que ella padecía la que llevó a Ramos a reflexionar sobre la memoria y a escribir de ello en ‘El restaurador de almas’. Trata de contar una realidad muy dura para una familia, pero con unos tintes de figuración y poéticos para que, aunque haya que afrontar esa situación, se pueda suavizar.