“Ni mis hijos ni yo nos vamos porque de mi casa sólo me van a sacar muerto ”

l Hoy está previsto el derribo de la casa de Hassan Amar, situada en la calle Vista Hermosa 12.

“Ni mis hijos ni yo nos vamos porque de mi casa sólo me van a sacar muerto”. De esta forma aseguró ayer Hassan Amar a El Faro que no va a dejar su hogar, pese a que tiene una orden de derribo para hoy. Su vivienda está situada en el número 12 de la calle Vista Hermosa, en las traseras del Hospital Comarcal. Hace unos días que le confirmaron que hay una sentencia firme del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía para que la Ciudad proceda a derruir su casa. Sin embargo, se niega a abandonarla. Afirma que es una “injusticia” lo que se está cometiendo contra su familia, que no tienen dónde ir y que no le han dado la oportunidad de demostrar que tiene todos los papeles en regla. Asevera que su hogar “no es ilegal”.
El consejero de Fomento, Miguel Marín, aseguró el pasado viernes en una entrevista radiofónica que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) obliga a la Ciudad a ejecutar el derribo de esta vivienda. Afirmó que el Ejecutivo local no puede remediar un derribo que viene impuesto por una sentencia judicial que es firme. No obstante, destacó que se le había ofrecido a esta familia una vivienda de protección oficial  que había rechazado, por lo que no habían dejado desamparados a este melillense y a  sus hijos.
También anunció Marín que hoy se celebrará una comisión extraordinaria de Fomento para tratar este tema con el resto de partidos que están representados en la Asamblea de Melilla. Está previsto que empiece a las 9:15 horas.
Amar explica que las casas que le ha ofrecido la Ciudad no son la solución a su problema, ya que sólo tiene 500 euros de ingresos mensuales. Apunta que con este dinero ni puede pagarse una hipoteca ni un alquiler, aunque sea de protección oficial.

“Es lo único que tengo”
Este melillense de 63 años señala que no desea dejar su hogar “porque es lo único que tengo”. Ayer no había nada recogido en esta vivienda. Todos los muebles estaban en su sitio y no paraba de llegar gente para apoyar a la familia y preguntar por la salud del dueño de la casa.
El pasado viernes Amar fue ingresado en el Hospital Comarcal porque tuvo una fuerte crisis de ansiedad. Una de sus hijas aseguró a El Faro que llevaba más de una semana sin comer por la angustia, así que tiene “mucha anemia”. Los médicos tuvieron que ponerle dos bolsas de sangre, según apuntan los familiares, para que se sintiera mejor. No obstante, sigue en la cama porque le han mandado reposo. También tiene problemas de corazón y todo esto ha alterado mucho sus nervios, afirman sus familiares. Además, el médico le recomendó que volviera hoy al Comarcal para vigilar su estado de salud y volver a ponerle más sangre.
Amar destaca que sólo quiere que le dejen defenderse y demostrar que tiene todos los papeles en regla de su casa, desde las escrituras de compra, a la cédula de habitabilidad, los proyectos de reforma y de obra que tuvo que hacer cuando en 1994 entró a vivir en esta vivienda.
Señala que nunca recibió una notificación de que debía ir a un juicio y que nadie le representó para poder explicar que su hogar tiene todos los documentos legales. En ese tiempo estaba en prisión.

La denuncia de una vecina
Esta orden de derribo viene a raíz de una denuncia de una vecina que asegura que el agua de la lluvia se filtra en su casa provocado por un muro de la vivienda de Amar. Los familiares de este melillense afirman que esta señora apenas tenía relación con otros vecinos del barrio y que sólo entraba en su hogar. Por eso, no comprenden cómo pudo hacer esta denuncia sin hablarlo antes con ellos.
Amar mostró a El Faro los planos del catastro con el que justifica que su patio no forma parte de ningún callejón. Asevera que este espacio ya estaba construido cuando él compró la vivienda. Los límites de la casa están hechos desde 1934, según sus documentos.
Resalta que los técnicos de la Ciudad certificaron en 2005 con una cédula de habitabilidad que estaba bien construida. Explica que esta visita la hicieron porque en 1999 había una orden de que se debía derribar. Sin embargo, le indicaron que todo estaba correcto y que no tenía que preocuparse.
Este melillense indica que ha propuesto muchas formas de solucionar esta denuncia de la vecina. Incluso, ha ofrecido su patio para que hagan una tubería o se elimine como parte de su casa. “Lo que sea con tal del que no la derriben”, afirma.
Amar y su familia esperan que ocurra hoy un milagro y que no destruyan su hogar. Agradece el apoyo que está recibiendo de otros vecinos y de melillenses que se han acercado para conocer su caso. En las redes sociales hay convocada una protesta para evitar que la sentencia del TSJA se lleve a cabo. Además, el PSOE entregará un recurso hoy para retrasar el derribo de esta casa.