En el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla se celebró ayer un juicio por un caso que englobaba un delito de daños y una falta de hurto.
Los hechos se desarrollaron el 17 de octubre de 2013. En esa fecha, los acusados, Samir B. y Jawad A. (que no comparecieron en el juicio de ayer) se acercaron a un vehículo aparcado en la calle General Astilleros. Tras haberlo rayado con un objeto punzante, arrancaron los espejos retrovisores.
La dueña del vehículo, Isabel G. C., que compareció ayer como testigo, se percató de lo ocurrido y dio la alarma. En ese momento se encontraba cerca un agente de la Guardia Civil, que logró reducir a los dos acusados y retenerlos hasta que llegó una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía, según explicó al prestar testimonio.
La propietaria del vehículo afirmó que había quedado “destrozado” tras los arañazos recibidos y declaró que reclamará por los daños que se le han causado.
La jueza castigó la acción de los acusados con un delito de daños, que consistirá en seis meses de multa, con un pago de tres euros diarios. Aparte, los retrovisores arrancados constituyen una falta de hurto, a la que se aplicará una multa de un mes, también a razón de tres euros diarios.