Es una pena que el parón navideño llegue en un momento tan dulce de juego como el que atraviesa la UD Melilla en este último tramo liguero en el que ha sido capaz de encadenar cuatro triunfos consecutivos, tres de ellos ante los líderes del Grupo IV. Los de Juan Moya plantaron cara en su día al Albacete Balompié y al Cartagena, y en las tres últimas jornadas ha sido capaces de imponerse al Jaén, Almería B y San Fernando. Además con un fútbol de altura que hace concebir esperanzas de cara a una segunda vuelta que se presenta muy interesante.
La hora y el día hizo que asistiera menos público del habitual a pesar de que era el nuevo líder el que venía, pero los aficionados que acudieron al Municipal Álvarez Claro pudieron presenciar un gran partido de fútbol, sin lugar a dudas, el mejor de los hombres de Juan Moya hasta la fecha. La UD Melilla pasó como una auténtica apisonadora por encima de un equipo que llegaba al feudo azulino tras encadenar diez jornadas sin conocer la derrota en las que había cosechado siete triunfos y tres empates, además de ser el segundo equipo menos goleado del Grupo IV con tan sólo doce tantos encajados.
Nadie, incluido el técnico melillense como reconoció en la rueda de prensa posterior al choque, podía imaginar que el resultado iba a ser tan abultado ante un equipo con fama de rocoso y que llevaba más de tres meses sin perder fuera de casa, pero el fútbol es así de imprevisible. El Melilla dominó el choque en todas las parcelas desde el primer minuto de juego, en el que marcó César Díaz, hasta el último minuto del partido en el que el canterano Sidi anotó el cuarto tanto de su equipo, estrenándose así como goleador en la categoría de Bronce del fútbol nacional.
El partido pudo y debió quedar sentenciado en los primeros 45 minutos de juego, pero la falta de fortuna y de puntería hizo que al descanso se llegara con ventaja mínima en el marcador. No había dado tiempo para que los más rezagados tomaran asiento cuando al minuto del inicio, Velasco se apoderó de una pelota cerca de la linea divisoria del campo y dibujó un pase en profundidad para César Díaz quien se marchó por velocidad de los dos centrales para plantarse ante David Zamora al que batió de fortísimo disparo. El tempranero gol dejó algo noqueado al San Fernando y dio alas al conjunto azulino que se gustó sobre el terreno de juego.
El único acercamiento visitante llegó al cuarto de hora de partido cuando Carrión se resbaló justo cuando se disponía a golpear a puerta en inmejorable ocasión. A partir de ahí, la maquinaria melillista puso la directa para poner en jaque, una y otra vez, a la zaga gaditana que nada pudo hacer para frenar la avalancha local. Así, Nacho Aznar, que realizó un gran partido, se hizo con el cuero en banda izquierda, penetró en el área y conectó un derechazo que se marchó muy cerca del palo contrario. Tan sólo dos minutos después, en el 19, de nuevo César Díaz se marchó en velocidad de su par pero su disparo, algo forzado, se perdió junto al palo derecho del portal defendido por Zamora.
El Melilla seguía poniendo cerco al área isleña y, pasado el meridiano del primer acto, otra gran jugada local con Jairo, Velasco y Aznar como protagonistas, acabó con el cuero en saque de esquina tras reclamar los azulinos un posible agarrón a Nacho. A renglón seguido, otra buena triangulación del Melilla acabó con un centro a pie cambiado de Jairo Álvarez desde la derecha que César Díaz remató con la testa a las manos del meta gaditano. Casi sin tiempo para digerir la ocasión anterior, otra ofensiva unionista acabó con un disparo desde la frontal de un incansable César Díaz que el portero rechazó, el cuero cayó a los pies de Quique de la Mota que centró al punto penalti y de nuevo César conectó una volea que se marchó muy cerca de la portería visitante.
El Melilla seguía erre que erre y pasada la media hora de juego Nacho Aznar habilitó a Amarito, que completó otro partidazo, quien sirvió un balón de oro a Velasco que, con toda a su favor, golpeó fuera, desaprovechando una clara ocasión de gol. Al filo del 40, otra vez Nacho Aznar volvió a zafarse dentro del área de su marcador pero su disparo con la zurda se marchó al lateral de la red. Dos minutos después, Amarito subió por enésima vez la banda izquierda pero su centro chut lo paró con apuros Zamora. No hubo tiempo para más y el colegiado murciano Melgares de Aguilar, que fue muy protestado por el respetable, decretó el descanso de una primera mitad en la que el Melilla fue un auténtico vendaval.
Parecía que el paso por los vestuarios iba a variar algo el panorama puesto que el equipo de Masegosa salió algo más enchufado, con un Juanse que se mostró como el hombre más peligroso del San Fernando, pero sólo fue un espejismo que acabó cuando en el minuto 54 el meta azulino Munir montó un rápido contraataque al enviar sobre Velasco que pasó el cuero a una bala llamada Amarito, quien cedió sobre Nacho Aznar que fue objeto de un claro penalti al ser derribado dentro del área por Germán. Velasco se encargó de lanzar la pena máxima y con gran maestría batió a Zamora que se lanzó al lado contrario, estableciendo el 2-0 que dio más tranquilidad al equipo local y terminó de hundir a un desbordado San Fernando.
El visitante Juanse intentó en un par de ocasiones acortar distancias pero sin fortuna. Así, a falta de un cuarto de hora para el final, el incombustible Fausto Tienza robó una pelota en el centro del campo que cedió a Velasco quien habilitó con un pase interior a César Díaz que aprovechó la asistencia del cordobés para cruzar el cuero ante la salida de Zamora y anotar el tercer tanto de su equipo y el segundo en su cuenta particular. Tan sólo cuatro minutos después la estrategia estuvo a punto de funcionar pero el disparo de Luis Domenech se estrelló en el larguero.
A falta de dos minutos para el final del choque, los unionistas elaboran una jugada de 'play station' con Jairo Álvarez de protagonista que dejó en inmejorables condiciones un balón a Domenech pero el atacante azulino no estuvo acertado a la hora de conectar el disparo. Cuando parecía que el marcador no volvería a moverse, Luis Domenech se hizo con el cuero y casi desde la línea de fondo dibujó el pase de la muerte que Sidi supo aprovechar para enviar el cuero al fondo de las mallas visitantes para establecer el definitivo, merecido y hasta corto 4-0.
El equipo Todos los que saltaron al campo estuvieron a un altísimo nivel de juego
Sería injusto destacar a sólo un jugador en un partido en el que predominó sobremanera el juego colectivo, al margen de que en el aspecto individual los jugadores de la UD Melilla que saltaron al campo estuvieron a un nivel altísimo de juego. Desde Munir, que inició la jugada que propició el tercer gol, hasta el canterano Sidi que se estrenó como goleador en la categoría de Bronce del fútbol español, todos brillaron con luz propia ante un equipo que mantenía una racha de diez jornadas sin conocer la derrota y que llegaba precedido de una fama de conjunto rocoso, que nada pudo hacer para frenar la avalancha de juego que emanó el equipo que dirige el melillense Juan Moya, un técnico que no quiere que el equipo se aparte de la humildad.
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