“Recomiendo a los melillenses vivir muy bien la esperanza del adviento para llegar a una gozosa Navidad”

Eduardo Resa, vicario de Melilla y con más de cuarenta años dedicado al sacerdocio, siempre con esta inquietud en el corazón: no sabe cómo podrá agradecer al Señor todo el bien que le ha hecho. En 2005, una enfermedad pulmonar le obligó a solicitar destinos más cálidos y acabó en Málaga Torremolinos, Marbella, Vélez Málaga, donde estaba muy feliz cuando el obispo lo trasladó a Melilla. Solo tiene palabras de agradecimiento para los melillenses y mantiene excelente relación con todas las confesiones. Siempre muy ocupado, con la sensación de no llegar a todo, pero nos ha regalado un poco de su tiempo y nos ha concedido esta entrevista.

-Las luces de Navidad en la ciudad de Melilla se han encendido. Pero tal vez sean pocos lo que saben qué celebración litúrgica empieza hoy...

-No cabe duda de que adviento es un periodo que se descuida y no es muy conocido, o no lo suficiente. El adviento comienza hoy día dos de diciembre a las cinco de la tarde y termina el día 24 de diciembre también a la misma hora. Es un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo, del niño Jesús, humilde, inerte en un portal. El adviento es un tiempo que nos propone la iglesia para prepararnos en la gran fiesta del nacimiento de Jesús, hecho niño por amor a todos nosotros. Y lo que es impresionante es que este amor es para siempre. Es un misterio muy grade que no cabe en cabeza humana y al que no podemos ni debemos acostumbrarnos.

-Es tiempo para rezar y recordar el misterio.

-El adviento es un periodo cristiano de preparación a la natividad de Cristo en Navidad. La palabra adviento viene de la palabra latina adventus que significa “venida”. El misterio del nacimiento de Dios es tan grande que la iglesia nos concede este tiempo de preparación al misterio son los cuatro domingos que anteceden las misterio de la Navidad.

-Los escaparates ya están decorados, las luces por la calle ya se encendieron en la ciudad de Melilla pero muchos descuidan lo esencial… sin querer tal vez…es el ambiente consumista y de jolgorio que no envuelve...

-Las celebraciones, cenas de empresa de Navidad..., todo eso que acompaña la Navidad está muy bien, pero siempre que no descuidemos nuestro interior y no perdamos de vista lo que realmente se celebra. La próxima semana tendremos un macro puente y parece que mucha gente lo toma como un prefestejo navideño. Todo este consumismo desenfrenado nos ciega y nos hace perder el verdadero sentido de lo que acontece: el 25 de diciembre Navidad y va a nacer el salvador de mundo. Es un hecho muy gordo para todos los cristianos. A mí me gusta decir que la Navidad es como un diamante, cargado de misterio, de fe, alegría y fraternidad. Yo vi ya un árbol en un cetro comercial a finales de octubre y me quedé muy sorprendido. Sé que en estas fiestas se genera mucho movimiento económico, pero repito, no podemos perder de vista lo esencial, la Navidad no es solamente una fiesta de papas noeles, comer, beber, comprar y regalar. Todo ello está bien si es una manifestación de la alegría que llevamos en el corazón. Regalar, festejar y todo ello sin tener al niño Dios en el corazón no tiene mucho sentido para un cristiano.

-¿Usted recomendaría alguna tradición cristiana que nos ayudara a preparar bien el adviento?

-La corona de adviento es lo típico de este momento. Las cuatro velas simbolizan la luz de la fe que se llena de alegría con la llegada del Señor. Pues como son cuatro domingos y cada uno está representado por una vela, es muy gráfico y muy fácil de entender así como que hace muy amable la espera. Cada domingo se enciende una vela hasta llegar al último domingo que tendremos las cuatro encendidas. Ya sea la corona como la vela están llenas de simbolismo. La corona está hecha con hojas perennes que significa que la vida continua.

-Usted recomienda está tradición. Es verdaderamente algo precioso, entrañable y bonito.

-Se puede hacer una corona con los ramos verdes de los bosques de nuestra ciudad. Como son cuatro domingos, cada uno será representado por una vela. Las velas tienen su propio simbolismo. La vela de color morado llama a la conversión de los corazones. La segunda vela será verde, que simboliza la esperanza. La tercera roja, que simboliza la alegría por el nacimiento del niño. Y la ultima vela es blanca, que significa que Dios está con nosotros, La vela blanca se llama la “vela de Cristo” y representa la vida de Cristo, que es nuestro salvador puro y sin pecado.

-Muy plástico, entra la fe por los ojos…

-En definitiva, son tradiciones cristinas que nos ayudan a preparar el corazón.

Los niños disfrutan un montón con estas tradiciones y con ellas le enseñamos muchas cosas. Es una gran catequesis.

-Los belenes empiezan ya a ponerse en las casas y los escaparates.

-Yo aconsejo que en todos los hogares cristianos se ponga el Belén y la casa va cogiendo tono del verdadero significado de la Navidad.

-¿Qué es la usted la Navidad?

-La Navidad es un gozo espiritual del Dios con nosotros. Como sacerdote tengo que decir que me gusta mucho. Es el acontecimiento más grande de la historia del mundo. Dios viene a salvarnos. Yo soy un sacerdote enamorado del Señor, que se manifiesta en la eucaristía…, pero no os oculto que en estas fechas me podría poner muy triste porque muchos de mis seres queridos ya murieron. La añoranza, la nostalgia, se puede adueñar de nuestros corazones.

-Usted es sacerdote, pero siente como todos…

-Cuando celebro con mi familia la Navidad no puedo dejar de acordarme de los que ya no están, pero también me gusta ver a los niños que han nacido, que no es que suplan, porque que los que no están no están, pero no podemos paralizarnos pues la Navidad es gozo y alabanza, no solo nostalgia.

-Hay que dar la vuelta la esta añoranza y hay que centrarse en el amor.

Echamos de menos a los que no están pero hay que ir más allá. Hay que vivir muy bien la esperanza del adviento para llegar a una gozosa Navidad.