La consejera de Presidencia y Salud Pública, Paz Velázquez, da un paso más en la lucha contra la venta de pescado ilegal en Melilla. En declaraciones a El Faro reconoció que tiene la intención de trasladar a Seguridad Ciudadana la idea de sancionar no sólo a los vendedores ambulantes de este producto, sino también a los compradores que acudan a comprar de los cubos.
La vicepresidenta segunda de la Ciudad pretende con esta medida acabar de una vez con los problemas que trae una venta ilegal sin controles sanitarios que dice que acaba repercutiendo en la salud de los melillenses. Recordó que los niveles de hepatitis en la ciudad son mucho más cuantiosos que en otros territorios del Estado español.
Aunque reconoce que esta medida aún es una idea personal a madurar y que se encuentra a la espera de hablar primero con Seguridad Ciudadana y Delegación del Gobierno (aunque sea competencia de la Ciudad), considera que sería una medida a considerar en pos del binestar y la salud de los melillenses, que es “para lo que fue elegida en el cargo de consejera de Salud Pública”.
De todas maneras, comentó que, antes de las sanciones, se propondrá una campaña de sensibilización colectiva como la que se realizó con el tema de la rabia. Velázquez confirmó que ya están trabajando en ese proyecto, pues consideran esencial transmitir la preocupación de su Consejería al conjunto de los melillenses, que muchas veces no saben los peligros que corren.
Riesgo sanitario
Sobre este punto, lamentó el alto índice de hepatitis-A en Melilla, enfermedad asociada en muchos casos a la ingesta de bivalvos en mal estado, preguntándose retóricamente “¿quién no ha enfermado alguna vez por hepatitis en esta ciudad?”.
La consejera comentó que ya no es sólo el problema de la venta ilegal y de que esas personas ejerzan el comercio sin ningún atisbo de pudor a la hora de rendir sus cuentas con el fisco, sino que tampoco pasan ningún tipo de control sanitario.
Añadió además que muchos de ellos, cuando ven venir a la Policía, esconden el pescado en los contenedores de basura o en las papeleras, auténticos focos de infección. “Yo, desde luego, no compraría un pescado que sale de la basura”, señaló.
Culpa de todos
Velázquez quiso incidir en que estos ambulantes existen porque la gente acude a ellos. “Si ningún melillense comprara en los cubos, no los habría”, alegó.
“Y ya no son sólo las personas que acuden a esta venta para el consumo personal, sino que muchos comerciantes también compran este pescado sin ningún tipo de aprobación sanitaria, lo que acaba poniendo en riesgo al conjunto de la población”, señaló.
Con estas nuevas medidas, la vicepresidenta segunda del Gobierno de la Ciudad pretende erradicar de una vez por todas una venta ambulante que trae de cabeza desde hace años a comerciantes y vecinos de El Real, pues no sólo traen problemas económicos y sanitarios consigo, sino también un insoportable hedor que, especialmente en verano, atufa este concurrido barrio .