La música es parte inherente de la Semana Santa. Su uso en las procesiones se pierde en la noche de los tiempos y surge por un tema que parece baladí pero que en tiempos anteriores a los medios de comunicación y las redes sociales era imprescindible: avisar a la gente por dónde iban los tronos, sobre todo cuando se trata de grandes capitales.
Pero no es su única misión. Según explica a El Faro Carlos Rubiales, experto en temas semanosanteros, la música ayuda al hombre de trono o, en su caso, los costaleros, a marcar el ritmo de sus pasos. De hecho, el trono "baila" y "anda" según sea la música en cada momento.
Y hay todavía una tercera razón, apunta Rubiales. "Sirve de recogimiento porque hay muchas marchas que invitan a ello frente al misterio que se está procesionando", matiza.
La elección de la música depende mucho de la idiosincracia de cada cofradía. Frente a las marchas de carácter más sobrio que suelen acompañar a los pasos de Cristo y los misterios, están otras más alegres, habitualmente dedicadas a la Virgen Macarena o la Esperanza de Triana.
Cuatro son los tipos de formaciones musicales que acompañan a las cofradías en sus salidas procesionales.
En primer lugar están las "bandas de cornetas y tambores", herederas de los momentos en los que el Ejército arropaba los pasos más o menos desde el último cuarto del siglo XVIII. En la ciudad existe una, concretamente la de la Cofradía del Nazareno (Melilla la Vieja). Suelen ir con los cristos y los pasos de misterio, perfila Carlos Rubiales.
Existen asimismo las agrupaciones musicales, que a la percusión y las cornetas añaden varios instrumentos de viento. Como ejemplos en Melilla podemos citar la música de las cofradías de la Flagelación (Cabrerizas) y el Rocío (Virgen de la Victoria).
La Banda de Música, por su parte, reúne percusión y toda la familia de viento. La Semana Santa melillense cuenta, en ese sentido, con la participación de Asbanor y lo normal es que cierre el paso de palio en distintas cofradías.
Por último figura la que se llama "música de capilla", formada únicamente por un oboe, un clarinete y un fagor. En este caso hablamos de música fúnebre, las llamadas "saetas del silencio" y acompañan a las procesiones de luto porque esas melodías "tan delicadas provocan el silencio y el recogimiento cuando pasa el trono".
El trío "Orfeus", dirigido por el maestro José María Chamorro ("Chamo") y en el que ha participado alguna vez la actual delegada del Gobierno, Sabrina Moh, es el único que existe en Melilla para interpretar esta música de capilla. "Orfeus" sale junto al misterio de la Piedad de la Cofradía Castrense el Viernes Santo.
No podemos pasar por alto otro detalle importante de la música en nuestra Semana Santa. Se trata de la procesión de "silencio riguroso" en la que únicamente toca un tambor mientras se reza el rosario. Nos estamos refiriendo a la procesión de La Soledad (Iglesia del Sagrado Corazón) también el Viernes Santo.
Finalmente, Carlos Rubiales habla de las últimas tendencias en cuanto a marchas procesionales se refiere. Es el "caso curioso" de la adaptación de música religiosa de templo o popular, incluso de algún tema pop de los años 60 en España.
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