La Ciudad anunció ayer que seguirán en vigencia hasta, al menos, el 7 de diciembre la mayor parte de las medidas aplicadas para detener el avance del coronavirus en Melilla.
En una rueda de prensa conjunta del presidente del Gobierno local, Eduardo de Castro, y el consejero responsable del área de Salud Pública, Mohamed Mohand, se puso sobre la mesa la necesidad de que todos seamos responsables a la hora de cumplir con las normas si queremos poder ganar el pulso al virus.
Es cierto que la situación epidemiológica de Melilla ha mejorado, el número de contagios es menor del que se había venido registrando en los últimos meses y también ha descendido la presión hospitalaria. Son buenas noticias, pero no deben hacernos perder de vista la realidad que atravesamos. Aún estamos en un momento difícil, la economía de la ciudad está sufriendo una crisis que se tardará mucho tiempo en superar y el panorama sanitario, aunque ha mejorado, sigue siendo complicado.
Por eso es descorazonador ver que aún hay personas que están haciendo caso omiso de las recomendaciones sanitarias y que siguen poniendo en riesgo su salud y la del resto de ciudadanos. Siguen produciéndose botellones y reuniones no permitidas que pueden convertirse en cualquier momento en un nuevo brote de Covid-19.
Nos encontramos en una nueva encrucijada, y ya van varias en esta crisis. Si queremos que todo llegue la buen puerto y en el menor tiempo posible, debemos ser conscientes del riesgo que existe y seguir siendo prudentes y responsables a la hora de relacionarnos. Si volvemos a caer en los mismos errores que durante los meses posteriores a la desescalada, todo el esfuerzo realizado volverá a irse por la borda y nos encontraremos en una situación realmente complicada y de la que difícilmente podremos salir airosos.