El barrio del Real atrae a muchos melillenses para vivir. Tiene de todo, desde bares donde tapear a cafeterías, un mercado de abastos y decenas de tiendas donde hacer cualquier tipo de compra. Sin embargo, como todos los barrios tiene también muchos problemas. Los principales son la prostitución que hay en sus calles y que no cesa en ningún momento del año; el elevado número de coches que pasan por sus calles, a pesar de ser residenciales y de que en La Legión tenga prioridad el peatón; y las terrazas que “invaden” el espacio de los peatones porque se saltan la normativa y cogen más metros de los que les da la autorización de la Ciudad.
El vicepresidente de la Asociación de Vecinos del Real, Jesús Motos, explicó a El Faro que la cantidad de tráfico que hay en las vías del barrio es enorme.
La calle de La Legión es una de las principales arterias del Real, sino lo más destacada, porque es la protagonista de una reforma que llevó una gran controversia y porque es la que más se usa. Decenas de personas pasean por el bulevar a diario y concentra el mayor número de negocios de hostelería. Todo esto implica que sea en ella en la que se concentre el mayor número de problemas.
En esta vía hay una gran cantidad de tráfico. Se concentran muchos coches que incumplen la normativa que da prioridad a los peatones a la hora de transitar.
Y si hay muchos vehículos también hay necesidad de aparcamientos. Pero la asociación cree que ese tema lo tiene que abordar la Administración local de forma seria y cuanto antes.
Motos apuntó que el problema que hay detrás de esto es que cada día aumenta el número de vecinos que vive en el Real. Se tiran las casas matas para construir edificios con varios pisos y apartamentos. Donde antes vivía una familia, ahora lo pueden hacer doce. El aumento de personas y de vehículos, por estadística, indicó el vicepresidente de la entidad, es “insostenible”. Aseveró que se puede buscar una alternativa, que va a ser puntual, como abrir un aparcamiento privado, además de multar a los coches que aparquen sobre las aceras.
Pero dijo que no se va a poder absorber el número de vehículos en este tipo de barrios pequeños. Ni en los edificios, aunque hicieran garajes tendrían espacio para albergar los vehículos. A medio y largo plazo no ven solución.
Al margen de esto, potenciar el transporte público puede ser una solución a la proliferación de vehículos y la falta de aparcamiento. “El coche sigue siendo la estrella”, añadió, frente a el uso de autobuses que no está tan extendido.
Otro problema que hay en esta zona son las terrazas. Son muchos los melillenses que disfrutan de estos espacios porque el buen tiempo en Melilla dura muchos días al año. Pero también conlleva denuncias de otros ciudadanos. Motos indicó que la asociación está recibiendo quejas de vecinos porque se abusa por parte de algunos hosteleros de coger más espacio del que les corresponde para esas terrazas y también de luego no se limpia la zona una vez que se recogen las mesas y sillas.
Algunos vecinos, añadió, aseveran que las terrazas se saltan la normativa que se aprobó hace pocos años. Se quejan de la “invasión de la zona de paseo”.
Acabar con la prostitución en el barrio es “la gran batalla” que hay en el barrio. Hace un par de semanas el Grupo de Prevención y Reacción (GPR) de la Policía Local de Melilla actuó en la zona para identificar y desalojar a trece mujeres marroquíes en diferentes calles y denunció a un hombre español por le reglamento de convivencia que demandaba los servicios sexuales de estas ciudadanas.
Motos resaltó que ésta es una muestra de que sí que se puede hacer algo en contra de la prostitución y que es efectivo porque durante un tiempo se notó esa intervención aunque hayan vuelto estos días de atrás más mujeres y clientes al barrio.
Destacó que durante años han recibido escusas, tanto de la Administración local como nacional, porque aseguraban que no se podía hacer nada contra esta actividad, aunque los vecinos sí que ven que hay soluciones en las normas que hay e incluso trasladando a las mujeres a otros espacios.
El vicepresidente de la asociación lamentó que los GPR sean tan pocos y no cuenten con más recursos para intervenir, no solo en este barrio, sino en otras zonas. “Estamos super contentos con ellos porque no solamente reducen el problema, sino que le están dando visibilidad. Es muy importante que la gente sepa que si viene al Real para demandar los servicios de una prostituta, puede ser multado”, aseveró.
Pero Motos aseveró que el Real es un buen barrio en el que vivir. Tiene de todo, desde farmacias a parques infantiles y la playa a unos pocos minutos.
La Asociación del barrio del Real anunció ayer en sus redes sociales que la Policía Local había actuado en el barrio para la retirada de una furgoneta que estaba abandonada y que usaban, según esta entidad, menores, prostitutas o drogadictos. Por ello agradecieron que retiraran este vehículo.
Pero el problema va más allá. Con el aumento del transporte de mercancías en Barrio Chino por furgonetas tras reoganizarse esta frontera por parte de la Guardia Civil, en colaboración con la Confederación de Empresarios y otras instituciones, proliferó en Melilla el número de estos vehículos grandes. Muchos de ellos estaban y siguen estacionados en las calles del Real. El vicepresidente de la asociación de vecinos de este barrio, Jesús Motos, explicó a El Faro que se notó ese incremento hace ya unos meses y debido a que ha bajado la mercancía que sale a Marruecos ahora esas furgonetas pasan más tiempo estacionadas porque tienen menos trabajo.
Aseveró que es un tema que preocupa mucho a los vecinos y a la asociación. Tomarán cartas en el asunto y desean hacer una denuncia amplia con todas las furgonetas que ya todos los vecinos tienen localizadas como abandonadas con el objetivo de que llegue ese listado a las autoridades y las retiren del barrio.
De hecho, uno de los temas que está barajando la asociación es que los vecinos les hayan llegar la calle y la zona en la que están ubicadas esas furgonetas o camiones que creen que están abandonados y luego se pasaría esa información a al Policía Local para que verifique esta situación y ejecute la normativa que haya que poner en marcha en esa situación.
Los habitantes de este barrio ya hicieron algo similar hace un año tras el incendio en los bajos de un edificio que se usó como almacén de fardos en la calle Mar Chica. Los vecinos del Real hicieron llegar a la asociación de forma anónima otras ubicaciones de locales que creían que usaban como almacenes sin cumplir con las normas básicas ni tener permisos.
Tras esa primera campaña no se recibieron más denuncias, pero sí que se hizo un seguimiento de las actuaciones de la Policía Local y saben que ese listado fue importante para que ellos pudieran hacer varias intervenciones en los meses siguientes.
Al margen de que se puedan detectar furgonetas abandonadas, el objetivo de la asociación es tener repercusión con esta medida y que los propietarios de los camiones y de estos vehículos de carga de mercancías vean que están molestando a los vecinos y que hay otros espacios donde pueden ubicarlas sin que molesten a los ciudadanos que viven en este barrio.
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