Quevedo dice que en junio la desaladora “cierra y nos quedamos sin agua”: no hay plan alternativo

El consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, aseguró este jueves que el contrato de la empresa que lleva la desaladora termina en junio y que no hay tiempo para sacar el proyecto de ampliación del cuarto módulo y llevar a la vez el servicio de la planta. Aseveró que la Dirección General del Agua del Gobierno central deberá dar una solución a este tema porque, en caso contrario, la planta cierra y “nos quedamos sin agua”. Además, lamentó que, de momento, no haya un plan alternativo.

También comentó que sí se podría ampliar el contrato actual pero para ello se necesita que la empresa esté de acuerdo, “y no han hablado con ella aún” y hacer una tramitación administrativo que debe cumplir unos plazos y sólo quedan tres meses para ello.

Quevedo aseveró que, no es que no haya tiempo administrativo para sacar a licitación la obra más el servicio de la desaladora, remarcó que es no hay plazos para sacar ni el servicio normal a adjudicación. Subrayó que el Gobierno central deberá buscar la fórmula para evitar que la desaladora deje de producir agua, como adjudicando ese servicio a una empresa pública como Tragsa.

El proyecto del PP

Quevedo indicó que el proyecto de la Ciudad y del Gobierno central del PP era reducir el consumo de agua potable en Melilla y aumentar la desaladora con el cuarto módulo para lograr que todo el agua que llegue a las casas sea desalada y, por lo tanto, “de gran calidad para los usuarios”.

El consejero de Medio Ambiente aseguró que, como el contrato de la empresa que lleva la desaladora termina el 7 de junio, tras doce años de servicios, el objetivo del Gobierno local y central era que ese mismo día entrara el nuevo contrato en el que se incluyera la ampliación de la desaladora. Tras un año y medio de obras, para finales de 2020 se contaría con una producción que pasaría de 20.000 metros cúbicos a 32.000 metros cúbicos de agua. Por ello, para enero de 2021 se habría bajado el consumo con varias medidas y aumentado la producción.

Quevedo incidió en que todos estos plazos se han ido cumpliendo porque el PP ha redactado todos los proyectos, que son complejos porque debe pasar muchas autorizaciones al estar la desaladora en una zona de especial conservación (ZEC). Remarcó que se contaba con la autorización ambiental en el último de los proyectos redactados por su Ejecutivo.

No hay nada

Pero hubo un cambio de Gobierno el pasado julio y al entrar el PSOE en el Ejecutivo central “no se ha hecho nada, incluso podría decir que se ha ido para atrás”.

Medio Ambiente se reunió con la Dirección General del Agua en julio para que viera la importancia del proyecto y que, si no podía ser en septiembre, que fuera en octubre cuando saliera a licitación la obra y el servicio de la desaladora.

Quevedo dijo que el primer paso que se tenía que hacer esa dirección era un convenio con la Ciudad, ya que es ésta la que compra el agua, y que tiene cuatro hojas. Incluso apuntó que Ceuta tiene uno y se podría haber copiado.

Sin embargo, ese acuerdo no llegó en agosto, a pesar de que se solicitó por Quevedo, ni en septiembre. El consejero apuntó que escribió al director general del Agua el 3 de octubre y éste no les respondió hasta el 18 de ese mes asegurando estaban trabajando en ello y que lo enviarían en breve.

Pero el titular de Medio Ambiente dijo que nunca llegó ese borrador de convenio y, por ello, lo tildó de “una dejadez absoluta”.

De hecho, Quevedo dice que es “incomprensible” esta actitud porque estamos a final de febrero y en junio “se cierra la planta y nos quedamos sin agua”.

Reiteró que no hay tiempo ni de tramitar un contrato para el servicio normal de la desaladora. “Cuando en octubre no sacan a licitación este proyecto, ya saben que no llegan”, insistió.

Aunque el consejero explicó que algo deberá hacer el Ejecutivo central, ya sea tramitar por emergencia o una encomienda de gestión a una empresa pública. De hecho, cree que hace meses que debían haber pensado en ello.

El Gobierno, en funciones

Pero todo esto se complica más, según Quevedo, porque el Ejecutivo va a estar en funciones en pocos días y no habrá un nuevo Gobierno central hasta junio siendo las elecciones a finales de abril. Aseveró que será difícil hacer todos estos trámites con personal en funciones o que acabe de llegar.

“Tenemos un problema muy grave por una absoluta dejadez y por un absoluto abandono al problema del agua en Melilla, cuando estaba preparado todo y sólo tenían que hacer un convenio con la Ciudad y un pliego normal como el que se hace con cada obra”, insistió el consejero.

“El plan era que el 7 de junio se iniciara la obra de ampliación y ahora estamos esperando que alguien nos diga si ese día la desaladora seguirá funcionando”, remarcó el titular de Medio Ambiente. Aseveró que ese día “se cierra”, aunque al ser un servicio básico no cree que lo vayan a hacer. Pero se preguntó cómo se va a resolver este tema porque “la situación va a ser “de una irregularidad administrativa”. “No voy a decir que el Ejército se vaya a tener que hacer cargo, pero poco le va a faltar”, afirmó.

“Un absoluto desastre la gestión del agua potable desde que llegó el PSOE al Gobierno”, añadió el consejero.

Por todo ello, Quevedo lamentó las declaraciones de la secretaria general del PSOE, Gloria Rojas, que criticaba la gestión de la Ciudad en el tema del agua potable, cuando se trata de una competencia del Estado. “Se atreve a hablar del agua cuando debería meterse en un agujero”, añadió. Y también dijo que no comprende dónde está la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, para decir qué va a pasar con este asunto.

Un año perdido para contar en el grifo con agua 100% mineral

“Se ha perdido un año”. Así de contundente fue ayer el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo que aseguró que si los trámites para la licitación de la obra de ampliación de la desaladora hubieran empezado en septiembre, se hubieran cumplido los plazos marcados por la Ciudad y se contaría con agua 100% mineral en los grifos de las casas para inicios de 2021. Sin embargo, subrayó que al no estar esa licitación realizada, se va a retrasar todo este proceso.

La idea del Gobierno local era que para finales de 2020 se contara con la ampliación de ese cuarto módulo de la desaladora ya terminado. Pero Quevedo cree que llegará un año más tarde y que será el Ejecutivo central del PP que salga de las próximas elecciones el que recupere el plan diseñado por Melilla para mejorar el suministro del agua potable. Aseveró que el primer día que el PP esté en el Ejecutivo central irá a la Dirección General del Agua para solicitar la licitación de la obra de ampliación del cuarto módulo de la desaladora.

El proyecto del Ejecutivo local es que se pase de lo 20.000 a los 32.000 metros cúbicos la producción en la planta al sumar una línea más. Pero el consumo de los melillenses es de 38.000 metros cúbicos por lo que se insistirá en bajar ese número.

De hecho, Quevedo comentó que ya ha bajado el consumo un 5,03% entre el 2017 y el 2018, a pesar del incremento de población. Dijo que se han reducido al día 1.760 metros cúbicos de agua, que son seis veces los que se saca del agua de Trara. Hizo hincapié en la importancia de este ahorro.

El consejero explicó que las medidas que se han adoptado para reducir ese consumo son incrementar los controles para detectar enganches ilegales y mejorar las inspecciones. Además, dijo que la construcción de una red de tuberías de agua terciaria permitirá regar todos los parques y jardines con agua de la depuradora. Eso supone un ahorro de unos 2.000 metros cúbicos de agua potable, que en unos meses se podrá ampliar a unos 5.000.

Con todas estas medidas, el titular de Medio Ambiente dijo que se disfrutará de agua potable de gran calidad las 24 horas al día en todos los barrios.

Por último, lamentó que el Gobierno central también haya paralizado los 1,5 millones para saneamiento y el proyecto de cambio de red eléctrica para la desaladora.