El equipo azulino no estuvo a la altura de lo que se espera de un candidato al play-off de ascenso ante un rival inferior al que le dio vida y se aleja en la puestos que dan derecho a disputar las eliminatorias por el ascenso.
Los de Óscar Cano volvieron a fallar por enésima vez en el momento menos oportuno. Cada vez que la UD Melilla ha tenido los puestos de privilegio a tiro de piedra, ha sido incapaz de dar la talla y el nivel que se espera de un equipo hecho para unos menesteres mayores que para deambular por la zona media de la tabla clasificatoria a estas alturas de la temporada.
No cabe duda que el mal inicio de la competición, con todas las situaciones extremas o extraordinarias que se dieron o que se quieran justificar, ha pasado factura; pero, ahora, instantes antes del pitido inicial del choque disputado en el Ciudad de Lucena, había una cosa clara y es que la UD Melilla dependía de sí misma para, como mal menor igualar la cuarta posición o incluso, mejor aún, hacerse con uno de los puestos que dan derecho a la disputa de los play-off. Todo ello contando con la previsible derrota, como así ocurrió, del San Roque en su visita a Jaén.
Y es que, por primera vez en la temporada, los de Óscar Cano tenían la posibilidad de aferrarse al objetivo marcado por el club y, a partir de ahí, defender a capa y espada su nuevo estatus. Pero no solo no pulverizaron la diferencia de puntos con un rival directo como el Lucena CF, sino que el encuentro acabó agrandando las diferencias en la tabla entre ambos contendientes y empequeñeciendo la figura de un equipo como la UD Melilla que afrontó el duelo con las mismas armas que su oponente pero con peor fortuna; porque, sin que nadie se lleve a engaño, eso fue lo que pasó. El Melilla no demostró en ningún momento sobre el sintético lucentino las diferencias que, a priori, existen, a día de hoy, entre ambas entidades; entre ambas plantillas y, por supuesto, en cuanto a los presupuestos que barajan uno y otro.
La escuadra azulina saltó al escenario aracelitano con tanto respeto o temor como pudo hacerlo el equipo anfitrión. Un equipo que solo había ganado un partido de los últimos nueve disputados, en los que había sumado nueve puntos de 27 posibles y que, a pesar de ello, ocupaba puestos de play-off. Lo que dice mucho del nivel que ofrece el Grupo IV esta temporada.
Está claro que el conjunto azulino está rindiendo por debajo de sus posibilidades pero, lo más preocupante, es que en ningún momento dio la sensación de que la escuadra azulina fuese de verdad a por el partido. En ningún momento, salvo cuando el marcador se puso en contra, dio la sensación de que el Melilla quería demostrar que es un equipo llamado a estar entre los grandes de la categoría. La Unión Deportiva Melilla afrontó el choque ante el Lucena como un equipo pequeño ante un conjunto inferior como, a todas luces, es el Lucena CF. Sin faltar al respeto con el que siempre hay que considerar al contrario, el Melilla debió salir con una actitud más descarada en busca de los tres puntos en juego porque, entre otras cosas, se jugaba mucho más que su rival. Se trataba de dar un auténtico golpe de autoridad sobre la mesa y enviar un mensaje al resto de competidores. No fue así y, de nuevo, toca esperar a que se presente otra oportunidad para intentar asaltar de manera definitiva los puestos de privilegio.
Con la derrota ante el equipo cordobés, el Melilla vuelve a generar las lógicas dudas y se sumerge en las sombras de la irregularidad que mantiene desde el inicio de la liga. Ahora toca ganar en casa pues, ante el Écija Balompié, próximo rival azulino, los de Óscar Cano no pueden fallar. El Melilla debe aprovechar la benevolencia del calendario en el mes de febrero, en el que sus rivales se medirán entre ellos, para asestar el golpe definitivo y encaramarse al furgón de cabeza. Para ello, a los unionistas solo les vale sumar de tres en tres porque, a pesar de que aún restan quince jornadas, al conjunto melillense solo le quedan trece partidos en los que puede sumar. Los puntos correspondientes a los dos partidos restantes, los que debía disputar ante el Sporting Villanovense y ante el Polideportivo ejido, ya los tiene en su saca.
El domingo visita Melilla el Écija Balompié que dirige desde hace tres jornadas Miguel Rivera, un viejo conocido de la afición azulina. Un equipo, el astigitano, que no llega en su mejor momento ya que, con el empate cosechado ante el Almería B, encadena ocho partidos sin conocer la victoria que lo han llevado desde hace varias jornadas a ocupar puestos de descenso; lo que hace del conjunto sevillano un rival más peligroso aún ya que se encuentra a tan sólo un punto de la promoción de permanencia y a dos de la salvación directa.
El resto de la jornada apenas deparó sorpresas. Tras los descansos obligados del Villanovense y el Puertollano, llama la atención el contundente triunfo del CD Roquetas (0-3) ante un rival directo en la lucha por la permanencia. Los del Poniente almeriense, sin entrenador en el banquillo tras el cese de Ramón Florit, fueron creyendo en sus posibilidades conforme transcurría el tiempo y solventaron un partido complicado en una segunda parte muy práctica.
La AD Ceuta sigue de capa caída y no logró superar al Lorca Atlético ante el que empató en el último suspiro. Por su parte, el Cádiz superó un difícil escollo en su visita al Benito Villamaría. Los de Jose González estuvieron desaparecidos en combate durante el primer acto del duelo. A los dos minutos del comienzo, ya ganaba el Betis B que desplegó un buen fútbol sobre el tapete verdiblanco pero el líder, que salió más reforzado del choque, llevó a cabo una gran segunda mitad en la que superó al joven filial bético, que pasa a ocupar el cuarto puesto en la tabla, y al que ya aventaja en seis puntos.
El equipo más en forma del Grupo en estos momentos, el CP Cacereño, se hizo con el duelo de rivalidad regional al imponerse por dos golea a uno al CD Badajoz. Los de Pedro Braojos, que comenzaron el partido aturdidos por el buen juego de los pacenses, aprovecharon el cambio de actitud de su oponente para primero igualar la contienda y después, completar la remontada. El Cacereño suma así su décima tercera jornada sin perder y se colocan octavos en la clasificación con los mismos puntos que la UD Melilla al que iguala en el golaveraje general pero al que supera en el particular.
La Balona tiró de carácter para empatar un encuentro que se le puso muy cuesta arriba al adelantarse el Sevilla Atlético en un partido que resultó bastante igualado y en el que la victoria pudo caer para cualquiera de los dos bandos, aunque el empate final puede considerarse justo.
Por último, el Real Jaén, que parecía descartado tras los resultados de las últimas jornadas, vuelve de lleno a la pugna por los puestos nobles de la tabla al vencer, no sin dificultades, a un CD San Roque que a pesar de las importantes ausencias con las que afrontó el choque, vendió cara su derrota.
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