¿Operación bikini o problema social?

Llega el calor y con él, para muchos, la famosa "operación bikini". Una frase que a pesar de haber estado muy en boca de los españoles hace algunos años, en la actualidad más bien nos recuerda a algo del pasado. Comenzar a hacer deporte, ir al gimnasio o seguir una dieta estricta para adelgazar lo máximo posible en el mejor tiempo que se pueda, así era la operación bikini. Una práctica que cada vez pierde más fuelle.

Aunque en los últimos tiempos el auge de las redes sociales y de los filtros en las fotografías ha hecho que muchos jóvenes se obsesionen por una belleza irreal, las nuevas generaciones también han sido las responsables de dejar de lado los cánones estrictos que la sociedad había impuesto a lo largo de los tiempos.

La corresponsabilidad emocional y el hartazgo por seguir unos patrones ideales poco realistas acerca del cuerpo y aburridos de los estereotipos marcados por la sociedad, los jóvenes han decidido rechazar todo eso y aceptarse tal y como son.

Pero, ¿y en Melilla? Aquí en la ciudad también ha pasado algo parecido. Al menos así lo han trasladado a El Faro varias expertas en nutrición de la ciudad, que señalan que cada vez menos pacientes acuden a sus consultas pidiendo una dieta especial para lucir el traje de baño en las playas.

"Actualmente hemos avanzado en cuanto a la aceptación de la diversidad corporal, en dar preferencia a la salud sobre la estética y en rechazar los estereotipos de género que se nos han inculcado en la publicidad", explica a este diario Rocío Campos. Ella es dietista nutricionista en nuestra ciudad y asegura que aunque la operación bikini sigue presente entre los melillenses, no es tan extremo como en año anteriores.

Sin embargo, señala que esta tendencia está tan interiorizada en la mente de todas las personas que en cuanto termina la Semana Santa y comienza a hacer buen tiempo, los gimnasios empiezan a llenarse, de la misma manera que también comienzan a aparecer las primeras noticias o publicidades sobre dietas milagro en internet.

Y aquí está uno de los puntos más controvertidos acerca de las dietas milagro de cara al verano. Y es que la mayoría de personas, lejos de acudir a la consulta de un especialista, se deja llevar por los consejos o recomendaciones que encuentra en internet, que le cuenta un vecino o pregunta directamente en herbolarios.

"Nadie se libra de querer practicar una dieta milagro, pero sí hay una serie de factores que influyen más en el riesgo de querer hacerlo", comenta la experta que aclara que quienes más suelen seguir una dieta milagro son personas con un nivel socieconómico más humilde. El desconocimiento o el bajo nivel educativo, unido al ambiente social en el que se encuentra son algunas de estas variables.

Aún así resalta que según los últimos datos publicados, en España la población más afectada son mujeres jóvenes, menores de 25 años, con bajo nivel económico y educativo. "Estas personas realmente no están interesadas en acudir a un profesional, ya que lo que buscan son resultados rápidos", subraya. En este sentido, recalca que cuando estas personas suelen ir a la consulta de un experto es cuando les preocupa un tema relacionado con la salud más que su peso, requieren un tratamiento dietético o simplemente por un susto.

¿Qué ocurre cuando se decide hacer una dieta sin supervisión de un experto? Pues según, comenta Rocío Campos. Todo ello depende de los efectos que pueda haber provocado en nuestro organismo esa dieta que hemos seguido. Si lo que nos ha causado es que hemos perdido peso solamente, la experta aclara que si no se han cambiado los hábitos previos, esos kilos perdidos se recuperarán más unos kilos extra debido a que el cuerpo al verse en situación de escasez guarda un extra de calorías por si en un futuro vuelve a repetirse esa situación.

"Depende de la dieta puede haber problemas de bajo aporte de nutrientes, sobre todo de vitaminas y minerales, con problemas muy concretos como por ejemplo la anemia en el caso del hierro, de la piel o situaciones más graves como problemas cariovasculares, mayor riesgo de diabetes o esteoporosis", añade. En el caso de dietas muy estrictas, las mujeres incluso pueden tener hasta falta de la menstruación.

La gravedad de estos problemas van a depender mucho del tiempo y de las restricciones que se practiquen en la dieta. Entre estas dietas encontramos las que se basan en batidos específicos que intentan aportar nutrientes esenciales o el caso extremo de la dieta del agua, que consiste en un ayuno continuo en la que solo se aporta agua al organismo con infusiones sin endulzantes siquiera y ningún aporte calórico.

Ante esto, queda preguntarnos si existe una dieta milagro. La respuesta de Rocío Campos es simple. No, no hay una dieta milagro eficaz al 100% para todo el mundo. Es más, aclara que durante el proceso de cada persona siempre suele haber modificaciones. "La pérdida de peso no es una bajada continua sino que hay subidas, bajadas y un mantenimiento. Durante ese proceso, los cambios de grasa, músculo y agua que componen el cuerpo van modificándose".

"Si alguien quisiera empezar una dieta de pérdida de peso en verano por sí misma, le recomendaría optar por pequeños cambios, prácticas que podrían mejorarse e ir poquito a poco de forma que la persona sepa que va a poder mantenerlas", comenta. Se refiere la experta en nutrición a cambiar la costumbre de tomar de postre en las cenas los yogures por la fruta o ir poco a poco cambiando el hábito de beber refrescos con las comidas por agua.

"En este caso sabemos que el verano es época de salidas, de disfrutar de las vacaciones y de realizar múltiples actividades fuera de casa, de forma que una recomendación bastante útil sería intentar que aquellas comidas que hagas en casa, sean lo más sanas posible siguiendo las recomendaciones habituales", a esto añade "Aumentar el aporte de verduras, que llenan mucho y aportan pocas calorías, cambiar de cereales normales a 100% integrales que llenan más, no requieren de tanta cantidad y tampoco aportan la misma cantidad calórica que unos cereales blancos".

Asimismo, recalca que es importante no comprar productos como bollería industrial o helados para así no tenerlos cerca y evitar caer en la tentación.

Volviendo al porqué la operación bikini ha quedado en el olvido, la dietista Marta López Ortuño ha señalado que desde su punto de vista, se trataba de un problema social para nada individualizado.

"Son muchas las razones por los que al final es un problema social, se promocionan unos estándares de belleza que no son realistas. La operación bikini siempre refuerza la idea de que solo ciertos tipos de cuerpos son aceptables o deseables, lo que al final puede llevar a muchas personas a sentir que su cuerpo no es adecuado. Esta presión contribuye a la perpetuación de estándares de belleza, que no son realistas y que son totalmente inalcanzables para la mayoría", remarca la experta.

Todo ello, impacta de lleno en la salud mental de las personas. Algo por lo que se está luchando mucho en los últimos años como sociedad. "La presión para alcanzar un cuerpo perfecto puede causar ansiedad, depresión y muchos otros problemas de salud mental. La constante preocupación por la apariencia física y el miedo al juicio pueden afectar a la autoestima y a la autopercepción que tengas de ti mismo", añade.

Como consecuencia, esto puede desencadenar en comportamiento alimentarios poco saludables para cumplir con los objetivos de la operación bikini. Algunas personas recurren a dieta extremas o ejercicios que son extenuantes, que no son sostenibles ni saludables.

"La operación bikini puede contribuir a la discriminación y al estigma hacia las personas que no cumplen con los estándares de belleza predominantes. Esto puede manifestarse en diferentes formas de exclusión social y prejuicios, además de tener un impacto diferente en grupos", insiste la dietista. Esta preocupación, según señala, es más intensa para las mujeres y los jóvenes.

"Al final requiere un enfoque más inclusivo y saludable hacia la imagen corporal y la aceptación de la diversidad física", añade.