El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla marca cifras récord de ocupación. Pero esta vez a la baja.
A día de ayer acogía a 490 personas, lejos de su capacidad máxima que, tras las obras de remodelación llevadas a cabo a finales del año pasado, anda ahora en torno al millar.
En mayo de 2014, el CETI rompió techo. Tras un multitudinario salto a la valla llegó a inscribir a 2.300 inmigrantes, la mayoría subsaharianos.
Hoy las cosas son de otra manera. El Gobierno central ha cumplido su palabra y sólo quedan 70 sirios en el CETI. El resto ha sido trasladado a la península.
Los nacionales de Siria que continúan en Melilla, o no han pedido la protección internacional o están a la espera de que les practiquen pruebas de ADN o de cumplimentar otro tipo de papeleo para abandonar la ciudad.
Ya ni sirios ni subsaharianos son mayoría en el CETI. Ahora el grueso tiene nacionalidad argelina, algo que fuentes del centro achacan a la mafias, que al no poder hacer negocio con unos u otros, han abierto una ruta Argelia-Melilla.
Pero el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de la ciudad no ha perdido de vista la crisis de refugiados de Grecia. Por eso está acometiendo obras de reforma con los ojos puestos en una posible “oleada” de sirios que, al no poder llegar a Europa por la ruta de los Balcanes, tarde o temprano dejará de viajar a Turquía para intentarlo por otras vías, Marruecos entre ellas. Esta nueva alternativa pasa sí o sí por Melilla y Ceuta.
Aunque tanto el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, como el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, han descartado que Melilla corra peligro de verse colapsada por refugiados como lo ha estado la isla griega de Idomeni, el CETI prefiere curarse en salud por lo que pueda pasar.
Y hace bien. Nadie puede asegurar al 100%, hoy por hoy, que los refugiados que huyen desesperados de la guerra no intentarán llegar a Europa a través de Melilla. Otra cosa es que Marruecos sirva, como ha hecho en otras ocasiones, de barrera de contención.