–¿Cómo acoge este nuevo cargo como presidenta de la Comisión Ejecutiva de la Fundación?
–Con mucha ilusión, aunque también consciente de las dificultades que plantea desempeñar un trabajo enlazado con la preservación y la difusión del patrimonio de Melilla, a sabiendas de que este es un parámetro clave de la expansión cultural y económica de la Ciudad.
–¿Cuáles son los grandes retos a los que se enfrenta junto a su equipo al frente de la Fundación?
–En primer lugar, es ya un reto sentar las bases de un equipo especializado y no solo en el ámbito patrimonial sino además en los basamentos administrativo y económico, dos campos primordiales sin los cuales no se puede ejecutar el programa Melilla Patrimonial. Hay que tener en cuenta que cuando el nuevo equipo se incorpora no existe un organigrama de personal y hay que dotarlo nuevamente. A partir de esta constatación, el reto es relanzar el patrimonio melillense, que nuestros conciudadanos y conciudadanas profundicen en la percepción de la riqueza que tienen y que realcen en su seno emocional algo inherente a su identidad y a la capacidad de proyección más allá del ámbito local.
– Tras ver el nuevo programa que presentó junto a la Consejera de Cultura, hemos podido apreciar que abarca diversos ámbitos desde el académico, hasta el cultural e incluso el de la concienciación ambiental. ¿Les ha resultado complicado diseñar todas estas líneas para poder implicar a toda la ciudadanía a la hora de participar y cuidar el patrimonio histórico cultural de Melilla?
–Cuando surgió la posibilidad de elaborar un programa de actuación de las características del de Melilla Patrimonial, apostamos por abarcar todo aquello que se engloba bajo el concepto de patrimonio y que va mucho más allá del concepto de monumento. De entrada, ya señalamos en el Programa que el objetivo era el de relanzar y actualizar la Fundación a través de «una visión renovadora del enfoque de la Melilla Patrimonial con una serie de proyectos inclusivos, participativos, y con visión de continuidad y perspectivas interculturales dinamizadoras, que pivoten en torno a la columna vertebral del cuerpo patrimonial y cultural de Melilla». Este es el horizonte que nos hemos marcado y, desde esta perspectiva, hay que entender la complejidad y diversidad que engloban las líneas directrices de «Melilla Patrimonial».
–El termino ciudadela es un término inexacto que no describe la realidad histórica de la ciudad fortificada. Más allá de este matiz, el casco histórico de Melilla la Vieja, o El Pueblo, es el punto de apoyo que mueve el patrimonio de Melilla. Es el núcleo esencial de la actividad patrimonial y sin sus cuatro recintos no se puede entender la historia de la ciudad ni su evolución. Hay que anclar el pasado en el futuro y proyectarlo en los nuevos paradigmas. Para ello nada mejor que mimar cada una de las piedras, cada uno de los rincones de Melilla la Vieja. Eso no quiere decir que la Fundación permanezca ajena al resto del patrimonio.
De hecho, el programa Melilla Patrimonial señala dos áreas prioritarias de trabajo: «1. Melilla la Vieja. Primer recinto, núcleo de la fortaleza habitada. 2. Ensanche. Cuadrícula patrimonial, en su llamada do triángulo de oro, junto con la periferia colindante, con especial incidencia en barrios como los de Gómez Jordana, Polígono, y Hebreo».
Así pues, el programa Melilla Patrimonial también incide en el patrimonio arquitectónico de Melilla con propuestas como la del Proyecto CINAR (Proyecto de creación del Centro de Investigación de la Arquitectura Contemporánea en Melilla, siglos XIX-XXI), donde se presenta la conformación de un centro de investigación dedicado al amplio abanico de arquitecturas que pespuntean las calles melillenses: desde el Modernismo –donde Melilla es la segunda ciudad de España en edificios de este estilo-, hasta otras intervenciones como las arquitecturas art déco, racionalista, orientalista, historicista, industrial, de vanguardia. El proyecto ECAM o el Centro de Cultura y Memoria Fuerte Victoria Grande, son otras de las propuestas descritas en las Adendas del programa Melilla Patrimonial, trabajadas junto con la Consejería de Cultura.
–La Consejera dijo en sus intervenciones que con estas nuevas líneas de trabajo también vendría consigo una reforma de los estatutos. ¿Cuánto se tarda en hacer esa reforma?
–Hay que valorar la fuerte apuesta y defensa de Elena Fernández Treviño por querer refundar este organismo y dotarlo de nuevas directrices, entendidas desde la óptica de que el patrimonio es un pilar fundamental en Melilla y de vital proyección en el futuro de la Ciudad.
Es muy importante abordar la actualización de sus Estatutos. Primero, resulta curioso que la calificación que define este organismo sea una Fundación pero que en ningún caso se rige por ese precepto tal y como se puede leer en sus Estatutos. También hay que destacar que la significación de Melilla Ciudad Monumental, delineada en el año 2001 pudo estar acertada entonces, pero veinte años después queda desfasada, pues no incluye el patrimonio inmaterial, natural o cultural y es por ello que se apuesta por la nueva concepción más inclusiva de Melilla Patrimonial.
El cambio de los Estatutos, es un proceso que lleva su tiempo, pero debe abordarse sin falta, no solo por la muda nominativa sino también para dar respuesta a los nuevos retos a los que se enfrenta. Le pongo un ejemplo. Cuando el nuevo equipo directivo se incorpora el 22 de enero, verifica que las redes sociales que los usuarios, Consejerías, y otras entidades identifican con Fundación Melilla Ciudad Monumental a través de Twiter o Instagram, no están bajo el dominio de la Fundación, sino que se amparan en un particular que acopia los contenidos, las proyecciones gráficas o audiovisuales, además de hacer uso de una nomenclatura o logotipos que definen este organismo sin permiso expreso ni de manera contractual. Esto genera serios problemas que mediatizan las labores de difusión de la Fundación y que habrá resolver con celeridad. Este es un ejemplo que identifica la necesidad de reajuste de un reglamento delineado hace dos decenios. También se objetivarán conceptos que doten de mayor agilidad a sus dos órganos rectores colegiados, el Consejo Rector y la Comisión Ejecutiva.
– ¿Cómo será lo de las becas de investigación?, ¿se realizan en convenios con las universidades que están en Melilla o es para estancias de cualquier universidad?
– El patrimonio histórico cultural es importante a la hora de atraer visitantes y en el nuevo programa de Melilla Patrimonial hablan de la colaboración con distintas instituciones, ¿se cuenta con la Fundación de alguna manera para las estrategias turísticas? Recordamos que está prevista la participación del Patronato de Turismo de Melilla, ¿habrá algún tipo de colaboración en este sentido?
–Aunque el equipo técnico de la Fundación lleva muy poco tiempo al frente de este organismo, desde el minuto uno ha sido consciente de la necesidad de entablar un diálogo colaborativo con las distintas Consejerías y organismos de la CAML, así como con las entidades públicas y privadas de la Ciudad. Se trata, como venimos repitiendo de aunar sinergias, de generar estrategias de colaboración y de intensificar las actuaciones patrimoniales enfocándolas desde perspectivas poliédricas pero unificadoras. En aspectos puntuales, puedo decirle que ya hemos tenido encuentros con los responsables de distintas áreas, y también con Turismo.
La Fundación quiere establecer un consenso de partida lo más amplio posible en el que los vectores colaborativos partan de decisiones adoptadas en Comisiones Técnicas que están en curso de conformación y que se definen en los Estatutos, pero hasta ahora nunca realizadas. Es lo que «Melilla Patrimonial« denomina Proyecto «Sinergias», Comisiones Técnicas. En cualquier caso, y como señala el Programa 2021 de la Fundación, siempre se trabajará sobre «propuestas culturales colaborativas y patrocinios sociales que representen a toda la ciudadanía».
–En la rueda de prensa en la que presentaron el nuevo programa de la fundación, se habló del Mercado Renacentista, y la Consejera aclaró que era una actividad que seguirá realizándose aunque cambiará su enfoque a algo más acorde con la ciudad. ¿Pasará con otras actividades?
–Es cierto que en el programa Melilla Patrimonial no se recoge el Mercado Renacentista, pero sí se señala un amplio panel de actividades enumerado en el apartado del Programa dedicado a «Información y concienciación», donde, entre otros, se señala el Proyecto «Almudí. Mercados en Melilla la Vieja»: El almudí de los artesanos. Mercado al aire libre de periodicidad quincenal de artesanía, libros, objetos o mercados comunes. De todas maneras, puedo decirle que ya se han realizado reuniones en torno a este tema y que se están trazando alternativas a un modelo cuya nueva proyección busca la incidencia en el amplio abanico de la economía local y el impacto turístico.
–¿Cuándo podrán estar disponibles los itinerarios culturales?
–Esta parece una pregunta que podría contestar mucho mejor Fernando Simón, pero por lo que respecta al nuevo equipo técnico, estamos deseando que las condiciones sanitarias lo permitan. A partir de ahí se podrán implementar paulatinamente las rutas recogidas en el Proyecto «Itinerarios culturales», además de ampliar las ofertas de visitas ya establecidas en los espacios museísticos y expositivos que gestiona la Fundación, como las cuevas del Conventico, los aljibes, etc.
–Ahora que mejora el tiempo, y si mejora la situación epidemiológica, ¿se llevará a cabo alguna actividad en esta temporada?
–Esta cuestión remite a la anterior. Estamos mediatizados por la situación epidemiológica y esa es la prioridad de la Fundación como lo es de la Ciudad. La salud es lo primordial y, a continuación, lo será la salud cultural. En la medida que podamos ofertar actividades aunque no sean presenciales las encauzaremos por las sendas que podamos, pero siempre respetuosos con las medidas que se establezcan para salvaguardad la salud de los ciudadanos y las ciudadanas de Melilla. En cualquier caso, estamos trabajando en varios campos: publicaciones, convocatorias (becas y premios patrimoniales), actualizaciones de la señalética, cambio de mástiles, reorganización de locales patrimoniales, informes para la Comisión de Patrimonio Histórico-Artístico, colaboraciones con la Consejería de Cultura y el Servicio de Publicaciones (Memoria histórica, Semana del Libro, Ciclo de Annual), con el Archivo Histórico de Melilla (Carpetas documentales).
–¿Habrá pronto alguna presentación de los proyectos que vienen en camino?
–Estamos inmersos en la configuración del equipo de trabajo, en sus variantes administrativa, económica y patrimonial, pero de manera paralela la Fundación ha abierto mesas de diálogo para conocer de primera mano la situación de aspectos cruciales para la Ciudad. Se han mantenido reuniones con personal especializado considerando que es crucial abordar trabajos paralizados en la denominada Casa del Gobernador y la Iglesia, debemos avanzar el conocimiento patrimonial. Hemos mantenido reuniones con la decana del Colegio de Arquitectos, Ana Viñas, con la arqueóloga Marta Isabel Galera, y con la Conservadora-Restauradora Vanessa Martínez. Hemos tenido distintos contactos en el ámbito de diseñar nuevos itinerarios culturales, con personal especializado como Jennifer Aragón.
Por otra parte, nos hemos reunido con la Casa Regional de Ceuta en Melilla, con el Director General de Intercultura, con el Consejero y el Director General de Medio Ambiente, el Consejero de Turismo, el Director General de Fomento y el ingeniero director de la autoridad Portuaria, por nombrar algunos. A todos ellos, el equipo técnico de la Fundación quiere agradecerles su buena disposición, el interés mostrado y las ganas de apoyar las nuevas sinergias mostradas.
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