La situación de la naviera Armas, que se marcha de Melilla tras haber comprado Trasmediterránea, fue uno de los asuntos que centraron ayer el pleno de control celebrado en la Asamblea. Los tres grupos de la oposición preguntaron al Gobierno por este asunto y mostraron su preocupación sobre las consecuencias que pueda tener en el mantenimiento de la ruta con Motril, que no es servicio público.
Coalición por Melilla (CpM) fue la primera formación en consultar por este asunto. El diputado Rachid Busian consideró que el servicio marítimo ha sufrido una involución en nuestra ciudad por culpa de la mala gestión del Gobierno local. El cepemista aseguró que son conscientes de que no es un servicio público, pero consideró que el Ejecutivo tendría que hacer algo al respecto. “Nos han vendido mini cruceros y lo que vamos a tener son mini buques”, lamentó el cepemista.
En una línea similar se pronunció la secretaria general del PSOE, Gloria Rojas, que se preguntó qué consecuencias va a tener para la calidad del servicio esta situación. La socialista recordó además que desde su formación han pedido en numerosas ocasiones que esta línea fuera declarada de servicio público.
El líder de Ciudadanos (C’s), Eduardo de Castro, tampoco se olvidó de este asunto. Consideró que el transporte en nuestra ciudad es “una calamidad” e indicó que desde su formación ya habían dicho que tenían la sensación de que había “trampas” en el contrato. Señaló que teniendo en cuenta que Baleària también opera en la ciudad, no entiende por qué se hablaba de monopolio.
La respuesta por parte del Ejecutivo local fue similar para todos. El portavoz del Grupo Popular y vicepresidente de la Ciudad, Daniel Conesa, recordó en primer lugar que se trata de una decisión empresarial legítima en la que la Administración pública poco puede influir. Señaló, asimismo, que el transporte marítimo está en estos momentos en Melilla mucho mejor que como lo dejó el anterior Gobierno y dijo que, en cualquier caso, desde la Ciudad ya se está haciendo todo lo posible para tratar de garantizar un servicio de calidad para los melillenses.
Conesa apuntó que confía en que la llegada de la nueva naviera que operará esta ruta, FRS, mantenga los estándares de calidad que ha tenido Armas hasta el momento. “Obviamente no nos gusta lo que ha hecho Armas y estamos haciendo las gestiones necesarias, dentro de nuestras posibilidades”, aseveró el popular. “El transporte marítimo en Melilla es bueno ahora gracias a nosotros y a un Gobierno central que ahora se marcha por una moción de censura infame”, apostilló el portavoz del PP.
Al hilo de la moción, el también consejero de Economía aconsejó a la secretaria general del PSOE que vaya ahora hablar con el nuevo ministro de Fomento y que le solicite que la ruta a Motril sea pública. “Si se puede hacer una OSP a Motril, nosotros la apoyaremos”, apostilló en tono irónico el popular.
Por su parte, el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, recordó que la comisión de la competencia es un órgano independiente, al tiempo que dejó claro que a pesar de la situación en la medida de lo posible desde el Gobierno local se va a pelear por la continuidad de la línea de Motril.
La secretaria general del PSOE local, Gloria Rojas, criticó ayer en el pleno de control que la Ciudad diga ahora que está sentando las bases para que puedan llegar cruceros a Melilla, cuando hace una década que venden el trabajo que se está haciendo en este sentido. El portavoz del Grupo Popular, Daniel Conesa, respondió a la socialista que ya hay cruceros cerrados para el próximo año. Resaltó el esfuerzo que se ha venido haciendo desde la Viceconsejería de Turismo, aunque reconoció que aún hay cosas que mejorar. No obstante, señaló que hay que tener que la ubicación geográfica de Melilla dificulta en algunas ocasiones la llegada de estos barcos.
La moción de censura y los Presupuestos Generales del Estado se colaron ayer en el pleno. El presidente de CpM, Mustafa Aberchán, preguntó al líder del Ejecutivo local, Juan José Imbroda, si iba a apoyar la enmienda presentada por los cepemistas a través de Unidos Podemos para pedir una partida igual a la que se llevará Canarias (700 millones de euros) para nuestra ciudad. El presidente de la Ciudad le respondió a Aberchán que ahora es a sus socios “del golpe de Estado” (en sentido figurado) a los que tiene que cuestionar. “Si presentan con sus socios una enmienda de 1.000 millones para Melilla, yo la apoyo”, ironizó Imbroda.
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