Queridísimos: El paréntesis que se cierra como un anillo en torno al dedo este ocho de septiembre, es mucho más que un paréntesis. Digamos lo que digamos, el día de la Virgen es el omega del playerío, el ocaso de las bullas, el languidecer de las aglomeraciones, la media entrada de las terrazas, las vacaciones de restoranes, el lleno en las librerías para recoger los encargos de los libros de texto, los bancos en exceso reservados en la Misa Mayor de la Patrona (luego querremos...). Todo, en fin, tiene un aire de anticipado otoño, aunque aún quedan largas tardes de caliginoso bochorno, mientras se estira el sol por un poniente color naranja.
Desde el quince de agosto, día de la Otra Virgen, caminamos sin saberlo hacia el cierre de este paréntesis de hoy.
Es día propicio, en el que celebramos la festividad de nuestra Patrona Coronada y Alcaldesa Honoraria y Perpetua, la Santísima Virgen de la Victoria, y ya los artificios de fuego desaparecieron en la baja noche de la ciudad, tiempo para tomar precauciones.
Gratis total y ‘sin cobrar’, como diría don Benito Rodríguez Rey, ‘Beni de Cádiz’, del que pronto se cumplirán 32 años de que se nos fuera, dejando sus cenizas y su estela en las aguas llorosas de la Caleta gaditana, rumiando alegrías y destilando gracia, os dejo aquí una serie de precauciones que deberéis tomar para sortear los aciagos tiempos que vivimos.
Permitidme un desahogo personal; en la tienda de electrodomésticos que tenía el hermano de Beni en Sevilla, Amos, allá por la calle Asunción, en los Remedios, compró mi padre (q.e.p.d.) el primer ‘Frigidaire’ que tuvimos en casa y del que Amos era representante exclusivo. El frigorífico en cuestión se trasladó a Cádiz bajo la atenta dirección de Amos (q.e.p.d.). Fin de la batallita.
En estos tiempos aciagos en los que toda brújula se ha perdido, todo norte se esquiva, toda norma se ausenta, toda ley se conculca, toda dignidad se pierde, todo derecho se pisotea, toda venganza tiene asiento, todos los pastores callan, todos los perros son mudos, y encima los patinetes campean por calles y plazas a su libre albedrío, sin que un par de guardias municipales metan en cintura, con una multa, a los desaprensivos conductores de los mencionados velocípedos; en estos tiempos digo otra vez y lo repito cuantas veces menester preciso fuera, es muy necesario tomar precauciones para sobrevivir a tanta plaga y a tanta desdicha por venir.
Tengo para mí que el silencio ya no es bastante. Porque el silencio ya no es solo atributo del que otorga, sino también, condición del envidioso y de los necios. El envidioso espera con las azules navajas de la murmuración, en cualquier quicio de la vida, y los necios- ya se dice en el libro de los Proverbios-desprecian la sabiduría y la instrucción.
Entonces, me diréis queridos amiguitos; ¿qué precauciones hemos de tomar en el momento por el que pasa este valle de lágrimas? No es sencillo dar consejos y menos yo, que estoy especialmente incapacitado para tal menester. Yo lo que puedo es lanzar al aire de la ciudad amada, algunas sugerencias, de las que ya hice mención ha tiempo, pero que son precisas recordar, sobre todo si uno se mueve por los mares, siempre inquietos, de la política o de las cofradías:
Cultivad la paciencia y sobre todo la prudencia. Ambos mundos están llenos de trampas saduceas y con más dobleces que las antiguas películas del malvado Fumanchú. Toda prudencia es poca para sortear el mar de los Sargazos y el ejercicio de la paciencia es arma eficaz para derrotar a tantísimos yangüeses como por esos predios abundan, emboscados en discursos y capirotes.
Ya sabéis, os lo digo de verdad, que en estos tiempos es mejor ser pacientes que valientes.
Tengo visto que la prudencia es un escudo protector contra sicofantes, usureros y comediantes plagas de nuestros días por estos páramos.
Si os sirve de ejemplo mi experiencia, nunca demostréis demasiada ciencia, porque el número de tonto es infinito y son gentes de entendimiento corto y maldad larga.
Os encarezco que uséis siempre una verbal continencia, es decir no comentéis nada que sepáis con las mesnadas pertenecientes a los gremios antes dichos. Sacarán, como se dice ahora, ‘de contexto’, cuanto digáis, os prepararán emboscadas, discurrirán celadas y otras trampas, y hasta serán capaces de organizar ordalías para apartaros de un camino que creen de uso exclusivo.
Ni que decir tiene que es imprescindible valorar la ausencia o la presencia según nuestra conveniencia, en tantísimos saraos cenas, homenajes y parabienes de todo tipo que celebrar suelen con frecuencia, los especímenes que señalo.
No olvidar que las cenas y homenajes no suelen celebrarse en honor de un propio, sino en contra de otros. No digo esto a humos paja, doy fe absoluta de lo que digo.
Mostraos discretos y circunspectos en toda ocasión y lugar, y no os hagáis demasiado visibles en ágoras y reuniones, que son casi siempre, lugares de perturbación y sumideros de murmuraciones, antros en fin donde se incuban las más pintorescas conspiraciones.
Tened siempre un cierto aire de no enteraros de nada, aunque os enteréis de todo, manera infalible de sobrevivir a los ‘calígulas’ de la situación que vivimos, gente en fin peligrosa, cual cables abandonados por los suelos, que capaces son de nombrar para algún carguillo no a un caballo, sino a un burro si preciso fuese. En mis tiempos de vivaqueo por andurriales políticos, me dio un magnífico resultado el parecer atontado.
Por último, si no tenéis más remedio que aguantar a un pelmazo en la barra de una taberna o de un bar, tened presente por vuestra salud, que la borrachera pasa por cinco etapas según la gravedad; facilidad de palabra, exaltación de la amistad, esbozo de cantos regionales, tuteo a la autoridad, insultos al clero y delírium tremens. Si además, existe algún destrozo en el local, podéis imaginaros la gravedad de la cosa.
Aquí están este ramillete de sugerencias en este día de septiembre, domingo y encima día de nuestra Patrona, doble repiques festivos, que, como los caireles de la alegría, empiezan a hacer cosquillas en las almas. No sé cómo me ha entrado un poco de carbonilla en los ojos....
Os informo de los días más bizarros conmemorados recientemente;
Miércoles 4 de septiembre; Día Internacional del Taekwondo; Día Global de Adquisición de Talento.
Jueves 5 de septiembre; Día Internacional de la Mujer Indígena (no indica de donde es indígena); Día Mundial del Hermano; Día Mundial del Periodista Turístico (?); Día de la Vaquita Marina (!).
Viernes 5 de septiembre; Días de las Aves Playeras.
Sábado 7 de septiembre; Día Internacional del Buitre (se refiere al ave rapaz); Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul (¡digo!); Día Mundial del Buzo (¡ele!); Día Mundial de la Barba (¡arsa pilili!).
Hoy domingo se celebra, entre otros, el Día Internacional del Periodista.
Advertencia:
El domingo que viene (D.m.), volverá a abrir la sastrería.
P.D.
a) Por mi padre (q.e.p.d.), que la ex alcaldesa de Puertollano sigue siendo ministra (¡de Vivienda!).
b) Sigue sin ser reprobada en el Senado, donde los cuates de don Alberto tienen mayoría absoluta, la sedicente ministra de Sanidad, contumaz tomadora de pelo a los bienintencionados médicos de Melilla. Definitivamente, no sé si pensar si están de vacaciones los que no abandonan la permanente vacación.
c) ¡Quién lo iba a decir; ‘Melilla’ bien vale una Misa! ¡O sea; luz en la calle y la casa a oscuras! Yo sé lo que me digo...
Que no le falte agua al elefante.
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