–Usted es médico cirujano ¿cómo cree se ha gestionado la crisis sanitaria en Melilla?
-Creo que la crisis en Melilla ha pasado por unos resultados que nos ha situado entre los mejores puntos del territorio nacional. Pero hay que significar que es gracias a no solo no haber tomado las medidas no acertadas porque creo que lo que se recomendaba en su momento sobre dotaciones hospitalarias permanentes, instalaciones sanitarias permanentes en Melilla, es decir, no hubiera sido malo que el Buque ‘Galicia’ estuviera de forma presente y permanente en la fase 1 y 2, es más eficiente, sino que además habría que haber buscado una solución rápida y solidaria. No se me escapa que a esa ciudad hermana a la tanto nos hemos referido y que tanto hemos llevado en el corazón para defender reivindicaciones al Gobierno de forma conjunta, se le hablara y se le dijera que hasta que tuviéramos respiradores, Melilla y Ceuta que tienen las mismas condiciones pues deberían montar una misma unidad de reparto. No podía ser ese desequilibrio tan notorio, 40 más 9 que habían pedido; más 9 y 9 que teníamos. Eso era una medida inmediata que se podía tomar y otras más. Pero vamos a quedarnos con que los resultados en estos momentos nos invita a que se tomen las medidas más acertadas para seguir en esa senda de recuperación en el aspecto de la normalidad y difícil recuperación en el aspecto de la economía que tenemos que hacer muchos más deberes.
-Como médico vio en primera persona la atención a los pacientes en el hospital Comarcal ¿cómo se vivieron esos primeros momentos en el que los sanitarios además reclamaban mascarillas y EPIs, al inicio de la pandemia?
-Había dos cosas muy tristes en el hospital o en los recintos donde se daba la asistencia médica. Y eran las medidas preventivas que se tomaban, conllevaba a separar a las familias del paciente. Eso nunca se producía. El mayor, el abuelo, que a veces no entiende, se tiene que separar cuando es un COVID o sospechoso de posibilidad se tiene que encontrar en una habitación aislada, desprendida de sus seres más queridos. Si ya de por sí un abuelo cuando entra en un hospital hay que hacer un esfuerzo añadido para que su conciencia y su memoria no se vea deteriorada, cuando ves el estado afectivo quebrantado es difícil de poder comprenderlo. Eso era una situación muy triste, pero a eso se añadía también la de profesionales de primera línea. Esos soldados que luchan en la guerra en la primera fila, aquí eran enfermeros, médicos, celadores, auxiliares… es decir todos los que están en primera línea que tenían que intensificar su trabajo, al mismo tiempo con dificultades en lo que son las medidas de prevención. Estaba sufriendo todo el país y que la sufríamos nosotros algo más.
Y esas dos cuestiones son tristes. Yo espero que cuando pase esta fase, tengamos la capacidad, la conciencia y la memoria de recordar esto para hacer un reconocimiento a esos mayores que han sufrido tanto y, a esos pacientes que han salido heridos de esta guerra vírica y a esos profesionales de primera línea, en el aspecto sanitario y los cuerpos de seguridad que también han estado trabajando en las calles para mantener las medidas de aislamiento, las medidas saludables y de protección a la salud de la sociedad, un reconocimiento en el sentido del verdadero valor que tenido y que han cometido en esta crisis.
-Melilla entrará en la fase 2 de la desescalada ¿cree que la ciudad está preparada si ocurre un rebrote de la enfermedad?
-Hay dos criterios para recomendar la fase 2 que nosotros pensamos que sí; es el criterio de que si en el momento actual estamos preparados, que no; y en el segundo criterio es si tenemos los suficientes instrumentos para que en un plazo inmediato estuviéramos preparados, creo que sí. Dije en una rueda de prensa, que la Ciudad puede estar en la disponibilidad de testar al 15% de la población, hoy en día es una realidad. Podemos testar al 15% de la población, un porcentaje muy importante para saber, para tener una idea para saber quiénes son los portadores del virus COVID-19 y quiénes son las personas que no tienen riesgo de infectarse.
Por ejemplo, en el pleno había 25 diputados representantes del pueblo. Unos llevaban mascarillas y otros no. Probablemente unos tenían el test hecho como un ejercicio de responsabilidad como mi persona, en el sentido de que soy un profesional de sanidad y a mí, tarde, pero me han llamado y me han controlado para saber si en mi contacto con los pacientes tengo el virus o no, soy portador o no, algo importante. En la sociedad pasa lo mismo. De esos representantes que estábamos también era importante saber quién era positivo y quién no ¿cómo se sabe? Se sabe testando, ¿cómo se sabe en una sociedad que hay sectores más vulnerables a la hora de contagiar o no? Testando. ¿Cómo se sabe las medidas que hay que tomar en una parte de la sociedad que deben ser más contundentes que en otras, en los 25 barrios que hay? Se sabe testando. ¿Cómo se sabe que hay unos colectivos más vulnerables que otros? Testando y en eso no cabe debate, si testamos o no a los menores, al CETI, a los cuerpos de seguridad, a los bomberos, a los funcionarios, a los políticos, a los sanitarios, no cabe debate porque son colectivos que al fin y al cabo están repartidos en la sociedad y la salud es ahora es un mismo corazón, es una sola salud pública que corresponde a la sociedad melillense y que la medida va en la dirección de proteger a esta sociedad pública, ese corazón único que representa a toda la ciudadanía melillense.
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