El consumo se recupera ligeramente en estas fiestas navideñas se vuelven a llenar las plazas de abastos de la ciudad. Clientes aseguran contar con un mayor presupuesto
La crisis no ha acabado y los bolsillos de muchas familias siguen sin recuperarse, pero el efecto de la Navidad se deja sentir con fuerza en el comercio local y sobre todo en las plazas de abastos de la ciudad. El Mercado Central, tras lograr un esperanzador arranque de campaña hace unos días con la noche del 24, afronta durante los próximos días su segunda cita clave de las Navidades: la víspera de Nochevieja. Y lo hace con optimismo. Las compras para la cena de la última noche del año dispararon ayer la actividad en la plaza de abastos. Los melillenses preguntados por El Faro aseguraron que este año habrá un poco más de alegría en la mesa de sus casas. Si para afrontar el temporal y ahorrar la gente sustituyó las carnes más caras por otras más económicas como el pollo, o compró marisco y pescado congelado en vez de frescos, este año los consumidores parecen ser más generosos. Antonio, que buscaba los últimos preparativos para el menú de Nochevieja, dijo que estaría dispuesto a darse algún capricho. “Estamos algo más desahogados y no faltará un buen pescado fresco y el jamón ibérico”, contó. María cocinará para nueve personas. En su lista de la compra figuran los ingredientes para preparar un “solomillo al vino de Málaga”. Señaló que entre hoy y mañana quería hacerse con todo, pero que la carne no la comprará hasta el viernes, un día antes de la gran noche. Es consciente que el precio de los alimentos crecerá ligeramente conforme se vaya aproximando la fecha, pero prefiere que la carne “sea lo más fresca posible”. “Sé muy bien que los comerciantes suben los precios y que tendré que gastar algo más, pero así me aseguro que los productos están en perfecto estado”, indicó. También Carmen tiene en mente un menú ostentoso: patas de cordero al horno y carne de ternera rellena. Aseguró que esta Nochevieja no iban a faltar las cigalas como entrante. “Los niños no comen, pero a los mayores de la familia nos encantan”, aseguró. Comerciantes Los comerciantes consultados por este periódico indicaron que la la situación ha comenzado a estabilizarse y que las ventas han aumentado ligeramente respecto al año anterior. No obstante, creen que todavía se nota mucho el daño que la crisis ha hecho. “Se nota que hay un poco más de gente que el año pasado, más movimiento y algo más de encargos”, dijo el veterano carnicero José María Morales. Hamil, dedicado a la venta de pescado y marisco, percibe que esta Navidad va algo mejor que las anteriores. “Las cigalas vuelven a convertirse en producto estrella”, apuntó. “No podemos quejarnos”, añadió. Espera que su materia prima, una de las más solicitadas por Navidad, compense la caída de ventas de años atrás. Menos entusiasmada estaba Margarita, de la panadería Aragón. “Los polvorones, mantecados y bombones ya no se adquieren en los mercados. La gente compra los dulces en el supermercado”, zanjó.