La Sección Séptima de la Audiencia Provicial de Málaga en Melilla ha condenado al presidente de la Asociación ProDerechos Humanos, José Palazón, por intromisión ilegítima en el honor del exconsejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, por un caso ocurrido hace casi cinco años en el Centro de Menores. Hay que remontarse a noviembre de 2017 cuando un joven de 17 años, procedente de Guinea Conakry, se desvaneció tras una pelea con otro chico en el Centro de Reforma de la ciudad; después de veinte días en coma en el Hospital Comarcal, murió.
La investigación interna en el centro no apreció irregularidad alguna en la actuación del personal y la autopsia reveló que el joven en cuestión presentaba una "marcada hipertrofia simétrica del ventrículo izquierdo", entre otras dolencias, que "conlleva una predisposición a presentar muerte súbita y arritmias potencialmente mortales".
Como consecuencia del luctuoso suceso, y siempre según la sentencia judicial, Palazón publicó en las redes sociales comentarios del tipo: "tras una paliza dada en el Centro de Reforma y tras estar 20 días en coma en el Hospital Comarcal, murió el viernes", "no nos consta que le hayan hecho la autopsia al menor fallecido tras una paliza dada en el Centro de Reforma" o "fanatismo político, racismo, desprecio por los DDHH y calumnia como fuente de actividad". Éstas, entre otras expresiones, como llamar al exconsejero "Venturilla", llevaron a que fuera titular de Bienestar Social a presentar una demanda contra Palazón.
¿Libertad de expresión?
En una primera instancia, el juez consideró que las manifestaciones públicas de José Palazón no eran más que "la libertad de expresión de un conocido activista" interesado en "promover un debate público" sobre lo sucedido. Sin embargo, el demandante, Daniel Ventura, recurrió esa primera sentencia ante la Audiencia Provincial que, definitivamente, le da la razón después de realizar un pormenorizado análisis sobre la delgada línea que divide la liberta de expresión del derecho al honor, utilizando para ello amplia jurisprudencia del Tribunal Supremo.
En conclusión, la Audiencia Provincial optó por aceptar el recurso y adoptar las medidas necesarias "para poner fin a la intromisión ilegítima de que se trata que, en este caso, son la declaración de la intromisión sufrida". Para ello, condena a Palazón a la publicación total de la sentencia en un periódico de la ciudad que elija, el pago de las costas judiciales y la indemnización de 3.000 euros al exconsejero popular.
Sentido común
Para Daniel Ventura, la sentencia de la Audiencia Provincial "es de sentido común" después de que "desde el minuto uno se utilizara políticamente el fallecimiento de aquel niño"". "Hubo personas, como este señor Palazón, que se empeñaron en decir que había muerto por una paliza y por más pruebas que había, seguían con un discurso que estaba totalmente fuera de la realidad. No solo decían cosas que estaban ya comprobadas por los forenses sino que reiteradamente continuaban con sus interpretaciones en todos sitios", explicó Ventura.
El exconsejero recordó que le acusaron de "racista" y que Palazón "lo hacía en todos los grupos de redes sociales donde tenía influencia". "En primera instancia el juez no lo vio y dijo que era libertad de expresión. Yo estoy a favor de la libertad de expresión pero hay límites como que te acusen de haber participado y tapado la muerte de un niño. Esa pérdida fue una desgracia y fue mal utilizada por quien dice defender a los niños. Ahora se ha demostrado que nada tenía que ver con la realidad".
En definitiva, Daniel Ventura se mostró "muy satisfecho y contento" por esta resolución judicial. "La Justicia es lenta pero es justa", concluyó. El Faro ha intentado en varias ocasiones ponerse en contacto con José Palazón para conocer su postura pero hasta el momento todo intento de hablar con él ha sido en vano.
Viva la democracia,el progresismo y la libertad de expresion.
Qué país!
Leo la noticia desde el país de la Liberté,egalite y fraternite y no puedo más que alucinar.
DNi mi más enhorabuena para tu sustitución y que este se lleve lo suyo por eneteado.