Fomento y Obras

Reordenar una manzana entre Marqués de Montemar y Carlos V costará 741.490 euros

La reordenación de Carlos V y Marqués de Montemar entre las calles Marqués de los Vélez y la plaza de la Goleta se ejecutará con un presupuesto de licitación de 741.496 euros, según se indica en la Plataforma de Contratación del Estado, que añade que serán cinco los meses necesarios para la puesta en marcha de estas actuaciones. El objetivo es convertir todos estos puntos en una plataforma única, al igual que el resto de las obras ejecutadas en el barrio del Industrial en los últimos meses.

Por otro lado, la Plataforma de Contratación del Estado ha publicado que se ha alargado el periodo de días para que las empresas puedan presentar sus ofertas por este proyecto. No se habían publicado todos los documentos informativos y, por ello, quedará abierto el plazo hasta el martes 21, seis días más de lo previsto.

En ambas calles habrá un único carril central para el tráfico rodado de 3,5 metros de ancho y una doble banda de aparcamientos en batería de 4,9 metros. Las aceras serán de 3 metros ampliándose en las intersecciones de la calle con las transversales a través de las orejetas. Los espacios entre la carretera y la zona peatonal estarán determinados por el arbolado, las farolas y el mobiliario urbano.

Además, el proyecto recoge que en la calle Carlos V se conforma un espacio público en planta triangular que se dotará de una pérgola decorativa, arbolado y mobiliario urbano para convertirlo en una zona de descanso.

Con esta obra se van a renovar el alumbrado público, se creará una red de distribución de agua para el riego, se extenderá la red de fibra óptica, se modificará la red de saneamiento y se instalarán contenedores soterrados.

“Dada la magnitud de esta zona de actuación”, según indica el proyecto, la ejecución se dividirá en dos fases. La primera de ellas se desarrollará en la calle Carlos V desde la plaza de la Goleta hasta la calle Marqués de los Vélez. La segunda irá de Marqués de Montemar desde la calle Teniente Bragado hasta la calle Marqués de los Vélez.

La historia del barrio

El barrio Industrial se ha ido reconvirtiendo en las últimas décadas, pasando de ser una zona dedicada a elaboración de conservas y salazones, talleres de reparación de automóviles y otros usos similares, a ser un barrio netamente residencial, dotado también de actividad comercial y hostelera.

En la actualidad sus edificios se han venido renovando, siendo una zona de notable interés para quienes desean adquirir una vivienda, si bien quedan aún un cierto número de solares sin edificar y de edificios antiguos de planta baja, destaca el proyecto.

En esta zona se detectan fundamentalmente dos problemas. Por un lado están las calles con una urbanización inadecuada y, por otro, cuenta con un gran déficit de zonas verdes y espacios libres.

Esta situación se basa en la escasa anchura de las aceras de los principales viales, como Marqués de Montemar y Carlos V, así como su falta de arbolado y mobiliario urbano, contando en algunas de ellas con dos anchos carriles de tráfico, lo que favorece la existencia de numerosos aparcamientos en doble fila, provocando constantes y peligrosos cambios de carril. A ello se une una baja calidad estética y de materiales para una zona residencial de este interés.

Por todo ello, el proyecto destaca que los espacios públicos del barrio Industrial se destinan muy mayoritariamente a los vehículos, tanto para su circulación como para su aparcamiento, siendo mínimos los espacios destinados al peatón, fundamentalmente aceras estrechas, sin ninguna plaza o zona de encuentro, descanso y relación de los vecinos.

Por otra parte, en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Melilla se contempla una red viaria de carril-bici, ya que se ve a este vehículo como medio de transporte cotidiano con un considerable potencial para conseguir mayores cotas de sostenibilidad en la movilidad urbana.

Además, los objetivos de Medio Ambiente son conseguir una transformación del conjunto del barrio encaminada a lograr una urbanización armónica, con aceras más anchas y numerosos espacios de estancia y relación para todas las edades, complementados por las terrazas hosteleras que podrán instalarse en los mismos. Todo ello sin renunciar al uso ni al aparcamiento del vehículo en el interior del barrio

Ya han sido proyectadas y ejecutadas dos primeras actuaciones en el barrio: un tramo de la calle Marqués de Montemar y la creación de dos plazas peatonales en las calles Conde de Alcaudete y Pedro Navarro, entre las calles Marqués de Montemar y Carlos V. Además, se ha finalizado ya la nueva ordenación de la calle Marqués de los Vélez entre el paseo Marítimo Francisco Mir Berlanga y calle General Astilleros.

Estas vías tienen una intensidad de tráfico rodado importante que circula por el interior del barrio, al atravesarlo la primera transversalmente en su totalidad con una conectividad directa con todo el tráfico que proviene de las calles General Polavieja, Hospital Militar y Álvaro de Bazán, y longitudinalmente la segunda. Representa igualmente un gran problema el constante aparcamiento en doble fila, que da lugar a atascos constantes. Las aceras y calzadas se encuentran en un estado lamentable de conservación, subraya el proyecto. De hecho, indica que en la calle Marqués de Montemar las aceras en general son de anchura comprendida entre 1,60 a 1,80 metros, mientras que en la calle Carlos V lo son de 1,85 a 1,90 metros, reduciéndose aún más por la invasión de la parte delantera de los vehículos al aparcar en batería, por la ubicación inadecuada de farolas, bancos, papeleras...

La única zona donde no se actúa es sobre el pavimento de la gasolinera existente, por la dificultad que entrañaría cualquier actuación debido a los depósitos enterrados de combustible existentes.

Las obras en Alfonso Gurrea, Conde de Alcaudete y Pedro Navarro serán 8 meses

Esta semana ha finalizado el periodo para entregar ofertas por parte de las empresas interesadas en el proyecto de nueva ordenación de las calles Alfonso Gurrea, Pedro Navarro y Conde de Alcaudete entre el Paseo Marítimo y la calle Marqués de Montemar. El importe de licitación de la obra es de 1.148.891 euros y tienen prevista una duración de ocho meses.

El proyecto, publicado en la Plataforma de Contratación del Estado, recoge que esta nueva intervención sería la cuarta fase del proceso de remodelación del barrio del Industrial.

El cambio que se prevé en estas vías supone la instalación de una plataforma única con un carril central de tráfico rodado y doble de banda de aparcamientos en batería y en línea (según el lugar) y aceras ampliadas con orejetas en las esquinas.

También se propone la creación de una plataforma única en la calle Teniente Morán, con un carril central de tráfico y una banda de aparcamientos en línea.

La separación entre el tráfico peatonal y el de los vehículos se realizará mediante arbolado, columnas de iluminación y mobiliario urbano.

Uno de los objetivos de esta renovación incluye cambiar el sistema de alumbrado público actual por otro de tipo led, así como la red de riego y la modificación de la red de saneamiento para adaptarla a las nuevas necesidades, y aprovechar para extender la fibra óptica de la Ciudad.

Los antecedentes

Los objetivos que se pretenden conseguir con esta intervención en el barrio son: mejorar la movilidad, establecer corredores peatonales, crear itinerarios peatonales accesibles, potenciar el urbanismo de proximidad, reducir la velocidad de circulación en estas calles y adaptarse al Plan de Movilidad de la Ciudad de Melilla.

Por otro lado, el proyecto publicado en la Plataforma de Contratación del Estado recoge que el barrio del Industrial ha sufrido grandes cambios en las últimas décadas pasando de solares vacíos, pequeñas empresas de conserva y salazones y talleres de reparación de automóviles a un barrio netamente residencial.

Aunque cuenta con numerosos servicios, las aceras y las calzadas se encuentran en un estado “lamentable” de conservación. Las aceras suelen estar entre los 1,5 y los 2 metros, pero se ven reducidas por la invasión del espacio de los coches al aparcar en batería, así como por la instalación papeleras, farolas o terrazas de empresas de hostelería.

Además, el tráfico en el barrio es de alta intensidad y de alta velocidad para ser un barrio residencial. Se suele usar estas calles para llegar al Hipódromo. También es un problema que los coches aparquen en doble fila en las calles más anchas. Todo ello lleva a modificar estas vías para dar más espacio al peatón y reducir la circulación.

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