Tuvimos que insistir una y otra vez, pero finalmente conseguimos que desde el Ministerio de Transportes nos aclararan este lunes el enigma que nos tiene en ascuas desde este 21 de diciembre, cuando el Ministerio de Transportes anunció que tenía el visto bueno del Consejo de Ministros para empezar a tramitar el contrato marítimo de Melilla con un presupuesto estimado de 22,3 millones para un año, prorrogable otros doce meses.
Según nos explican desde Transportes, el artículo 101 (a) de la Ley de Contratación del Sector Público establece que el valor estimado de un contrato debe tener en cuenta el contrato inicial y las eventuales prórrogas.
O sea, las navieras que quieran adjudicarse el contrato marítimo de Melilla tienen que tener claro que ese dinero es para un año (entre el 1 de abril de 2022 y el 31 de marzo de 2023), pero si se prorroga otros doce meses, la compañía tendrá que seguir prestando el servicio con el mismo dinero.
Entendemos que esto supone que si el contrato marítimo se queda en un año, en Melilla tenemos un presupuesto "espectacular", como dice Gloria Rojas, de 22,3 millones de euros. Esta cifra, en efecto, es casi el doble de lo que tuvo asignado el contrato marítimo este año 2021 (11,47 millones de euros).
Pero si el contrato se llegara a prorrogar un año más, el presupuesto de adjudicación se quedaría en 11,15 millones por ejercicio, algo por debajo de lo que hemos tenido en 2021.
Aún no sabemos en qué condiciones podría prorrogarse el contrato marítimo, pero entendemos que la naviera que se haga con la adjudicación deberá jugársela porque el presupuesto se puede dividir en dos y entonces deberá afrontar las subidas del combustible y la caída de pasajeros por el veto de Marruecos a los puertos españoles para la Operación Paso del Estrecho con menos dinero del que tienen asignado este año las tres líneas de servicio público entre Melilla y las ciudades de Málaga, Motril y Almería.
Ya lo había advertido el diputado popular Manuel Ángel Quevedo, pero pusimos en duda que la Delegación del Gobierno vendiera no ya a la prensa, sino a los empresarios, que el nuevo contrato marítimo mejora considerablemente respecto a lo que tenemos a día de hoy.
De hecho, este mismo lunes la vicepresidenta del Gobierno, Gloria Rojas, halagó el aumento "espectacular" del contrato marítimo que, según dijo, incluirá mejoras que tiene previsto adelantar la delegada, Sabrina Moh.
No creo que Rojas esté mintiendo. Me cuesta creer, además, que no esté al tanto de lo que pasa con uno de los temas que más preocupan a los melillenses. Pero entre nosotros (que no salga de Melilla, por favor), era sospechoso, que la Delegación del Gobierno guardara un silencio abrumador después que el Partido Popular dijera en una rueda de prensa que no hay nada que celebrar porque, de hecho, el nuevo contrato marítimo supone un recorte de 320.000 euros para prestar el mismo servicio que a día de hoy no nos convence.
Ya sabíamos que no habría mejoras en las rotaciones porque el mínimo que pedirá el Ministerio de Transportes en el pliego de condiciones es lo que tenemos hoy: seis rotaciones a Málaga, tres a Motril y tres a Almería. Y claro, nos preguntábamos cómo es posible que un contrato que casi duplica su presupuesto no contemple más barcos a la península, teniendo en cuenta que en tiempos del Gobierno del 'malo-malísimo' de Juan José Imbroda, los melillenses teníamos 14 rotaciones públicas y 6 privadas.
Entendemos que en general todos viajamos menos con la pandemia, pero por ejemplo, ya no quedan camarotes en Trasmediterránea para regresar de Málaga a Melilla los días 6 y 7 de enero. Hay que venir en butaca, seis horas sentados en un habitáculo cerrado, escuchando toser a nuestros compañeros de viaje, y encomendándonos a las siete potencias africanas para que no nos contagien con covid.
Somos comprensibles y podemos achacar la escasez en la oferta de camarotes a que con la pandemia perdimos, por motivos obvios, los famosos camarotes compartidos entre desconocidos, pero no podemos ser comprensivos hasta el infinito y más allá.
Necesitamos que, cuanto antes, la Delegación del Gobierno aclare quién dice la verdad respecto al contrato marítimo: ¿Gloria Rojas o el Ministerio de Transportes?
Las medias verdades en este asunto son inaceptables. Los ciudadanos tenemos derecho a saber qué gestiones ha hecho la Delegación del Gobierno, que en algún momento nos adelantó que estaba en contacto directo y constante con Marina Mercante para mejorar el contrato marítimo.
No puede ser que tengamos en Melilla una vocal de la Ejecutiva federal del PSOE y que eso no se note como se notó en Murcia la mano del socialista Pedro Saura, en su etapa de secretario de Estado de Infraestructuras.
Esto necesita explicación. Con menos dinero no tendremos un servicio de calidad. Y si hay más dinero, necesitamos también más rotaciones y mejores horarios. Las explicaciones tienen que ser claras. No podemos pasarnos una semana preguntándonos si es verdad que el contrato marítimo duplica su presupuesto o no. Si el fallo es del ministerio, se aclara y aquí no ha pasado nada. No vamos a matar al mensajero. Pero si el fallo es de los políticos de Melilla, tendrán que explicar por qué no hay diálogo fluido con Transportes; por qué, siendo del mismo partido, no hablan entre ellos; por qué no se enteran.
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