Los agentes identificaban a otra joven por un robo en el Zara, cuando la acusada les hizo frente.
Una mujer marroquí con residencia en Melilla, de iniciales S.C., se enfrenta a una multa de 30 euros por una falta de orden público, tras enfrentarse a la Policía Nacional durante un incidente en la calle Cándido Lobera en el que no estaba implicada. Los hechos ocurrieron en la tarde del 13 de mayo en pleno centro de la ciudad. Los agentes de la Policía Nacional acudieron al lugar para identificar a una joven que momentos antes había robado varias prendas de Zara. El vigilante de seguridad de este establecimiento salió tras ella y la retuvo en el portal de la calle Cándido Lobera hasta la llegada de las autoridades policiales.
Mientras los agentes identificaban a la joven retenida por el hurto, otra mujer, la denunciada, llegó al portal, pues dijo que reside allí. En ese momento se inició una discusión que terminó con la detención de ésta por un delito de desobediencia.
El juicio se celebró en el Juzgado de Instrucción nº4 y finalmente quedó en una falta de orden público. Los agentes que detuvieron a la mujer aseguraron ante la juez que S.C. les gritó, les insultó y les profirió amenazas ante un buen número de ciudadanos que se arremolinaron en el lugar de los hechos.
Uno de los policías aseguró que, él y su compañero iban de paisano y se identificaron como agentes de la autoridad, pero la mujer hizo caso omiso y continuó en su actitud. Al comprobar que no llevaba documento de identidad válido encima, procedieron a la detención.
Ambos agentes negaron haber agredido a la mujer y reiteraron que les insultó en repetidas ocasiones y les amenazó, diciendo que su marido era periodista y que iba hacer público la agresión, que supuestamente había sufrido.
Embarazo y parte médico
La denunciada negó todas las acusaciones y aseguró que en la tarde de los hechos, ella iba hablando por teléfono móvil de vuelta a su domicilio, cuando se encontró allí a la Policía. “Había mucha gente y uno de los policías me preguntó si estaba haciendo fotos con el móvil. Le dije que no era verdad y me quitó el teléfono. Luego me empujó contra la pared”, relató ante la juez.
Fruto de ese empujón, presentó un parte médico, pues afirma que le duele la espalda, y entregó otro parte más del área de Ginecología, pues dijo estar embarazada. S.C. apostilló que, tras el empujón, le entregó su permiso de residencia y el agente le dijo que no era válido para su identificación. El caso quedó visto para sentencia.
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