Partido muy serio de Melilla

UEMC Real Valladolid Baloncesto: Wintering (14), Puidet (4), Berg (4), De la Fuente (11) y Pippen (14) -quinteto inicial-; García-Abril, Geks (3), Pantzar (4), Raffington (2) y Kuiper (12).

Melilla Sport Capital: Chapela (11), Dedovic (4), Rakocevic (11), De Thaey (10) y Gorgemans (13) -quinteto inicial-; Llorca (10), Mendiola (3), Mukama, Maiza y Mazaira (10).

Árbitros: García León (Comité castellano-manchego), Ríos Marcos (Comité gallego) y Gómez Hernández (Comité vasco). Sin eliminados.

Parciales: 12-21, 20-14 (32-35, descanso) 19-20 (51-55) y 17-17 (68-72).

Polideportivo Pisuerga. 1600 espectadores.

Victoria de mucho valor por 68-72 para un Melilla Sport Capital que dio continuidad a su buen momento de juego y resultados tras una notable actuación en casa del UEMC Real Valladolid Baloncesto. Un triunfo que sirve para atisbar la zona alta de la tabla clasificatoria tras un choque entre dos formaciones que se presentaron a la cita en las mismas condiciones, con 4 derrotas y el mismo número de conquistas en sus mochilas.

La igualdad sobre el papel se trasladó al parqué y al marcador con mucho orden en los ataques estáticos dentro de un primer cuarto en el que brillaron con luz propia Gorgemans y Sergio de la Fuente. Tanto Wintering en el bando local como Chapela en las tropas foráneas trataron de involucrar a sus compañeros en operaciones ofensivas que culminaron siempre al borde de la bocina de posesión. Sin embargo, donde mejor desempeño tuvo el cuadro de la Ciudad Autónoma fue en el apartado defensivo, con muchas manos sobre la circulación del balón y un gran trabajo que impidió los lanzamientos cómodos en el lado abierto. Así llegó el parcial 2-8 al borde del ecuador de la primera parte que sirvió para situar el 12-21 que dictó el marcador después de un triple de Álex Mazaira.

Agitó su banquillo Arturo Álvarez para conceder minutos a su segunda unidad con el objetivo de mantener la tensión defensiva sobre un plantel que necesitó de 8 lanzamientos y 14 minutos para firmar su primer triple anotado. Un pobre bagaje para un equipo que atesora una extensa nómina de buenos lanzadores. Especial mérito tuvo el trabajo realizado para secar el pozo del siempre prolífico Alec Wintering, maniatado por la zona diseñada por el preparador asturiano. No se hizo esperar, sin embargo, la reacción de Roberto González en la pizarra pucelana, capaz de descocer el choque y encomendarse a la velocidad del base estadounidense, perfecto conocedor de su rival, donde militó la temporada pasada. La respuesta fue la correcta, con el eterno Sergio de la Fuente, Kuiper y Pippen dueños de una pintura con mucho tráfico y que dio notables réditos hasta limar la diferencia a tres puntos antes del paso por los vestuarios.

En la reanudación quiso seguir con el mismo decorado el técnico anfitrión. Buscó elevar el ritmo y lo fió todo a la inspiración de Wintering, imparable en sus penetraciones hasta posar la pelota en el aro. Sin embargo, la replica del cuadro melillense en el tercer cuarto fue contundente. En el correcalles impuesto por el timonel local se manejaron con soltura Gorgemans y Chapela, que otorgaron solidez y filo al trabajo de sus compañeros (44-52, min. 27).

Fueron, en todo caso, balas de fogueo después de un último arreón para el cuadro anfitrión, que se situó a solo cuatro puntos en la entrada del período definitivo. Siguió con su buen momento el cuadro vallisoletano hasta volver a recuperar la iniciativa en el tanteador después de muchos minutos mediante una canasta de Kuiper libre de marca (58-57, min. 34). Así se llegó a un final de infarto, con constantes alternancias en la ventaja y canastas de gran calidad técnica. Un desenlace trufado de tiempos muertos y faltas personales para guardar el escaso botín (68-70) conseguido por unos jugadores que demostraron temple y seguridad a la hora de frenar los lanzamientos finales de Wintering en el perímetro y Sergio de la Fuente tras cazar el posterior rebote.