-¿Cómo ve la situación de España a finales de 2022?
-La veo con muchísima preocupación porque la veo mal. Han fabricado los socios y el señor Sánchez una crisis institucional como nunca ha habido en todo el período constitucional de España y, sobre todo, me preocupa muchísimo ver que el Gobierno está manejado, está sujeto, sustentado y de alguna manera coaccionado y chantajeado por los separatistas, por los que no quieren a España, como son los catalanes de ERC y por Bildu que, además, tiene una historia detrás de haber protegido a la ETA, lo cual es pavoroso. Son los que están mandando en España junto a los comunistas bolivarianos. El cóctel tiene suficiente envergadura y peligrosidad como para estar preocupado, evidentemente.
-¿Y la de Melilla?
-La situación de Melilla es un poco la copia de lo que es la nacional. Imagínese aquí la situación que estamos viviendo desde 2019 cuando una unión antinatural de un partido súper conservador, excluyente, desintegrador y con tintes radicales que asustan y preocupan cuanto menos, que es CpM, se une con el PSOE, que ya hemos visto a nivel nacional que se alía con cualquiera. Se unen con un personaje al que no puedo más que calificar de trilero y han hecho que la situación en Melilla esté dada por las encuestas. El mismo CIS en su sondeo cuando pregunta a los ciudadanos qué les parece la actuación del Gobierno de la ciudad y cómo está Melilla, la conclusión es pavorosa: un 80% dice que mal o muy mal. Es lo que tenemos. Es una situación muy preocupante. No han dado solución a nada, no han solucionado los problemas que tenemos sino que, al revés, los han acrecentado. Y todo eso añadiendo una lucha, una guerra continua desde dentro entre los que conforman el Gobierno que, como he dicho antes, es antinatura y creado en contra de los intereses de la ciudad.
-¿Cuáles han sido en su opinión los principales problemas melillenses en este año que acaba?
-Se lo resumiré en muy pocas palabras: la desconfianza, la desmoralización y la desilusión que tienen los melillenses en el Gobierno. Ahí estaría todo dicho.
La prueba evidente, la prueba del algodón de lo que estoy diciendo es que fíjese: ¿sabe que desde julio del 2019 cuando estos señores entraron hasta ahora la población de Melilla ha disminuido en cerca de 2.000 personas? La gente se ha ido y se sigue yendo. ¿Sabe que en los 19 años que estuvimos nosotros la población de Melilla aumentó en un 25%? Esa es la prueba más evidente de la confianza o no en un futuro. Ahí lo tienen, el irse o el quedarse. Con estos señores del Gobierno se nos han ido. Si añado, además, que tenemos la afiliación más baja a la Seguridad Social de la que había en 2019 o que el paro ha aumentado, que tenemos los billetes más caros de la historia o que hay problemas de todo tipo, pues esto, la realidad es la desmoralización y la desilusión que hay, la poca confianza en el futuro que estos señores han creado con su nefasta gestión.
-Para el PP ha sido un año interesante con un Congreso muy participativo…
-El PP ha tenido dos puntos de inflexión notabilísimos en el año 2022 que ha acabado. El primero se produjo en el mes de abril con el congreso nacional del que salió como presidente Alberto Núñez Feijóo prácticamente por unanimidad. Esa elección supuso dar un vuelco total a la política nacional del PP, alzando al partido hasta tenerlo en las encuestas, en todas, incluso las del PSOE, en cabeza porque ya hay pocos que duden que será el próximo presidente del Gobierno.
El segundo punto de inflexión importante se produjo aquí en el mes de septiembre con nuestro congreso, un cónclave muy participativo. Unas mil personas participaron en el congreso en el que el PP salió muchísimo más reforzado. Fue seguido por todos los melillenses, que sabían que lo que saliera de ahí va a ser lo que va a gobernar la ciudad los próximos años y realmente estoy muy satisfecho de cómo fueron las cosas, con una democracia participativa cien por cien en la que los afiliados tuvieron la última palabra y hablaron muy alto.
Así que todo el PP ha puesto su maquinaria electoral a funcionar y, sobre todo, proponiendo, haciendo una política de oposición denunciando todo lo que es denunciable (que es mucho) y también proponiendo actuaciones positivas de las que vamos a llevar a efecto al segundo día después del 28 de mayo, cuando tomemos posesión como partido ganador en las próximas elecciones
-¿Tiene claras Feijóo las necesidades de la ciudad? ¿Confía en que si llega a la Moncloa cumpla con los melillenses en la medida en que usted le ha pedido ya?
-El presidente Feijóo conoce perfectamente los problemas de la ciudad y sabe también cuáles son las soluciones. Hemos hablado mucho, no solo aquí cuando vino al congreso de septiembre, sino también porque lo conozco desde hace bastantes años, hemos estado juntos en todas las reuniones de presidentes del partido donde hablamos mucho y por eso conoce tanto la situación de la ciudad. En el congreso yo mismo le planteé problemas y soluciones que, por supuesto, estaban aceptadas previamente porque ya lo había hablado con él. No me tiré al charco sino a una piscina con mucha agua porque es la que nos va a dar Feijóo con todas las propuestas que nosotros hemos hecho para Melilla. Además, confío plenamente en su intervención y en que con esas propuestas saldremos adelante los melillenses.
-¿Un Gobierno del PP llevará a la Unión Europea la incorporación de Melilla a la Unión Aduanera, el tema del Frontex y la obligación de Marruecos de cumplir sus compromisos en materia de comercio desde Melilla como frontera europea?
-Las relaciones con Marruecos por parte del Gobierno de Sánchez han sido manifiestamente mejorables. Han estado dando tumbos desde el primer minuto. Ha sido una política incoherente, sin haber cogido la medida a las relaciones que debía haber con el vecino país. El punto más alto es que incluso rompieron relaciones. Marruecos se llevó a su embajadora de Madrid y nos tuvo por una decisión unilateral suya sin representación diplomática casi un año. Otro punto de inflexión fue cuando Sánchez reconoció la soberanía marroquí del Sáhara sin haber consultado al principal partido de la oposición, que es el PP, rompiendo así lo que venía siendo una política de común acuerdo en relaciones exteriores de España desde el año 1978. En definitiva, las relaciones con Marruecos son manifiestamente mejorables. ¿Y qué ha conseguido a cambio Sánchez? Para Melilla absolutamente nada. Tenemos la frontera con las peores condiciones que nunca y luego además, no ha respetado en plano de lealtad, como amigo, como aliado, a España y eso evidentemente tendrá el PP que ponerlo negro sobre blanco con una política exterior que sea de colaboración, por supuesto, de amistad, pero de exigencia de que esa amistad se cumpla al cien por cien.
-¿En cuanto a la Unión aduanera?
-Por supuesto que Melilla necesita mirar al norte, esto no es una frase hecha o una boutade como dirían los franceses. Es algo real y necesario. Melilla tiene que entrar en la Unión Aduanera, claro, tiene que estar integrada en lo que es su entorno político natural, que es España, que es Europa, y tiene que estar ahí. No puede estar ni mirando para atrás ni para un lado. No puede ser una estatua de sal que es lo que está pasando. Por eso tenemos que intentar entrar en la Unión Aduanera con las condiciones específicas que nos interesan a nosotros, como hicieron los canarios, con todo lo que conlleva Europa: espacio Schengen, Frontex, que tiene que apoyar mucho más la frontera, aunque sea en medios económicos pero tiene que echar una mano. Debemos también alcanzar un rango equiparable a lo que son las regiones ultraperiféricas europeas. Hay que ir a Europa pero de verdad, no hacer una tontería de intentar a través de un comité, que no va a ningún lado, que te den una oficina allí gastando dinero para nada. Hay que ir desde el Gobierno nacional, que es el que tiene realmente la puerta abierta en Europa y a través del Parlamento Europeo, no de otros sitios que solo conducen a fotos innecesarias.
Me parece una barbaridad escuchar aquí al líder del Gobierno de la ciudad diciendo que no se pueden pedir esas cosas para no molestar a Marruecos. Si usted no cree que esto es España cien por cien, usted está sobrando de Melilla, márchese y deje a los melillenses que cojamos nuestro futuro dentro de nuestra bandera nacional que nos ampara y eso significa Europa.
-¿Qué piensa que sucederá al final con la aduana comercial?
-Lo de la aduana comercial es puro cachondeo. En agosto de 2018, en cuanto entró Sánchez, fíjese cómo lo verían de fuerte y de estable desde Marruecos, que a los pocos días cortaron la aduana comercial, que era histórica. Histórica de verdad, no como cuando los socialistas dicen ‘histórico’ que lo utilizan para todo, hasta para cuando pintan un banco del parque. Lo de la aduana sí que era histórico y, sin embargo, se lo cargaron. Llevan ya para cinco años. Eso sí, crearon varias comisiones y se han reunido no sé si dos o tres veces. ¿Qué yo confíe en que van a poner la aduana comercial como estaba antes al cien por cien reconociendo que esto es Europa y que se va a poder importar y exportar documentadamente sin ningún tipo de problema? A estas alturas de la película tengo que decirle, y a las pruebas me remito, que no lo creo.
-¿Van a servir de algo los planes estratégicos que han hecho los gobiernos local y nacional?
-Desde el punto y hora que se crea un plan estratégico nacional para gestionar Melilla y que desde el Gobierno de la ciudad se hace otro y, además, los dos chocan en propuestas que no tienen que ver nada la una con la otra y que son rechazadas, vemos que no conducen a nada. Y pongo un ejemplo de lo que digo que chocan entre sí. El plan estratégico del Gobierno de Melilla pedía una reducción de tipos que el Gobierno nacional dice que no. Es decir, no sirve para nada.
Esos 356 millones del plan nacional no valen para nada ni son tantos, es una mentira. Nada más hay que ir al presupuesto del Estado para darse cuenta de lo que hay. Esto ni han sabido ni han querido y lo único que han hecho han sido cortinas de humo, vender humo desde el primer momento porque no saben qué hacer con Melilla. Terminan la legislatura y se van a su casa sin saber qué hacer con esta ciudad.
-¿Cuál es el plan estratégico que según el PP serviría para cambiar el modelo económico de Melilla?
-Nuestras propuestas están firmadas y muy publicadas. Están pactadas con Ceuta en un acuerdo unitario entre los dos partidos y muchas están en marcha. ¿Cuál es nuestra propuesta? Crear una alternativa económica propia para dar más estabilidad política a la ciudad y dar más confianza en el futuro. Por eso van en dos direcciones: una, medidas relacionadas con Europa, y otra alternarlas con otras nuestras aquí en la ciudad. Los temas de Europa pasan por la Unión Aduanera, pasa por conseguir un estatus similar a las regiones ultraperiféricas y pasa por mejor control de frontera. Las medidas de aquí, a su vez, se basan en mejores y más baratas comunicaciones que es algo rotundamente necesario, es algo que hay que abordar pero ya, y luego ya tenemos también un desarrollo en todo lo que es la inteligencia artificial (internet) con un sistema fiscal aparejado muy blando y muy beneficioso para esas empresas, hay que poner las bases del turismo sí o sí, tendría que estar hecho ya el muelle de cruceros para hacer bueno el convenio que habíamos firmado con la principal empresa turoperadora del mundo del crucero. Tenemos que entrar por ahí. Y tenemos que hacer inversiones necesarias como por ejemplo la ampliación del puerto.
También hay que ir a la Melilla 5.000, una ciudad universitaria con 5.000 alumnos. Nosotros lo dejamos en 2.100 hace cuatro años y hay que desarrollar mucho más todo lo que es el mundo universitario. Con todas estas partes que comento haremos un todo y prácticamente todas ellas estaban sembradas para empezar a caminar. Hay que dar un impulso notabilísimo en mayo, cuando lleguemos al Gobierno.
-¿Cuáles deberían ser las primeras medidas a adoptar si formaran Gobierno en Melilla?
-Ponernos a trabajar desde el primer minuto. Pero, sobre todo, lo fundamental es que cuando nos vayamos a sentar a gobernar la ciudad ya sepamos lo que hay que hacer. Ese primer minuto de estar sentado ya empieza uno a tomar decisiones y medidas que se tienen pensadas, repensadas, y para ponerse en marcha inmediatamente. No podemos llegar y sentarnos ahí sin saber qué vamos a hacer con la ciudad, como ha hecho este Gobierno que tenemos, que se sentaron sin saber qué hacer con la ciudad y se van a levantar cuatro años después exactamente igual, sin saber qué había que hacer con la ciudad. Eso conlleva todo el conjunto de medidas que ya le he anunciado.
Habrá que tomar medidas de choque especial, claro. Hay que mejorar los servicios. La ciudad está muy sucia. La limpieza ha sido un problema todos estos años que no han resuelto; es más, se ha ido para atrás derivado de una mala gestión política por parte del Gobierno y de la Consejería de Medio Ambiente. La limpieza hay que hacerla inmediatamente, hay que reordenar de nuevo los parques, hay que defender muchísimo mejor lo que es toda la política medioambiental, donde habrá que incidir muchísimo. Se ha dado un gran palo al medio ambiente que este Gobierno se haya comprometido a lo que es mantener a Endesa en el centro de la ciudad 35 años es una afrenta a los melillenses sin solución de
futuro. Habrá que entrar ahí y hablar muy seriamente.
Hay que reorganizar también todo el follón de consejerías que han montado, algunas con una incoherencia total. El único esquema de Gobierno que hay es ver cómo se contentaba a unos y otros, se lo sacaron de la manga e inventaron los nombres que quisieran con una falta absoluta de coordinación. Todo esto hay que solucionar desde el primer minuto.
-Usted ha dicho que el PP va a apostar muy fuerte por la juventud melillense. ¿Cuál será su propuesta estrella?
-Lo que yo quisiera es que los jóvenes no tuvieran que marcharse de Melilla, que tuvieran las suficientes oportunidades aquí en su ciudad, ofertas de todo tipo (culturales, de ocio, de trabajo, deportiva…) para que no se tuvieran que ir. Y hay que luchar para conseguirlo porque si los jóvenes se van, no tenemos futuro. Pero claro, la cosa no puede ir al joven sino que hay que crear las condiciones socioeconcómicas potentes para que el joven pueda tener ahí donde engancharse. Hay que hacer una política deportiva con mejores instalaciones, que no han hecho ni una en toda la legislatura, un refuerzo del ocio, que es una industria en la que hay que invertir, y que puedan estudiar cualquier carrera retomando el convenio con la Universidad de Granada para crear titulaciones nuevas. Y luego también hay que hacer un programa muy ambicioso de autoemprendimiento para la juventud, que prácticamente los dos primeros años de un joven que emprenda no tenga ningún problema financiero para desarrollar su labor. Será una de las medidas estrellas del PP. Por supuesto también la correspondencia con otros sitios. Por ejemplo, en formación profesional hay que primar a los mejores para que la parte dual que no se puede impartir en Melilla porque no hay empresas suficientes, habrá que lanzarlos a la península para que cojan la experiencia y el conocimiento suficiente para que puedan venir y traerse ese talento a la ciudad. De ahí un sinfín de medidas que estamos preparando.
-¿Qué espera de 2023 para Melilla?
-Yo lo que quiero es que todos los ciudadanos tengamos el sentimiento unitario de pueblo orgulloso de ser melillense y que ese sentimiento esté por encima de cualquier contingencia cultural o religiosa. Que todos nos sintamos primero melillenses y así defendamos mucho mejor la ciudad entre todos, que amemos mucho más a Melilla, sus rincones, sus gentes, que hagamos un cuerpo que esté muy enlazado y no existan las exclusiones en nombre de nada. Luego cada uno políticamente apostará por el camino que quiera pero que todos que tenemos una misión que nos une, que es Melilla y el sentimiento de ser melillense.
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