Hace mucho calor y en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla más aún. Nader, un joven sudanés que saltó la frontera de Barrio Chino el pasado 24J, dice que ahora se encuentra bien, pero que jamás olvidará lo que pasó ese día.
Apoyado en las azules rejas del CETI, Nader busca las imágenes de un medio de comunicación. Después de unos minutos, las encuentra y en una de ellas hay una zona rodeada con lápiz: “Ese soy yo”, señala. En la imagen, hecha desde Melilla, se ve a un grupo de inmigrantes en la frontera de Barrio Chino y por delante de ellos, una barrera de agentes de las autoridades españolas.
El calor cada vez pesa más y Nader levanta la vista al frente. El CETI está situado junto a la valla y con un campo de golf por en medio, al fondo, muy de cerca, se ve Marruecos. “Cada vez que salgo del CETI y veo Marruecos me entra miedo. Me recuerda a Casablanca y a Rabat”, dice el joven de origen sudanés.
Un mes recién cumplido de lo ocurrido, Nader acaba de terminar el proceso de entrevistas para solicitar asilo. De momento, solo están saliendo a la península aquellos que llegaron en marzo y para los de junio, aún les queda algo de tiempo de estancia en Melilla.
Con un inglés básico, lo que le cuesta expresar lo escribe en árabe o muestra las imágenes de su viaje hasta la ciudad española. Señalando en el Google Maps, salió de Sudán y pasó por Chad, Níger, Libia, Túnez, Argelia y Marruecos.
Antes de llegar a la zona occidental, intentó ir por Italia. Sin embargo, fue detenido en un centro de inmigrantes de Lampedusa, de donde consiguió escapar.
¿Y por qué Melilla? Explica que intentó saltar por Ceuta y lo consiguió dos veces. Sin embargo, la Guardia Civil lo devolvió a Marruecos. En Melilla también lo intentó seis veces y en la última lo consiguió, dice sonriendo.
La Asociación Marroquí de Derechos Humanos ha publicado en sus redes sociales las imágenes de jóvenes que fallecieron durante el salto. “A este lo conozco”, afirma Nader señalando una de las fotos publicadas.
“Ahora estoy a salvo, pero cuando recuerdo a mis amigos que han fallecido, me siento ansioso y triste. Tengo algunos amigos ahora en las cárceles marroquíes”, subraya.
Por ello, recalca que espera que las organizaciones internacionales y los medios de comunicación ayuden a sacarlos de ahí. Asegura que las acusaciones no son verdad. “¿Qué mafia? Somos personas como tú que solo quieren ir a Europa.
“Deseo que el resto de jóvenes tengan la suerte de cruzar y salir de las cárceles marroquíes, ya que no es un país que respete los derechos humanos donde no se conoce el sentido de la humanidad”.
Insiste en que la inmigración “no es un crimen, el crimen es matar a un ser humano sin culpa. Ninguna persona merece ser asesinada mientras busca seguridad y paz; si muchos supieran lo que le sucede, elegirían la muerte en su país de origen y no aquí”. “Sé muy bien que el mundo entero fue creado por la inmigración y no se acabará y seguirá siempre”, expresa.
Recalca que “no perdonaremos y no seremos misericordiosos y no olvidaremos todo lo que pasó”. Y es que según subraya, Marruecos “no es un buen país”. “Vergüenza y vergüenza para el Gobierno que asesinó inmigrantes y lo condeno y denuncio. No tengo respeto ni agradecimiento al gobierno marroquí, que se vaya al abismo de la historia”, sentencia.
La cifra real de los fallecidos el pasado 24 de junio no se conoce, según se pregunte a fuentes gubernamentales o a organizaciones de derechos humanos, el número baila entre la veintena y la cuarentena.
Por otro lado, en el informe que ha publicado la Asociación Marroquí de Derechos Humanos se señala que son más de 60 los desaparecidos. La organización critica que “las políticas migratorias criminales han superado todos los límites”.
Señalan que hay un balance muy importante en muertos, desaparecidos, heridos y devueltos, todo bajo un tratamiento “cruel, inhumano y degradante”.
Además, son 36 los sudaneses detenidos y otros muchos han sido llevados a cientos de kilómetros de Nador , habiendo incluso fallecido en el camino.
Las redes sociales de la AMDH son una sucesión de rostros, rostros que estaban vivos y ahora reposan muertos en algún lugar desconocido.
Sobre los que siguen vivos (y heridos), la AMDH dice que viven en condiciones muy difíciles y que no tienen ayuda alguna.
Sobre la actuación de Marruecos, la AMDH se pregunta por qué las autoridades se ensañaron a atacar a los inmigrantes cuando estaban a 20 kilómetros de Melilla y por qué no los dispersaron antes de llegar al puesto fronterizo de Barrio Chino.
“Abdenacer Mohamed Ahmed es el solicitante de asilo sudanés herido el 24 de junio en la barricada y devuelto herido a Ben Melilla. Murió en el autobús. ¿Cómo podemos apresurarnos a enviar de regreso a las personas gravemente heridas en lugar de hospitalizarlas?”.
Así se expresa la Asociación Marroquí de Derechos Humanos Sección Nador sobre lo que está ocurriendo tras el último salto ocurrido el 24 de junio. Numerosos inmigrantes están siendo llevados forzosamente a zonas del país alejadas de las fronteras con España.
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