Fadela Mohatar destaca que este proyecto sirve para que los pequeños cambien su entorno.
El arte volvió a convertirse ayer en sinónimo de integración social en uno de las actividades que organiza el Instituto de las Culturas a través del proyecto Kahina. Poco antes de las seis y media decenas de niños se reunían en la sede de la asociación de vecinos Alhambra en el barrio de Reina Regente. Allí esperaban nerviosos para presentar el resultado del trabajo que llevan semanas realizando junto a Francesco Bondanini y otros de los miembros de Kahina. El arte, el color,la imaginación y la alegría inundaban todas las paredes de la sala.
En la calle, el color también se había convertido en el protagonista. Al igual que ya han hecho en otros de los muros de los barrios más deprimidos de la ciudad, los responsables del proyecto han decorado junto a estos pequeños uno de estas paredes abandonadas, en la que las frases negativas se han sustituido por decenas de recuadros de colores que rodean la palabra alegría, escrita con grandes letras.
La presidenta del Instituto de las Culturas, Fadela Mohatar, destacó que gracias a la colaboración de la asociación de vecinos han conseguido que estos niños disfruten transformando su entorno, uno de los objetivos principales de este proyecto. Mohatar indicó que es muy importante que los pequeños cambien la imagen negativa y gris que muchas veces hay en las calles de sus barrios, por otra más alegre. La intención es que este cambio en su realidad diaria contribuya a que el futuro no se perpetúen roles negativos que están acostumbrados a ver a su alrededor.
En la sede de la asociación de vecinos, los cuadros pintados por los niños y las fotografías que ellos mismos han tomado a sus compañeros decoraban las paredes. El proyecto Kahina, que es la continuación de Marcaré Melilla, pretende que demostrar que los niños de los distritos IV y V pueden darle a sus barrios otro color, en el sentido más amplio de la expresión.