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Giner: "La primera cámara me la regaló mi padre, fue un regalo tan bonito que no se me puede olvidar"

El 20 de febrero se celebró el Día Internacional del camarógrafo y el fotógrafo, una fecha en la que se destaca la gran labor que realizan estos profesionales. Por este motivo, El Faro ha entrevistado a José Manuel Giner, más conocido artísticamente como Giner, que colabora con este diario. El fotógrafo ha hecho un recorrido por su dilatada trayectoria en esta profesión y ha recordado momentos que ha inmortalizado con su cámara a lo largo su carrera y que no olvidará nunca.

Destacó Giner uno de los acontecimientos que marcó la historia de Melilla y de sus habitantes. Un instante que le tocó muy cerca, el accidente aéreo de PauknAir, del que ha relatado cómo fueron esos instantes posteriores. Pero también ha habido tiempo para rememorar recuerdos bonitos. Cómo se enamoró de la fotografía y quién le regaló su primera cámara.

-¿Cómo le despertó ese interés por la fotografía?

Bueno, hace muchísimo años. Empecé con el deporte haciendo fotos con unas cámaras, ¡qué cámaras!, igualito que ahora. Cámaras de carrete. Había que revelar en casa y había que aprender a hacerlo porque no podíamos pagar el revelado de todos los rollos. Entonces, tuvimos que aprender para poder entregar las fotos. Si no, era un dineral. Además, cuando empecé eran en blanco y negro porque empezamos con blanco y negro. ¡Qué recuerdos!

Empecé a trabajar en un periódico local en la sección de deportes.

-¿Fue vocación?

Sí, la fotografía tiene que ser por vocación. Desde muy temprana edad a me gustaba la fotografía. La primera cámara me la regaló mi padre, una Olympus OM-1 comprada en el establecimiento Soria del centro. Es que fue un regalo tan bonito que no se me puede olvidar.

-¿Cómo aprendió a hacer las fotos? ¿Estudió en alguna escuela o fue autodidacta?

Leyendo, siendo autodidacta y hablando con muchos fotógrafos. Cada vez que veía un estudio de fotografía, que antes había muchos, me acercaba y hablaba con ellos. Allí me enseñaban a revelar, el tipo de exposición, los diferentes papeles y las películas. Con ello poco a poco iba aprendiendo.

-Ha cambiado un montón la fotografía desde aquella época en la que se hacía analógico hasta ahora ¿Cuál le gustaba más?

Las dos tienen su historia, son técnicas diferentes. La otra era bonita y esta también lo es.  Ahora la mitad de las fotos se hacen con el ordenador y la otra mitad con la cámara. Para que te queden unas fotos bonitas, bonitas, la mitad hay que procesarlas.

-¿Trabajar en medios de comunicación le ha despertado ese gusanillo por las noticias?

Sí, siempre he trabajado en los medios. Lo que pasa es que nunca trabajaba en la sección de local, me dedicaba al deporte, que es lo que realmente me gustaba. Poco a poco he tenido que ir mirando, girando hacia los espectáculos, la cultura y ya las noticias.

-Siempre está en el lugar donde pasan las cosas y muchas veces el primero ¿Cómo lo hace? ¿Está siempre con la cámara alerta en la puerta?

No, con el tiempo y los años te vas haciendo muchos amigos, entonces tienes en todos los sitios. Te informan, te dan un toque en el teléfono y con ese toque sé que pasa algo entonces lo intento aprovechar. Eso viene con los años.

-Después de tantos años trabajando en la fotografía, obviamente habrá vivido muchos momentos y muchos acontecimientos importantes, ¿alguno que recuerdes especialmente?

¿Alguno? No, no, lo tengo claro. Todavía lo tengo como si hubiera hecho la foto ayer. Cuando el accidente del PauknAir, que fui a Marruecos a hacer fotos. Todavía cuando lo pienso, huelo a carne quemada y vuelo y veo la imagen.

-¿Cómo se enteró de la noticia?

No sé quién dijo que el avión de Melilla se había estrellado. Entonces, llamé justo en ese momento al periódico en el que trabajaba y me lo confirmaron.

Cogí a un amigo, nos fuimos a Marruecos en un coche directamente cargado con las cámaras y cuando llegué arriba a un monte, un mejani me quería quitar los carretes.

Fue una experiencia que todavía no se me olvida. No llegamos los primeros pero acababa de pasar. No estaba acordonado, había mucho caos, entonces yo subí arriba a un monte a ver cuál era el avión y cuando llego lo primero que me querían era quitar los carretes. Le di uno vacío que tenía en la mano para poder seguir. Me bajé y continué haciendo fotos, pero lo que tengo aquí, no se me va. Parece como si la hubiera hecho hace dos días la foto. Son como pac pac, un instante como cuando tú haces la foto y disparas, pues lo tengo ahí en la retina.

-Se define como fotógrafo deportivo. El otro día  incluso ganó un concurso de la ciudad autónoma ¿La buscó o lo encontró a usted la foto?

Parte y parte porque era de noche, eran fotos nocturnas. Fui por la noche, me puse a mitad del camino, que no se veía ni un carajo, en el medio de dos corredores. Yo iba buscando las luces que llevaban ellos en la cabeza por si venían varios, con esa luz iluminarme pero tuve la suerte de que detrás de los primeros corredores venía un quad con luz, que fue la que aproveché para las piernas. Para que se vieran las piernas. Por eso, la mitad es buscarla y la otra mitad me buscó.

-¿Eso también le pasa con otros tipos de fotografías que no son de deporte ¿Va buscando lo que quieres mostrar?

En el deporte sí, mayormente, pero nunca las llevo todas conmigo porque el deporte es una cosa que no sé prevé lo que pueda pasar.  Puedes entrever lo que va a hacer el deportista y entonces sacarle la mejor foto. Tanto en el surf por ejemplo como en otros sabes los movimientos.

-No trabaja solo además. Cuenta con ayuda.

Eso es. Esto no es una persona sola porque para que yo esté haciendo la foto con tranquilidad, aunque hay una serie de equipos y de ayudas logísticas, sin Fátima Boutachkoucht sería imposible. Además ella ya ha empezado a hacer sus pinitos en la fotografía.

Yo tuve la mala suerte de que un hueso se me necrosó en la cadera y no podía llevar todo el equipo. Entonces empezó a ayudarme ella y ahora se ha vinculado conmigo. Le gusta la fotografía y ya hace algunas fotos muy bonitas. en uno de los montones que publicamos el otro día, iba una foto de ella. Tiene que estar muy orgullosa y muy contenta.

-¿Y qué tiene que tener un fotógrafo para ser bueno en su opinión?

Primero tiene que gustarte. Si no te gusta esto, si no amas la fotografía, no haces nada porque cada fotografía que tú hagas y que tú presentes tiene que decir algo. Si no, no es fotografía, es una imagen como otra cualquiera. Tienes que amarlo porque si no es absurdo que tú vayas tantas horas y dediques tanto tiempo porque la fotografía buena no sale al momento.

Puede que tengas la suerte, pero hay que buscarla. Hay días que viene uno sin ninguna foto buena. Hay días que yo me voy al surf a hacer fotos y no llego con ninguna foto. Vengo con muchas, pero buenas, una si llego, que es complicado.

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