¿Qué está pasando con el Parque Lobera? ¿Por qué hay tanto mutismo oficial en torno a este pulmón verde del centro de la ciudad? ¿Cómo se piensa solucionar el destrozo que se ha causado en el referido recinto? ¿Cuándo podrán los melillenses disfrutar de nuevo este espacio público que lleva cerrado más de cuatro años? ¿Hay alguien capaz de dar respuestas a lo que ya se está convirtiendo en un clamor entre los ciudadanos?
El Faro ha intentado que el consejero de Medio Ambiente y Naturaleza, José Ronda, se pronunciara ayer sobre la situación en que se halla el parque y qué medidas se van a tomar al respecto. Sin embargo, el representante popular declinó hacer cualquier tipo de declaraciones aludiendo a que hablará del asunto más adelante. ¿Cuánto tiempo más hay que esperar? Hace meses, con Manuel Ángel Quevedo en esa Consejería, este diario ya intentó obtener respuestas y tampoco fue posible.
El Gobierno tiene que explicar cuanto antes qué pasa con el parque. La población tiene derecho a saber qué ocurrió con los árboles y por qué cayeron uno tras otro sin que se conozcan aún las razones del desastre. Nunca se ha aclarado qué provocó la caída de esos ejemplares, solo se sabe que desaparecieron y punto. El Lobera se ha quedado prácticamente sin vegetación ninguna, aún cuando era un recinto verde, de los más apreciados de Melilla. ¿Cómo se puede mantener esta situación estando como está en el centro de la ciudad?
En el periodo prelectoral, justo en el mes de marzo por más señas, el PP aseguró que se había perdido el 40% de los árboles e incluso hablaban de que podría existir un delito contra el medio ambiente. Manuel Ángel Quevedo comprometía la elaboración de un informe y su remisión a la Fiscalía. Sus palabras concretas fueron: “Si entramos en el Gobierno y podamos tener los datos haremos los informes pertinentes sobre esta pérdida de árboles tan importante porque no tiene sentido. Un árbol podía estar mal pero no un 40%. Esto ahora es el ‘desierto Lobera’ en vez de un parque. Solo hay tierra y no entendemos cómo se ha llegado a esto. Si tenemos los informes y hay responsabilidades, las exigiremos”.
Seis meses después de la configuración del Gobierno lo único que se sabe por el actual consejero de Medio Ambiente es que hablará “más adelante”. ¿Habrá pedido el informe al que se comprometió el PP? Ni siquiera se sabe si los técnicos están estudiando o han estudiado ya la situación, si se han pronunciado o no. Y lo que es peor, tampoco hay manera de averiguar qué actuaciones va a llevar a cabo la Consejería en un asunto tan importante como es lo sucedido en el Parque Lobera.
Las obras del recinto verde se adjudicaron en 2019 con un plazo de ejecución de 8 meses y cuatro años después, sigue cerrado y guardando dentro de sí la vergüenza de la destrucción masiva de árboles y vegetación. La rueda de prensa de Quevedo en la que anunció que habría acciones contundentes si el PP llegaba al Gobierno se hizo, por cierto, en el linde entre el Parador de Turismo y el propio parque. Desde allí se veía una extensión desértica donde antes había vida. ¿Es que nadie se va a compadecer del ecocidio?
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