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La Protectora de Animales de Melilla necesita que le echen una mano

La Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Melilla San Francisco de Asís hace una gran labor haciéndose cargo de perros y gatos en la ciudad desde hace ya más de veinte años. Pero no pueden acoger a tantos como quisieran, en estos momentos sus cheniles están al completo, y les falta espacio para poder hacerse cargo de más perros y gatos abandonados. El Faro ha acudido a las instalaciones y ha conocido a algunos de sus inquilinos: Irina, Toby o a Venus y sus dos hijos, Noa y Lazarillo. La mayoría ha pasado toda su vida en ella, y no conoce el calor de una casa.

Esta institución fue fundada en 1997, desde entonces apenas ha tenido arreglos y las inclemencias meteorológicas como la lluvia, el frío o el sol deteriora con el paso de tiempo las instalaciones. Lorena y Joaquín, dos de los voluntarios de la Protectora, o ‘prote’ como escuchamos que llaman cariñosamente a este lugar, cuentan que se se encuentran “bastante mal”.

Aunque Lorena señala que es cierto también que están recibiendo ayudas municipales con la construcción de un muro y la reparación de algunos pabellones cuyos muros se han caído. De hecho en la tarde en la que hacemos esta visita, están arreglando la entrada del chenil en el que vive Toby. “Va poco a poco”, expresa la voluntaria.

Por el momento, la Protectora cuenta con un total de 73 animales, 31 gatos y 41 perros, que se reparten en 20 cheniles o pabellones. Joaquín expresa que no caben más y se encuentran colapsados porque no tienen más espacio. Por eso no pueden acoger a más animales, algo que se puede leer en uno de los carteles de la entrada a la Sociedad Protectora.

Si tienen bajas entre sus habitantes, suele ser porque fallecen de viejos o por alguna enfermedad, no porque les adopten y se vayan con una familia que les ofrezca un hogar. Lorena cuenta que lleva seis años de voluntaria en la Protectora y en todo ese tiempo solo ha visto tres adopciones de perros.

Además, todas hechas por compañeras voluntarias. Estas al trabajar en las instalaciones han establecido un vínculo emocional con uno de los perros, y han decidido adoptarlos, ya sea porque su perro ha fallecido o porque se han independizado de casa y pueden hacerse cargo del animal. A la gente le suele costar adoptar animales, sobre todo a perros, por un lado, porque no son de taza y por otro porque ya tienen una edad.

Toda ayuda es bienvenida

La entidad no cuenta con una plantilla de cuidadores, son todos voluntarios y en estos momentos cuentan con casi decena de personas que prestan su labores cuando pueden. Suele ser por las tardes, y también depende mucho de la temporada. Cuenta Lorena que en invierno vienen más que en verano y que antes había más gente joven que echaba una mano. Ahora todos esos jóvenes han crecido y están trabajando o estudian, por lo que la ayuda para cuidar y dar compañía a estos animales se reduce bastante.

“Esta entidad sin ayuda de los voluntarios no puede salir adelante”, sentencia Lorena. Joaquín subraya lo que dice, y añade que lo que realmente necesita la Protectora es más apoyo de voluntarios y actualmente son muy poco. Eso sí, asegura que siempre suele haber alguien para que estos peludos nunca estén solos. “Tenemos que hacer muchos días hasta doble turno y a la semana se nos va mucho el horario; tenemos nuestro trabajo, venimos cuando podemos pero aún así nos falta más mano de los voluntarios por las tardes”, cuenta.

Aunque hay ayuda por parte de la Administración, ya que todos los años cuentan con una subvención municipal con la que pagan a los trabajadores que limpian por la mañana, sufragan los gastos del veterinario y la comida de los animales. Además, también cuentan con las aportaciones de los socios, quienes aportan una cuota mensual desde tres euros, hasta el tiempo que ellos quieran.

Pero también hacen otras actividades como caminatas caninas, rastrillos, venta de camisetas solidarias, montaje de stands informativos y diversas actividades con las que promocionan la labor de la Protectora o intentan costear los gastos veterinarios como esterilizaciones, operaciones o medicinas. Además, este año han puesto a la venta calendarios solidarios con fotos de animales y por primera vez, según cuenta Lorena, los animales de la Protectora de Melilla son los protagonistas.

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