A pesar de la baja afluencia turística que recibe Melilla, el sector de los viajes y el ocio es de los que representa mayores oportunidades para la recuperación económica de la ciudad.
El turismo como alternativa al comercio transfronterizo es clave para la revitalización, aunque en todo el 2019 se registraran apenas un total de 67.179 viajeros y 139.545 pernoctaciones, con una estancia media de 2,08 días. De hecho, los turistas nacionales son el doble que los extranjeros y en pernoctaciones, los triplican.
A tenor con el análisis del Plan Estratégico 2020-2029, actualmente el turismo muestra una estacionalidad menos acentuada que en otros destinos peninsulares, pero más marcada que en Ceuta.
La oferta del sector cuenta en Melilla con una decena de establecimientos (5 hoteles y 5 hostales o pensiones) con una capacidad total de alojamiento de 839 plazas. El 81% de esa cantidad se encuentra en los hoteles.
Concretamente, existen en la ciudad dos hoteles de 4 estrellas (Tryp Melilla Puerto y Rusadir); otros dos de 3 estrellas (Ánfora y Parador de Melilla) y uno de 1 estrella (Nacional). La dotación de la mayoría de estos hoteles es básica: salones, restaurante, cafetería y piscina (en solo dos de ellos).
Asimismo, esta oferta es complementada por un conjunto de viviendas de uso turístico y habitaciones que se promocionan a través de plataformas digitales de alquiler de corta estancia. Se trata de alrededor de 57 alojamientos que comprenden 215 plazas. La mayoría de ellos se ubica en el entorno de Melilla La Vieja y del Paseo Marítimo.
Cómo darle a Melilla más atractivo turístico
La estrategia para la presente década calcula que hará falta un presupuesto de 22.2 millones de euros para configurar un sector turístico solvente centrado en los atractivos singulares de Melilla en su condición litoral, en su patrimonio y en su Africanidad.
De ese total, 2.25 millones de euros buscarían mejorar la imagen turística de Melilla e impulsar estrategias de promoción y comercialización en línea con el nuevo modelo turístico de la ciudad.
Otros 2.25 millones serían para la creación de productos turísticos y actividades de ocio de interés; y 5.85 millones, para reforzar significativamente la oferta de actividades y de dotaciones de alojamiento a través de resorts y de hoteles de categoría superior, así como la de restauración, con el aumento del número y la calidad de bares y restaurantes.
En tanto, 4.5 millones de euros se dedicarían a mejorar los dispositivos de inteligencia turística para hacer de Melilla un Destino Turístico Inteligente; y 3.5 millones para ampliar el espacio turístico de Melilla con la optimización del aprovechamiento del patrimonio cultural material e inmaterial.
En ese sentido, se ha pensado específicamente, por ejemplo, integrar algunos barrios de elevada significación histórica y estética en la ciudad (Matelete, Ataque Seco, Barrio Obrero, Barrio Hebreo, etc.), con la adecuación previa de las infraestructuras territoriales que garanticen la calidad de la experiencia turística.
De hecho, se considera necesario invertir unos 2.5 millones de euros para mejorar las infraestructuras y equipamientos turísticos locales, así como la accesibilidad a los recursos turísticos existentes; y dedicar 1.35 millones a apoyar el emprendimiento en este sector.
Para atraer la atención de turistas foráneos procedentes de media o larga distancia, hará falta potenciar al turismo cultural sostenible, y el de convenciones y eventos (deportivos, culturales, etc.) de pequeño y mediano tamaño, y de elevado gasto medio diario en destino. Además, será útil fomentar la celebración de reuniones de contenido euro-africano en ámbitos como la política, la cultura o la ciencia.
Claro que esto pasa por el tan exigido favorecimiento del acceso aéreo mediante infraestructuras, servicios y reducción de precios, y la exploración de las posibilidades de un muelle de cruceros, también abordados en el Plan Estratégico.
Reformular la imagen de la ciudad
La imagen tanto interna como externa de Melilla está sujeta mayormente al concepto de "ciudad-frontera", pero esto no es todo lo que representa. De hecho, esta imagen casi únicamente basada en los problemas fronterizos ligados a la inmigración ilegal, la valla o la inseguridad, omite que la ciudad es más que "la España africana" o "Ventana de Europa y puerta de África".
Según deja claro el Plan, Melilla es también una ciudad buena para hacer negocios. Es un destino turístico amable y acogedor, pero desconocido. Es un lugar con un relevante patrimonio cultural asociado a sus elementos de carácter defensivo-militar y a la arquitectura modernista.
Si bien por su singular fiscalidad Melilla es además promocionada como una ciudad barata para comer y comprar, donde los precios son más bajos que en la península, al turista no solo se le seduce con las facilidades de un consumo básico, sino con las posibilidad de adquirir exclusivos productos de lujo o de artesanía local.
Sin dudas, otra de las fortalezas de la ciudad, que no pocos ven solo como fuente de contradicciones, es su multiculturalidad. La convivencia de cuatro culturas (cristiana, musulmana, hindú y hebrea) en Melilla constituye uno de sus elementos más llamativos para los turistas y no debe faltar en ninguna imagen que se haga de ella.
Al hilo de lo comentado por al pan pan y al vino vino, seria deseable evitar esa sensación tan dañina para el foráneo y el autóctono de la omnipresencia de chavales y despojos sociales que nos envían desde el otro lado tan gentilmente mientras ellos invierten en proyectos para captar turismo de alto standing y restringir mediante horarios en centros de acogida o con otras estrategias ese descontrol sin pies ni cabeza que padecemos.
El modelo a seguir a mi juicio debería ser implantar el modelo Gibraltareño o mejor aún el Andorrano aunque fuera a menor escala basado en ofrecer una gama amplia de marcas y productos de calidad en ropa, complementos, artículos de deporte, caza, bebidas, joyería y relojería, productos de camperizacion, tunning, para moteros, bicicletas, etc...
Todo ello con transportes asequibles y cierta laxitud en controles aduaneros al retorno a la península porque no se puede ser más papista que el papa y abrir la mano en la frontera andorrana o gibraltareña y aquí o a la vuelta de Ceuta apretar las clavijas a los viajeros.
Todo lo expuesto en el articulo, es importante, pero lo que más con diferencia, abaratar el precio del transporte y evitar tanto mena pululando por la ciudad. Ya que la imagen que dan, tapa la imagen del modernismo, la de la multiculturalidad, la del clima tan bueno que tenemos, etc.
Por favor empecemos la casa por los cimentos.