Opinión

Melilla versus Marruecos: ¿Hay reciprocidad?

Hay malestar entre los empresarios de Melilla porque las mercancías no pueden salir por la frontera, pero entrar, entran. La patronal y el Partido Popular denuncian esta falta de reciprocidad que deja al comercio local como el gran perjudicado porque la gente sale con las manos vacías y entra con las maletas llenas.

El tema es complicado porque no todo el mundo ha tenido los mismos problemas para sacar mercancías de nuestra ciudad y creo que la clave no está en la falta de reciprocidad sino en qué se entiende exactamente por el tránsito de mercancías en régimen de viajeros en uno u otro país.

El régimen de viajeros es igual para Melilla que para Málaga o Madrid pese a que nuestra ciudad no pertenece a la Unión Aduanera. Por tanto, con la ley en la mano está permitida la entrada en España de mercancías que no superen los 300 euros si entran por vía terrestre (hasta 430 si es por puertos o aeropuertos). Los menores de 15 años tienen el tope fijado en artículos valorados en 150 euros.

Queda prohibida en toda la UE la importación de carne y productos lácteos, vegetales, flores, legumbres; especies animales y vegetales salvajes protegidos y drogas. Hay excepciones en las que se exigen certificados en el caso de la importación de armas, medicamentos o frutas.

Eso es lo que piden España y la Unión Europea. La pregunta del millón es qué pide Marruecos. No lo tenemos muy claro. Hemos llamado a la embajada de Marruecos en España y amablemente nos han dicho que no pueden ayudarnos con este tema de aduana. Hemos llamado al Ministerio de Exteriores español y tampoco han podido ayudarnos.

Después de mucho navegar por la web de la aduana marroquí, encontramos un detalle importante: Marruecos autoriza a  los extranjeros a llevar artículos de regalo por valor de 2.000 dirhams (200 euros). (Pincha aquí para comprobarlo)

Pero es que además permite por las fronteras terrestres, marítimas y aéreas la importación de una botella de vino y un litro de licor o de cualquier bebida alcohólica. Fuera de eso permiten llevar sin declarar en Aduana, joyas, una cámara de vídeo o de foto, una tele portátil, una radio o reproductor de DVD, un móvil o un ordenador. (Pinche aquí para ver el listado completo). A la salida de Marruecos hay que llevarse de vuelta todos esos enseres.

Los extranjeros que tengan casa en propiedad de Marruecos podrán importar muebles sin pagar impuestos. En ningún caso podrán introducir en el país vecino armas, drogas, porno o escritos que contravengan la moral.

En definitiva, que cuando pedimos reciprocidad partimos de dos legislaciones distintas. La nuestra algo más laxa que la marroquí. Quizás esto justifique algunos de los problemas que se han encontrado muchos melillenses en la frontera.

Si usted sube a un avión, podrá llevarse a otro país lo que le permitan entrar por la frontera. Sé de casos de españoles que se van a estudiar al Reino Unido y se llevan un jamón en la maleta y lo pierden en la aduana inglesa. Lo mismo ocurre en la aduana del aeropuerto de La Habana si usted pretende pasar embutidos en la época en que no hay barra libre para importar alimentos, dé por sentado que le tocará pagar un impuesto revolucionario a la corrupción local o de lo contrario dar por perdido el lomo o el chorizo.

Digo esto porque por una parte queremos ser europeos y por otra queremos seguir haciendo las cosas como antes de la pandemia. Y que conste que no me gusta y ya lo he denunciado en esta sección. Creo que es injusto que el dinero fluya sólo hacia Marruecos.

Hace poco escuché a una señora comentar que había hecho una compra importante en Melilla con la intención de llevarla a su madre en Marruecos y que no le dejaron sacarla por la frontera. Después de revisar la web de la aduana marroquí, no tengo claro que eso entre en el régimen de viajeros en concepto de "regalo".

También sé de personas que sí han podido sacar bolsas pequeñas sin que les pusieron pegas. Creo que el problema no es la falta de reciprocidad. Es cierto que en la parte española de la frontera no se están poniendo pegas excepto a la hora de introducir en Melilla productos vetados sanitariamente.

Entiendo que nos molesta que no se tenga esa supuesta manga ancha del lado marroquí. El Faro ha estado un par de veces en la frontera y no vemos a la gente, de vuelta de Nador, cargada con bolsas de la compra. Como mucho, llevan una caja de dulces.

Todos sabíamos que la apertura de la frontera influiría en los precios de los productos en nuestra ciudad, donde se pagan 10 euros por una sandía o 6 euros por un kilo de kiwis.

Hay que hacerse a la idea de que los precios tenderán a bajar porque si usted puede comprar un kilo de tomates en Marruecos a 1 euro, no lo va a pagar a 3 en Melilla. Y por tanto, los precios se van a moderar por el bien de la gente de nuestra ciudad, completamente asfixiada por la inflación galopante.

Eso no quiere decir que renunciemos a defender a nuestros empresarios. Urge poner en marcha la exportación e importación legal de mercancías porque así quien quiera hacer una gran compra en un supermercado de Melilla y sacarla a Marruecos podrá hacerlo... pagando los impuestos correspondientes.

Creo que todos estamos de acuerdo en que no podemos ni queremos volver a la frontera del pasado. El propio PP, en tiempos de Abdelmalik El Barkani fue el primero que se puso como meta el reordenamiento del tráfico fronterizo y aquello terminó en la manifestación de la Plataforma de Empresarios denunciando que Melilla se muere porque no dejaban sacar más que una bolsita pequeña por la frontera.

Entiendo que cuando se pide reciprocidad no se sugiere que Marruecos abra la mano, como se está malinterpretando que lo está haciendo España. Pedimos reciprocidad en el cumplimiento de la ley. Queremos para los melillenses el mismo régimen de viajeros que Marruecos aplica al resto de turistas extranjeros.

Me parece un despropósito que la frontera de Melilla no haya abierto el tráfico de pasajeros y mercancías a la vez. De haberlo hecho, esta polémica actual no tendría mucho sentido. Todos podrían entrar o sacar toda la mercancía deseada pagando las tasas correspondientes que como las pone cada país, no dudéis de que nos van a doler, seguro.

En todo caso, hay que tener en cuenta que sólo familias, taxistas y algunos hosteleros han notado que la frontera está abierta. Los comercios no y por eso es determinante empezar a fijar los requisitos que se impondrán para que Melilla reciba el turismo que necesita para tomarse un respiro necesario y urgente. Ni siquiera estamos pensando en estos momentos en hacer el agosto. Nos conformamos con no morir de asfixia.

Nos preocupa que no haya prisas. Creo que no somos realmente conscientes de que el dinero de los fondos europeos sigue sin notarse a pie de calle. Si tantos millones son imperceptibles, algo está fallando. Nuestra situación es límite desde hace tiempo. Sería sensato que la gente no llegue cabreada a las elecciones porque más de uno lo va a lamentar. No está bien poner a prueba a los electores.

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