La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) cree que la ciudad debería contar con un mecanismo como el que existe en el aeropuerto de Barajas.
Cada vez menos inmigrantes solicitan algún tipo de protección internacional en Melilla. “No hay un procedimiento para pedir asilo en la frontera como el que existe en el aeropuerto de Barajas”, comentan a El Faro fuentes de Acnur que han estado esta semana visitando el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
Incluso comentan que se ha dado el caso de algún ciudadano sirio que se ha plantado en la frontera pidiendo asilo y lo han echado para atrás porque “no entendían lo que estaba diciendo o no tenía documentación”, apuntan a El Faro desde Acnur.
En 2009 dos de cada diez inmigrantes que llegaban a Melilla, pedían asilo, según el informe de 2013 del Defensor del Pueblo. El año pasado, la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) registró 41 solicitudes en la ciudad, frente a unas 200 en Ceuta. Muchas de las personas que inician los trámites, renuncian por el camino a la protección internacional porque ello implica quedarse en Melilla mucho más tiempo del que pueden aguantar. Quizás por eso, el Defensor sólo contabiliza 17 peticiones de asilo en la ciudad durante el año pasado.
Ninguno pide asilo
Sindicatos policiales de Melilla han asegurado a El Faro que una cosa es que los sirios quieran pasar en avalancha y no se les deje y otra, que pidan asilo. “Ninguno pide protección internacional en la frontera”, aseguran desde UFP.
En los últimos días de diciembre del año pasado y por enésima vez, la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, formuló una recomendación a la Secretaría General de Inmigración y Emigración y a la Dirección General de la Policía instándoles a facilitar el traslado a la península de los solicitantes de asilo de Melilla y Ceuta en situación de especial vulnerabilidad, por proceder de países en guerra y en algunos casos tener menores de edad a su cargo.
Becerril también aconsejaba elaborar un protocolo para detectar a las personas susceptibles de pedir asilo. “Dicho protocolo debe contemplar la información adecuada para evitar que los residentes en los CETI crean que la solicitud de protección internacional impide su inclusión en el programa de acogida humanitaria y traslado a la península”, señalaba.
Desde entonces se ha notado algún avance. Fuentes de Acnur aseguran que en esta última visita al CETI han visto “signos positivos” y disposición a acoger las recomendanciones que les hacen. “Aprovechando el momento, sería bueno establecer un sistema de protección internacional que funcione en las ciudades autónomas”, aseguran a El Faro.
Pedir asilo lo antes posible
Respecto a la creencia de que los inmigrantes sólo pueden pedir asilo en España durante el primer mes de estancia en nuestro país, desde Acnur aclaran que la legislación dice que hay que pedir protección internacional lo antes posible. “Todos sabemos lo que está pasando con las personas que piden asilo en Melilla y Ceuta. (El Ministerio del Interior) tarda meses, incluso años, en resolver los expedientes y eso está haciendo que nadie quiera pedir asilo en las ciudades autónomas”, señalan desde la Agencia de la ONU para los Refugiados.
La ley establece que los expedientes de asilo deben resolverse en un plazo de tres a seis meses. “La realidad es que tardan mucho más”, añaden desde Acnur.
Este organismo de la ONU ve con buenos ojos la solución propuesta por el Defensor del Pueblo (agilizar los traslados a la península de las personas que solicitan asilo) para evitar la fobia que sienten los potenciales refugiados que llegan a Melilla a pedir protección internacional aun a riesgo de que los devuelvan a sus países de origen.
Es el caso de la mayoría de las personas que arriban a la ciudad procedentes de Mali, la República Centroafricana, Sudán del Sur o Somalia. Muchos de los nacionales de estos países, junto con los sirios, son “refugiados” de libro, insisten desde Acnur.
“En Melilla no hay sólo inmigrantes sino también potenciales refugiados”
Representantes de Acnur, de visita esta semana en la ciudad, advirtieron ayer a El Faro de que “en Melilla no podemos hablar sólo de inmigrantes sino también de potenciales refugiados”.
De ahí que vengan con frecuencia al CETI de la ciudad y que tras cada visita recomienden “tener los mecanismos adecuados para que funcionen las peticiones de asilo”. La idea es conseguir “que Melilla no sea un tapón, un embudo en el que se queda la gente” que necesita algún tipo de protección internacional, añaden.
Otra de las metas a conseguir es que el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes sea, como su nombre lo indica, “temporal” porque “no está habilitado para acoger a familias enteras, incluso con niños, durante meses”, insisten desde Acnur.
Pese a todas las pegas, la Agencia de la ONU para los Refugiados reconoce que la dirección del CETI está haciendo un gran trabajo. “Se esfuerzan mucho para que las cosas funcionen a pesar de la saturación que vive estos días”, concluyen.
Unos 3.000 sirios esperan en Nador
Alrededor de 3.000 ciudadanos sirios están viviendo en Nador. Así lo aseguran a El Faro ciudadanos de ese país que han conseguido entrar de forma ilegal en Melilla. “Están alojados en cuatro hoteles. Sólo en el de la Rue 3 Mars número 137 hay 600 sirios”, apuntan a El Faro.
Justo en ese hostal vive desde hace un mes parte del vasto clan de los El Naasan. La otra mitad de la familia está en el CETI. Atrás han dejado a mujeres, padres y, sobre todo, niños.
Es el caso del hijo pequeño de El Naasan Kassem Juumaa. Este comerciante sirio no tiene forma de conseguir que el menor entre por la frontera y se una al clan. En el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de la ciudad, este cabeza de familia vive junto a su mujer, sus otros dos hijos y el resto de parientes.
El clan de los El Naasan comenzó el largo viaje hacia Melilla hace dos años. Primero huyó de Siria a Líbano. De ahí siguió hacia Argelia y a continuación entró en Marruecos. A partir de este punto no quiere contar qué pasó. Hoy está una parte de ellos en Melilla. La otra, en Nador.
En la misma situación de El Naasan Kassen Juumaa se encuentra la familia de Fatima Nassan que tiene a sus tres hijos en Nador. Uno de ellos con cáncer, pero este punto no lo ha podido confirmar El Faro.
La mujer es la tristeza personalizada. Tiene una mirada tan triste como la de otro patriarca sirio, Ainaasan Jabdulaziz que está alojado en el CETI sin su mujer Jahida, y sus tres hijos.
El caso de Jabdulazis es increíble. Él es el único de la familia El Naasan que tiene un salvoconducto expedido por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur). El documento, expedido en Libia, acredita que, junto a su mujer y sus tres hijos, es un refugiado. Sin embargo, ese papel, que él guarda, ajado, como oro en paño, no le ha servido para reunir a su familia en Melilla.
El Faro ha puesto su caso en conocimiento de Acnur y la Agencia de la ONU para los Refugiados ha asegurado que mañana verificará la autenticidad del documento en Madrid. En principio, el salvoconducto parece auténtico, pero aseguran que tienen que tomar precauciones para que no se ‘cuele’ como refugiado alguien que haya cometido crímenes contra la humanidad en la guerra de Siria.
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