El sindicato de funcionarios CSIF ha anunciado este martes que impugna la convocatoria de las 15 plazas de bomberos porque no comparte en modo alguno que haya una reserva de dos puestos para militares de tropa. Se trata de un disputa que viene de meses atrás.
Inicialmente, la Ciudad Autónoma sacó las 15 plazas a oposición libre y entonces fue la Asociación de Tropa y Marinería la que sacó a relucir un acuerdo suscrito entre el presidente, Eduardo de Castro, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, por el que Melilla se comprometía a reservar un cupo de plazas a militares de tropa tanto en el cuerpo de Bomberos como en la Policía Local.
Ya entonces surgió la polémica porque CSIF, uno de los principales sindicatos del sector público, ya advirtió de que ese acuerdo, que existía en otras ciudades españolas, había sido cuestionado por los tribunales. Y lo dejó claro: si se hacía caso al acuerdo con Defensa, llevaría a cabo todas las acciones que estuvieran a su alcance para impedir que pudiera llevarse a efecto.
Y así ha sido. Hace unos días salía en el BOME la convocatoria de las 15 plazas y se reservaban dos para militares. Si antes fue la Asociación de Tropa y Marinería la que suspendió el proceso y se pospuso la publicación de la convocatoria, ahora es CSIF quien toma el relevo y hace lo mismo con el argumento de que el acuerdo en cuestión no es de aplicación.
El caso es que las plazas van a tardar meses de nuevo en convocarse. ¿A quién perjudica esta situación? Evidentemente a los opositores, muchos de los cuales llevan años preparándose con la vista puesta en estas oposiciones, una de las más numerosas en número de plazas de las que están saliendo últimamente.
Estamos hablando de personas que han empleado ya mucho tiempo en estudiar y prepararse para las pruebas, por cierto bastante exigentes en todo su componente físico. No es justo que se siga retrasando la convocatoria y, con ello, también el inicio de los exámenes en los tribunales.
Muchos opositores están esperando la oportunidad laboral de acceder al cuerpo de Bomberos para construir su vida, incluso comprarse una casa y formar un hogar. Por eso resulta tan preocupante que una decisión del presidente de la Ciudad, que no contó con los sindicatos de una y otra parte, esté provocando este retraso tan poco compasivo con tantísimos jóvenes que aguardan con ilusión, ganas y muchas horas de estudio y gimnasio la ocasión de ser un bombero melillense.