Un individuo se enfrenta a una posible condena de once meses de prisión como presunto autor de un delito de robo con fuerza en las cosas. Según recoge el Ministerio Fiscal en su escrito acusatorio, el hombre fue visto mientras robaba en una furgoneta que permanecía estacionada en la calle Ibáñez Marín. Para ello, fracturó los cristales de la puerta trasera, de acuerdo con la descripción de la fiscal. El encausado supuestamente sustrajo del coche varios documentos y dos bombonas de butano.
Estos hechos tuvieron lugar en la madrugada del 29 de enero de 2016. El acusado compareció ayer ante el titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla para defender su inocencia. Según sostuvo, la noche del suceso él ni siquiera se encontraba en la calle en la transcurrió el robo. Aseguró que él estuvo por la zona de la rotonda de Las Palmeras, ya que acudió a un puesto de bocadillos.
Estando allí escuchó las sirenas y, según apuntó, él se desplazó a una tienda de comestibles para ver qué ocurría. Se percató de que cuatro coches de la Policía Nacional se detenían a unos 80 metros y luego se le acercó un agente.
“Me dijo que me habían reconocido robando en un coche porque iba todo de negro y le respondí que, si hubiera sido yo, se habrían fijado en mis zapatillas narajas fosforescentes, no en que iba de oscuro”, señaló en la vista.
Aunque en un primer momento señaló que sólo llevaba encima un mechero, las llaves de casa y dinero, luego reconoció que también portaba una herramienta multiusos. “La tengo porque vivo solo y para la moto de mi hermano”, argumentó el procesado.
El encausado sostuvo que, aunque tiene varios antecedentes penales, ahora lleva una vida totalmente alejada de la delincuencia. Además, insistió en que cuando ocurrieron los hechos él estaba trabajando en los planes de empleo, por lo que no tenía ninguna necesidad de robar.
Por otro lado, declaró un testigo presencial de los hechos. Según manifestó ante el juez, él vio a una persona que se alejaba de un vehículo que iba vestida de negro. No obstante, insistió en que no llegó a verle el rostro y que lo que dijo a la policía era que la ropa que llevaba el encausado coincidía con la de la persona que vio marchándose del lugar del robo.
También declaró el dueño de la furgoneta, quien apuntó que el seguro no se había hecho cargo de los daños ocasionados en su vehículo. Afirmó que del mismo se llevaron dos bombonas y varios documentos. De hecho, contó que la Guardia Civil lo llamó al tiempo porque había encontrado papeles a su nombre y su pasaporte en posesión de otra persona.
Según manifestó otra testigo, propuesta por la parte de la defensa, ella estuvo en la noche de los hechos con el procesado y, minutos antes de que apareciera la policía, vio pasar a un grupo de menores portando dos bombonas.
Finalmente, un agente de la Policía Nacional aseguró en el juicio que llegaron al lugar de los hechos al minuto de recibir el aviso y se encontraron cerca con el procesado, cuya vestimenta coincidía plenamente con la aportada por el vecino que denunció el robo.
Tras escuchar todas las versiones aportadas en la vista, la fiscal solicitó el dictado de una sentencia condenatoria. La defensa, en cambio, pidió la libre absolución de su cliente al entender que no había pruebas con suficiente peso. El juez tendrá que decidir.
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