El matrón Carlos García Cano y dos enfermeras, Soraya Satour Mohamed y Hinda Charki Aznoun, han realizado una investigación para ver si es real la creencia de que son los partos de extranjeras, a las que no se les ha controlado el embarazo en la ciudad, los que provocan que Melilla tenga una tasa de cesáreas elevada respecto a la media nacional. La conclusión de este estudio es que no es real este prejuicio. “Son los embarazos controlados y no los de extranjeras los que suben el número de cesáreas”, aseguró García Cano, que presentó esta comunicación oral en el congreso que realizó el Sindicato de Enfermería SATSE en Ceuta a finales de septiembre.
Explicó a El Faro que hay una creencia en los pasillos del Comarcal de que son los partos de extranjeras, a las que no se les ha vigilado el embarazo, lo que provoca que haya un número elevado de cesáreas en comparación con la media del país. En concreto, la tasa es de un 28% y a nivel nacional de un 26%, siendo lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud de entre un 10 y un 15%. Argumentó que, en general, es más elevado el índice de cesáreas en los países industrializados. Pero en Melilla se atiende a partos, que son un 60% del total, de mujeres a las que no se les ha vigilado el embarazo y de ahí la creencia de que es esto lo que hace que las cesáreas sean más numerosas en el Comarcal.
Este grupo de trabajo pretendía comprobar si esta idea era real o no, es decir: ¿es verdad que hay muchas cesáreas porque hay muchos partos de gestantes no controladas? ¿Tiene relación el control del embarazo con ese tipo de parto? Y las conclusiones fueron reveladoras.
El método que se utilizó para obtener los resultados fue escoger a dos grupos de embarazadas, uno con la gestación controlada y otro que no, pero que tuvieran características similares y cuyo parto pudiera ser natural, a priori, al no tener riesgo de cesárea.
La investigación comenzó el 18 de abril y finalizó la recogida de datos el 21 de agosto. Se comprobó que la muestra de mujeres que se había escogido representaba a la realidad de cómo son los partos de la ciudad, es decir, que haya un 63% sin Seguridad Social y no vigiladas y un 37% de embarazadas con seguro médico y controladas.
El análisis de cómo fue el final del embarazo para las mujeres a las que se les ha hecho controles durante los nueve meses fue que más de un 50% acabó en cesárea. Sin embargo, en el caso de las mujeres a las que no se les vigiló el embarazo en la ciudad sólo llegó a ese tipo de parto un 33%.
Esta investigación fue más allá y observó que llevó a practicar esta operación a las gestantes en ambos casos. En el grupo de mujeres a las que se les controló el embarazo, en un 80% fueron cesáreas electivas o programadas, bien porque lo quiere la paciente o porque los sanitarios lo han programado así. Tan solo un 20% de las gestaciones controladas acabaron en cesárea por una urgencia.
Pero todos estos datos cambian con la muestra de las mujeres a las que no se les ha controlado la gestación del bebé. A ese grupo de un 33% que tuvo que someterse a una cesárea, en un 73% fueron una urgencia y un 27% fueron una elección de la mujer o del sanitario.
“Estos datos indican que cuando hacemos una cesárea a un mujer a la que no se le ha controlado el embarazo es porque es una urgencia”, aseveró García Cano.
En este sentido, afirmó que no es lo normal y no coincide con esa idea que hay en el Comarcal de que las cesáreas están vinculadas a las mujeres extranjeras que no tienen controlada la gestación.
“Lo que se demuestra con este estudio es que el control del embarazo no influye en la terminación del parto en cesárea en Melilla y que seas una gestante no vigilada no aumenta tu posibilidad de tener que someterte a esta operación”, remarcó el matrón.
El problema de esto, según García Cano, es que si la estrategia del Ministerio de Sanidad es disminuir la tasa de cesáreas y promover el parto natural, y estas mujeres controladas tienen contacto con los profesionales de la obstetricia durante nueve meses en sucesivas visitas y consultas, ¿cómo puede ser que la mitad de esos partos acaben en cesárea? Sobre todo, tras hacer hincapié en una educación maternal enfocada al parto vaginal, se preguntó.
De esta forma, este matrón cree que “algo falla” cuando la mitad de las mujeres que van a parir tras pasar por la consulta eligen una cesárea. “La educación sanitaria no es del todo correcta porque la idea es intentar que tenga un parto normal y evitar la operación por las complicaciones que tiene”, resaltó este especialista.
De hecho, argumentó que la cesárea tiene una serie de riesgos y hay investigaciones que asocian este tipo de parto con la diabetes o con problemas respiratorios. En este sentido, el matrón explicó que cuando un niño pasa por el canal del parto natural hay una serie de bacterias vaginales que pasan al bebé. También es mayor la incidencia del pulmón húmedo en los niños que nacen por cesárea porque no existe la presión que saque el líquido de los pulmones.
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