El 28 de octubre de 2021 el Boletín Oficial de Melilla (BOME) publicó el nombramiento provisional de la vicepresidenta Gloria Rojas como consejera de Turismo, Emprendimiento y Reactivación Económica, tras el cese de Mohamed Mohand que hasta ese momento era el titular de la consejería después de haber recibido una patada hacia arriba, suponemos que por su escandalosa paella y su mala gestión de las primeras olas de la pandemia como responsable de Salud Pública.
Mohand, como todos sabemos, duró dos meses en Turismo. De hecho, asumió las competencias el 2 de agosto de 2021 y en octubre de ese año Gloria Rojas lo transformó en cadáver político amparándose en que su falta de ejemplaridad dañaba la imagen del partido. Aún así, sigue ocupando un sillón en el banquillo socialista de la Asamblea. Como hemos comentado en alguna ocasión, no valía para consejero, pero sí para votar con el Gobierno en el Parlamento autonómico.
Cuatro meses después, vuelve a modificarse el Gobierno de Melilla para eliminar la Consejería de Turismo en un momento en que parecía que el PSOE enarbolaba la bandera del despegue de la promoción turística y después de que se supiera que la Ciudad recibiría 40 millones de euros procedentes de los fondos europeos para destinar a inversiones en turismo.
La fecha elegida también tiene guasa. La Consejería de Turismo desaparece un día después de que Gloria Rojas haya celebrado con la prensa por testigo el Día del Guía Turístico en Melilla. Menuda sorpresa les tenía reservada tras anunciar la creación de una bolsa de trabajo. Hay que ver cómo se las gasta.
En los presupuestos generales de este año, Melilla destinó al Patronato de Turismo 2,6 millones de euros y a la Consejería de Turismo otros 5,5 millones, que Rojas dijo que quería invertir, sobre todo, en el turismo de congresos. ¿Ahora cómo queda la cosa? ¿Quién gestionará ese dinero? ¿Quién asumirá responsabilidades si no se gestiona bien el dinero de Europa?
Pues bien, el Gobierno de Melilla ha tomado la decisión de volver a remodelar las consejerías y por motivos desconocidos e injustificables ha optado por eliminar Turismo. Algo incomprensible porque ha sido el Partido Socialista el que ha defendido que no se puede apostar por la Cultura si no hay un Ministerio de Cultura y por eso Pedro Sánchez recuperó esta cartera eliminada por Rajoy.
Parafraseando el argumentario socialista, no se puede apostar por Turismo, eliminando la Consejería de Turismo.
Estamos, evidentemente, ante una decisión política y un reparto de dinero y de poder, que en política son dos variables indisolubles. Puede más quien más recursos tiene para repartir, invertir o gestionar. Llámale como quieras, pero hablamos de lo mismo.
Al margen de esta maniobra que, hablando mal y pronto, podría servir lo mismo para deshacerse del equipo de Mohand que para vender la idea de que están recortando el monstruo de Administración que han creado, la eliminación de Turismo viene a retratar la falta de criterio de un Gobierno que hace seis meses veía viable la consejería que ahora le sobra.
Quien no sabe lo que quiere difícilmente podrá tomar decisiones acertadas. Éste es un ejemplo más de la improvisación constante de un Ejecutivo desnortado que reacciona por impulsos y sin que se entienda bien adónde quieren llegar.
No estamos a inicios de la legislatura sino en la recta final. A esto le queda un telediario. De eso nos damos cuenta todos menos quienes están al frente del Gobierno pese a que muchos ya están en modo campaña electoral, recorriendo barrios y prometiendo villas y castillas.
Aunque pensándolo bien, no tiene mucho sentido montar una Consejería de Turismo si es la Autoridad Portuaria la que luego cierra las visitas de los cruceros que pasarán por Melilla este año. De momento hay once confirmados y a poco que se dejen los cruceristas en la ciudad, algo es mejor que nada.
Con eso nunca estamos conformes. Si vienen cruceros, nos quejamos porque no dejan dinero en la ciudad y si no vienen, entonces nos quejamos de que por aquí no pasa ni el Tato.
En fin, no tiene mucho sentido haber montado el despliegue de Fitur, haber invertido tanto dinero en traer famosos a Melilla o en grabar vídeos espectaculares para luego eliminar la Consejería de Turismo sin mayores explicaciones.
Hay gente en esta ciudad que pecó de ingenua y creyó que de verdad el Gobierno local iba a apostar por el turismo como motor económico. Los que no nos tragamos la propaganda hemos defendido que es imposible traer turistas si los billetes de avión salen a 1.200 euros o si un camarote en barco, sólo ida, te sale por 200 euros sin descuento de residente en Melilla.
En algún momento se dijo que desde la ciudad se iba a buscar una reunión con el Ministerio de Transporte para conseguir que mediara con Air Nostrum para, de esta forma, conseguir precios más asequibles para los visitantes. Lo cierto es que nunca más volvimos a saber del tema. Y así, con todo.
Melilla necesita un Gobierno con las ideas claras, que sepa, en primer lugar organizarse para que los ciudadanos no se conviertan en víctimas de la ralentización en la toma de determinadas decisiones porque hay otras que se toman a la velocidad de la luz, pero con nocturnidad y alevosía.
Es cierto que la pandemia no ha dejado mucho margen de maniobra, pero en otros lugares, con la misma losa, se ha conseguido avanzar. Querer es poder y lo demás son tonterías.
Con suerte, a falta de menos de un año para las elecciones, ésta puede que sea la última remodelación del Gobierno local. Pero con esta gente, nunca se sabe.
Leoncio González de Gregorio Álvarez de Toledo, XXII Duque de Medina Sidonia, ha estado este…
El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, manifestó al término de…
El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, presentó ayer al jefe del Ejecutivo…
Las calles peatonales del centro de la ciudad han estado animadas en esta tarde de…
Melilla: Unai, Edrim, Darian, Himmi, Bienve, Abderraham, Pablo Moreno, Adam, Óscar, Lázaro Miralles, Hamza y Aisa. País…
Melilla: Nabil, Miguelón, Santi, HUgo Esqueta, Noe Pardos, Umair, Adam, Ayman, Izan y Amin. País Vasco: Oier,…