El Ayuntamiento de Valencia ha autorizado al artista urbano Escif retirar los cuatro ninots de la falla municipal que, encaramados a la valla de la mascletà, en plena plaza del Ayuntamiento, simbolizaban el drama de la inmigración, por lo que se salvarán de ser quemados durante la Cremà de este pasado martes.
Fuentes municipales han confirmado a EFE que Escif lo había solicitado por escrito ante el Ayuntamiento y así se le ha concedido. Previamente, varios inmigrantes trataron de echar abajo la falla por creer que criticaba su situación en España y que era racista.
El diseñador de la falla municipal de València emitió un comunicado el pasado domingo para defender la escena de cuatro migrantes situados sobre la valla de la mascletà ante la crítica del colectivo Resistencia Migrante Disidente y comentó que veía su trabajo como una oportunidad para abrir un diálogo sobre el uso del espacio público como lugar crítico y de reflexión.
El artista urbano valenciano respondía así a las críticas de este colectivo, que había entendido la escena como una "espectacularización del racismo institucional".
Escif pidió disculpas a los afectados y aseguró que siempre ha intentado apoyar y reconocer la lucha de colectivos políticos activos por avanzar "en un camino común de empatía y solidaridad".
Según su explicación, el protagonismo de la escena no versaba sobre las figuras de los migrantes sino en la valla y lo que sucede tras ella, que invita a entender que estas personas arriesgan su vida huyendo de una tragedia de la que, directa o indirectamente, responsabiliza a toda la sociedad.
La escena mostraba a cuatro subsaharianos saltando una valla, que podría ser la de Melilla, reproduciendo una imagen simbólica que se completaba en la plaza cada día a las 14.00 horas cuando detrás de la valla tenía lugar la mascletá en la que el humo, la pólvora y el sonido "lleva a lo que bien podría entenderse como un escenario de guerra".
La falla presentada este año, que lleva por título "Dos palomas, una rama", está hecha por el artista fallero Pere Baena como un llamamiento a la paz. EFE