La asociación de padres quiere que el centro explique por qué no avisó de que no iba a renovar el contrato a la cocinera y a dos tutoras que atendían a niños de uno a dos años.
Fin de curso caldeado. La asociación de padres y madres de la guardería militar de Melilla tiene recogidas 35 firmas contra el despido de cinco trabajadores del centro: la cocinera, Josefa García Lorca, dos profesoras que atendían a bebés de entre uno y dos años, una limpiadora y un pinche de cocina.
Con esas 35 firmas pretenden que la dirección de la guardería militar readmita a los trabajadores despedidos por no renovación de contratos o, en su defecto, les dé una explicación de lo ocurrido.
“El 31 de julio pasé por la mañana por la guardería y pregunté a las tutoras de los niños de uno a dos años si seguían el próximo curso y me dijeron que no sabían nada. No las despidieron hasta las cuatro y media de la tarde de ese día, cuando ya los padres nos habíamos ido de vacaciones”, explica a El Faro Milagros Belmonte, presidenta de la asociación de padres de la guardería militar.
En cuanto se enteró de los despidos, Belmonte intentó ponerse en contacto con la directora del centro, Vanessa Sandoval.
“Nos dijeron que nos iban a atender del 1 al 5 de este mes. He llamado y no cogen el teléfono en la guardería. También me he puesto en contacto con la empresa Kidsco (la empresa madrileña adjudicataria de la gestión de la guardería pública militar de Melilla). Les he mandado dos correos electrónicos y no me contestan”, añade la presidenta de la asociación de padres y madres de la guardería militar.
“Mi hijo no se va a ubicar”
En opinión de Milagros Belmonte, “Kidsco debería estar orgullosa de que los padres protestemos por el despido de dos profesoras, porque nosotros tenemos hijos que no hablan (son bebés). Eso es señal de que las cosas se han hecho bien”, insiste.
La dos tutoras despedidas de la guardería militar de Melilla atendieron este curso a los 32 niños de uno a dos años que tiene el centro, pero venían con ellos desde que empezaron en la escuela.
“Mi hijo, que no cumple dos años hasta diciembre, ha aprendido con ellas a lavarse las manos, a saludar, a colorear, a sentarse a ver los dibujos, a prestar atención a un cuento y hasta sabe coger el tenedor, que antes no lo cogía”, afirma Belmonte.
Al hijo de la presidenta de la asociación de padres de la guardería militar le costó adaptarse cuando entró en el centro por primera vez. “Lleva dos años seguidos con la misma tutora. Ahora me temo que no se va a ubicar con una profesora nueva. Tengo miedo de que no se acostumbre porque ellos asocian el colegio con las caras de las profesoras que los atienden desde las 7.30 hasta las 15.30 horas”, explicó Milagros Belmonte a El Faro.
Ninguno de los despidos de la guardería militar fue comunicado a la asociación de padres ni se debe, según Belmonte, a causas económicas porque las tutoras han sido reemplazadas por otras.
A partir del 3 de septiembre próximo, cuando empiece el curso escolar, en la guardería habrá seis tutoras (el mismo número que este curso) y un apoyo (este curso eran tres).
En caso de que las profesoras despedidas por no renovación de contrato no sean readmitidas, la asociación de padres adelanta que seguirá reclamando por la vía administrativa.
Sin tiempo para cambiarse
“Lo peor de todo es que la directora de la guardería ha esperado a que acabara el curso para firmar los despidos. Si lo llega a decir antes, nos habríamos llevado a nuestros hijos a otro centro, pero a estas alturas ya ha cerrado el plazo de matriculación en el resto de guarderías de Melilla”, aclaró Milagros Belmonte a El Faro.
La última reunión de padres de este curso se celebró el 26 de julio en la guardería militar y “no dijeron nada de los despidos que se han producido”, se queja la presidenta de los padres.
Este periódico se puso ayer en contacto con la directora de la guardería militar de Melilla, Vanessa Sandoval, y ésta declinó hacer declaraciones sobre el tema de los despidos de cinco trabajadores o las quejas de la asociación de padres. “Yo sólo soy la directora. No tengo nada que decir. Lo siento”, se disculpó.
Una guardería abierta hace 2 años
La guardería para hijos de militares de Melilla se inauguró en septiembre de 2010 y dispone de 84 plazas (este curso, 12 para bebés de cero a un año; otras 32, de uno a dos años y las 40 restantes, niños de dos a tres años).
Ubicada en la carretera de los cuarteles, la guardería militar de Melilla costó al Ministerio de Defensa 1,9 millones de euros y es una de las 25 de su tipo que se han construido en España, adaptada a horarios de los militares.
Los padres que llevan a sus hijos a la guardería militar de Melilla pagan una cuota mensual de 98 euros, frente a los más de 200 euros que cuesta mensualmente una guardería privada en la ciudad autónoma.
“La guardería militar está muy bien. Los pediatras dicen que es la mejor de Melilla. Tiene una cocina impresionante, como los chorros del oro, y un patio con césped y columpios para los niños”, asegura Milagros Belmonte, presidenta de la asociación de padres del centro.
“Lo ideal, mantener las figuras de referencia del niño”
La psicóloga María José Catalán Frías, consultada por El Faro sobre cómo influye el cambio de tutores en bebés, desaconseja cambiar de profesores en las guarderías. “Lo ideal es que se mantengan las normas, rutinas, horarios y figuras de referencia de los niños en el ámbito escolar, para disminuir la sensación de abandono que sienten cuando empiezan a ir a la guardería, por primera vez o de vuelta de vacaciones”.
Mantener el mismo tutor, sobre todo en la educación de niños pequeños, es fundamental, añade Catalán Frías.
“En los primeros años se guarda mucho que los tutores sean siempre los mismos porque los niños aprenden de una figura que han tomado ya como referencia”, explicó Catalán Frías a El Faro.
Menos problemas ve en el cambio de tutores a los niños de uno a dos años la también psicóloga Ángela Ruiz Argüello. En su opinión, “no debe haber ningún problema con el cambio de tutor si la persona que sustituye a la que estaba sabe ganarse a los niños y sabe hacerlo bien. Ellos se acostumbran pronto a los nuevos monitores”, dijo a El Faro.
Expertos en educación infantil recomiendan a los padres que llevan a sus hijos por primera vez a la guardería que aunque tengan ganas de llorar al dejar a los niños, intenten demostrar “confianza y seguridad” y les hablen de manera positiva sobre la nueva etapa que comienzan.
Es recomendable, además, visitar la escuela con el pequeño antes de comenzar las clases; contarles historias de niños que van por primera vez a la guardería y enumerarles las cosas buenas que aprenderán en el centro educativo.
Es fundamental, según los expertos, mantener una estrecha comunicación con los profesionales que atienden a los bebés en la guardería para que la adaptación sea más fácil.
En este sentido, la empresa Kidsco, gestora de la guardería militar de Melilla (acaba de cambiar a dos tutoras que llevaban dos cursos trabajando con niños de hasta dos años) tiene experiencia en la educación de menores de entre cero y tres años ya que también se encarga de escuelas infantiles en Murcia, Córdoba o Madrid.
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