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“Podría llegar a un acuerdo con la FSC si jugamos con las mismas cartas”

La secretaria general de CCOO de Melilla, Caridad Navarro, repasa en El Faro la gestión del sindicato en los últimos 4 años así como los objetivos a cumplir con la sociedad melillense, tras celebrar el Congreso Regional el 9 de febrero.

a secretaria general de CCOO de Melilla, Caridad Navarro, concede una entrevista en exclusiva para El Faro en las semanas previas a la celebración del Congreso Regional de la organización, sin saber aún si se presentará como candidata a la reelección y todavía colean las desavenencias dentro del sindicato con la Federación de Servicios a la Ciudadanía (FSC), con la que, no obstante aboga por una reconciliación. De su gestión en los últimos cuatro años, de los progresos del sindicato y los retos a los que se enfrenta, Navarro da buena cuenta en esta entrevista.
–Hace cuatro años que se hizo cargo de la Secretaría General del sindicato, ¿en qué estado se encontró Comisiones Obreras entonces y cómo está ahora?
–Venía de una época de transición de los cuatro años antes, donde estaba Ángel Gutiérrez. Había puesto las bases para poder hacer la gestión que yo he hecho en este tiempo. Ángel Gutiérrez se lo encontró peor que yo. Una ruina económica y moral en el sindicato, no teníamos apenas delegados, una diferencia con UGT tremenda, la democracia interna brillaba por su ausencia. Había que arreglar todas estas cosas y entonces él puso las bases.
En ese periodo de tiempo tuvo que hacer la estructura para que las cuentas estuvieran mejor, para que cada cosa fuera en su sitio, todo estuviera mejor registrado, hubiera más reuniones internas en la comisión ejecutiva o en la de finanzas. Porque este sindicato es así. Es un sindicato democrático, pero no asambleario, es decir, que cada vez que se toma una decisión no se reúne a la Asamblea, sólo cada cuatro años para elegir la nueva Secretaría General y la Ejecutiva. Todas las decisiones que se toman pasan por esos órganos de dirección. La secretaria general no la toma unilateralmente. Cuando llegó Ángel Gutiérrez esto no era así. La democracia interna estaba muy deteriorada. Ahora se ha establecido las pautas, los protocolos de actuación en CCOO. Me encontré un sindicato más estructurado, con el que pudimos empezar a andar.
–¿Cuáles han sido los principales objetivos logrados durante su mandato en el ámbito interno de CCOO?
–Los indicadores más importantes desde el punto de vista de la gestión de un sindicato son la representatividad (número de delegados), la representación institucional, la gestión económica y la gestión política. En Melilla la mitad de los trabajadores pertenecen al sector público y la otra mitad del privado. Los recursos del sindicato provienen principalmente del sector público, la privada tiene menos recursos. Yo me propuse reforzar la acción sindical en el sector privado y darle una atención sindical más grande que la que había habido en los ocho años anteriores para conseguir también más delegados. La pública estaba bien atendida y de ahí vienen muchos de los recursos humanos del sindicato.
Cuando yo llegué, aún no había estallado la crisis, fue en 2009, y ello provocó una merma en los recursos que nos obligó a hacer un esfuerzo adicional.  
Lo primero en lo que hicimos hincapié fue en organizar la acción sindical, donde Francisco Casado con su equipo ha hecho una gran labor. Ahí es donde hay que trabajar, en la relación con el trabajador, atender sus problemas y celebrar las elecciones.
Otra de las cosas que se hablaba en los órganos de dirección cuando yo llegué era el problema económico. Se dejó un pufo importante que Ángel Gutiérrez empezó a arreglar. Teníamos que sanear la economía sin tener que despedir a nadie y de hecho, ha sido esta etapa en la que más trabajadores hemos tenido contratados.  
–¿Cómo considera que CCOO debe enfrentar la desafección ciudadana existente hacia las organizaciones sindicales así como a la clase política en general?
–Lo veo complicado porque se ha instalado un pensamiento en la sociedad desde que Margaret Tatcher dijo que “lo mío es más importante que lo nuestro”. Ese pensamiento individualista se ha instalado. La gente no quiere problemas y yo le pregunto a la gente, ¿qué más problemas quieres? No tienes trabajo, no tienes futuro, tus hijos tampoco, te han recortado Sanidad, Educación, derechos laborales, sueldo, de todo. ¿Quieres más? El marrón que tenemos todos encima es muy gordo. Contra esto sólo se lucha de una manera, con unión y solidaridad. Hubo un poco de esperanza con el movimiento del 15–M porque hace falta una gran movilización social, que la ciudadanía se conciencie y no se resigne. La situación es muy complicada, pero es que ya las personas están domesticadas, no tienen libertad ninguna de pensamiento.
CCOO seguirá haciendo campañas, explicando públicamente a los trabajadores la situación para que no se resignen y acercarnos más a los centros de trabajo. Si en España es difícil movilizar a la gente y hacerla pensar, en Melilla aún más. La gente cree que ya nada sirve para nada porque les han convencido de ello.
Pasará un tiempo antes de que las nuevas generaciones inicien ese movimiento social que se necesita.
–¿Qué cuestiones considera que se han quedado en el tintero y que son prioritarias para la organización en los próximos cuatro años?
–Hay que dar un impulso al área de la Juventud. Por ahí es por donde hay que empezar para que sean ellos los que luchen por sus problemas. He tenido un proyecto encima de la mesa desde hace poco, pero la falta de recursos por la crisis me ha obligado a dejarlo aparcado. Me hubiera gustado tener una cepa más fuerte en el área de Juventud. De hecho, han venido muchos jóvenes que se han acercado al sindicato para colaborar y trabajar.
A los jóvenes cuesta mucho implicarlos en los sindicatos, pero ya se están dando cuenta de que o se implican o nadie va a ir a buscarlos a su casa. Han venido jóvenes que están parados y les orientamos. Es ahí cuando empiezan a motivarse y vienen con más ganas de trabajar y colaborar.
–Desde hace unos meses, las luchas internas en el seno de CCOO han marcado el proceso congresual del sindicato, ¿qué consecuencias ha tenido todo esto?
–Sin duda, quien ha salido más perjudicada de todo esto ha sido la organización. Yo, personalmente ,no. Además he recibido muchas muestras de apoyo y cariño. Yo puedo estar aquí hoy y mañana no, lo que perdura es el sindicato, la organización y es la que sale perjudicada de todo esto.
–¿El cisma dentro de CCOO ha condicionado o está condicionando su decisión para presentarse a la reelección?
–Claro que condicionan. El trabajo es muy importante, la responsabilidad es muy grande y se necesita tener mucho, mucho apoyo. Entonces claro que condiciona tener más o menos apoyos a la hora de tomar una decisión.
–En las últimas semanas, han sido numerosas las federaciones, delegados sindicales y afiliados que han mostrado su apoyo a su candidatura, ¿cómo le hace sentir este respaldo?
–Por lo menos, creo que hace justicia a mi trabajo y al sindicato. Porque igual que se desacreditan a los sindicalistas y al sindicato, aquí hay gente que trabaja mucho y muy bien. Siempre digo que hay sindicalistas buenos, malos y regulares, pero es igual que si decimos que hay muchos presos en España y por ello la ciudadanía es una delincuente. Pringar a la institución entera porque haya determinadas personas o sindicalistas que no son un buen ejemplo es injusto para la organización y para los compañeros que trabajan día a día solucionando los problemas de los trabajadores.
Hay gente que opina mal del sindicato porque no somos perfectos, pero todo trabajador acude siempre que tiene un problema al sindicato.
–También le han propuesto que haga un intento de llegar a un acuerdo con la FSC para elaborar una candidatura única que muestre la fortaleza y unidad del sindicato, ¿cree que es posible una reconciliación con la FSC?
–Por mi parte, sería posible, claro que sí. Pero habrá que jugar siempre con las mismas cartas. Si hablamos de gestión y proyecto, vale. Yo soy la primera, estaría encantada. Es lo que tiene que ser, que en el sindicato estuvieramos todos unidos. Por mi parte, no le quepa la menor duda, siempre estará la unidad y la solidaridad. Sería capaz de llegar a un acuerdo cuando los pensamientos confluyeran en la unidad y la solidaridad para un objetivo común: El reforzamiento del sindicato y para la defensa de los trabajadores que ahora están con todos los problemas que nos han hecho retroceder. No tengo inconveniente, estaría encantada.
–¿Ha decidido entonces presentar su candidatura, teniendo en cuenta que ha guardado mucho celo sobre esta cuestión desde hace meses?
–Es que no lo he decidido todavía. No lo tengo decidido precisamente por la pregunta anterior y porque tiene un coste personal muy grande. No recibo un beneficio personal más que la satisfacción de luchar por lo que creo y lo que pienso. Ahora bien, a mí me importa la unión y el reforzamiento del sindicato, a lo mejor encontramos un candidato mejor o la forma de unir lo que hay que unir y tenemos que colaborar todos. Personalmente, no quiero presentarme. Pero si yo veo que si no hay consenso y la opción que viene no le interesa al sindicato y tengo apoyos en el sindicato, ya vería si lo haría o no.
Esperaré al último momento. No estoy cerrada a nada, podemos llegar a un acuerdo que favorezca al sindicato y me iría con mucha satisfacción.
Yo no quiero ganar por ganar, quiero que gane el sindicato.
–¿Le parece que la candidatura alternativa que se ha presentado a la Secretaría General de CCOO va a beneficiar a la organización?
–No, porque retrotaerá al sindicato al tiempo en que Ángel Gutiérrez se encontró Comisiones Obreras. Una organización totalmente demontada, desorganizada y sin ningún tipo de autoridad moral y económica.
–En los próximos años, ¿qué cree que CCOO tiene que aportar a la sociedad melillense?
–Pues mucho trabajo, mucha lucha y concienciación. Ayudar a reconducir el camino al diálogo social con las instituciones, porque es la prinicipal herramienta para recuperar lo que hemos perdido. Por ello, Melilla necesita que CCOO sea fuerte. Flaco favor hacen aquellos que intentar dar una mala imagen pública de la organización. No debió haber pasado. Pero mi objetivo siempre ha sido que estemos unidos, porque hemos perdido muchos derechos, hemos retrocedido mucho y el sindicato no puede hacer lo mismo. CCOO tiene que renovarse, fortalecerse, unificarse. No cabe la menor duda es que hay mucho que trabajar y ofrecer. Es lo que ofrezco por mi parte, despertar las conciencias a la ciudadanía para resolver sus problemas.

‘Matar dos pájaros de un tiro’

aumento de delegados y problemas económicos.  En el informe general de la gestión de los últimos cuatro años de CCOO de Melilla, Navarro destaca el “espectacular” aumento de la afiliación así como de delegados sindicales. En 2004 CCOO contaba con 108, en 2008 con 143 y en 2012 tiene 212 delegados sindicales, entre sector público y privado. Este incremento del 48,2% en los últimos cuatro años, ha venido aparejado de un importante recorte en la distancia con el otro sindicato mayoritario en la ciudad, UGT. La diferencia se ha recortado en un 72%, que se traduce en 92 delegados sindicales a fecha de diciembre del año pasado. “Desde 2004 a 2012 hemos aumentado en más de 200 delegados. Hasta la UGT en Madrid estaba preocupada por este incremento”, asegura Navarro.
Además, este aumento de representación sindical vino aparejado con una subida en los fondos que CCOO en Melilla recibe de la dirección nacional. Éstos se reparten en función del número de delegados sindicales, por lo que, en el momento en el que estalló la crisis, la representación aumentó y con ello los recursos económicos que han permitido a CCOO sanear aún más las cuentas. “Hemos conseguido matar dos pájaros de un tiro, gracias a un buen y organizado trabajo de acción sindical”, aseveró Navarro.

CCOO en la calle

Durante la gestión de Caridad Navarro en CCOO de Melilla, la participación institucional ha sido otra de las líneas de trabajo en las que se han obtenido grandes resultados. Navarro destacó, en este sentido, la participación del sindicato en 19 concentraciones, siete manifestaciones, tres huelgas generales, una huelga de los empleados públicos, una iniciativa legislativa popular y una recogida de firmas en pro de la convocatoria de un referéndum.
Navarro asegura que en el último año los recursos humanos con los que ha podido contar CCOO han sido más reducidos y la falta, quizá, de una mayor participación de la ciudadanía es debido a la “campaña de descrédito que el Gobierno, medios de comunicación y empresarios han realizado en una estrategia muy bien montada para destruir la voz discordante que no les interesa”.

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