Es su primer 8 de Marzo como consejera de Igualdad. Elena Fernández Treviño recibe a El Faro en la consejería de Cultura, situada en la antigua Cámara de Comercio, para hablar sobre el Día Internacional de la Mujer y sobre qué planes tiene su consejería para trabajar por la Igualdad de mujeres y hombres.
–¿Cómo afronta su primer 8 de Marzo como consejera de Igualdad?
–Con muchas ganas de poder hacer cosas en torno a esta fecha. Programamos una serie de actividades que nos motivan y que nos hace mucha ilusión. La primera fue la visita de Perla Wahnón, que es la presidenta Confederación de Sociedades Científicas de España, la primera mujer en el cargo en 20 años. Nos congratula mucho al ser una melillense.
–¿Qué planes tiene su consejería para hacer una Melilla más igualitaria?
–Son muchas ideas, algunas líneas ya las hemos comenzado. Ahora mismo, por ejemplo, además de trabajar en distintas líneas de información, como el Punto Violeta o en los centros educativos apoyando a los responsables de Igualdad, que lo hacemos a través de Clece, con un equipo hay un equipo de refuerzo. Además, hay un apoyo en las guarderías que tenemos para conciliar a los hijos e hijas de mujeres víctimas de la violencia.
Como planes a medio y corto plazo, tenemos la creación de una Unidad de Igualdad, que lo que va a tratar de hacer es una base científica, de estudios y colaboraciones; no solo de datos cuantificables de la ciudad, sino también con estudios de la Universidad para poder extraer datos reales, hacer una macroencuesta y analizar cuál es la situación de desigualdad en la ciudad como esta. Yo creo que son datos que nunca se han hecho, datos científicos que son necesarios para poder actuar, porque si no tenemos esos datos cuantificables y cuantificados, no podemos saber a qué atenernos y cual es ese mapa de desigualdad y esas violencias. Vamos a crear un Centro de Emergencia Feminista contra las agresiones sexuales, que estará disponible 24 horas y lo haremos a través de Cruz Roja. Digo feminista, porque aunque esté basado en las leyes, amplia un poco el mapa de lo que serían las actuaciones en Igualdad y reivindicaciones de propio feminismo. Además, se están reformando las leyes del Ministerio en este sentido, el que se recojan datos de esas agresiones sexuales en una ciudad como esta y se pueda tener acceso a la información y a la protección, porque conectaremos ese centro de emergencias con la Policía y con todos los dispositivos que tengamos que hacer para formalizar una denunciar en un momento dado.
–Hablando sobre ello, un tema que preocupa mucho a las melillenses es el acosos callejero ¿Qué se puede hacer frente a ello? ¿Qué medidas se pueden tomar?
–Precisamente, crear un centro como este consiste en dotar de la información y la formación del personal que va a venir a trabajar también, con todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y coordinarnos desde las administraciones y Delegación del Gobierno para ver cómo podemos atender todas esas violencias que están sucediendo.
Es verdad que el acoso tiene una base legal muy pobre y es complicado demostrar hasta qué punto ocurre. Es como cuando una mujer está en la playa y de pronto tiene a alguien merodeando. Cuando lo hemos hablado con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado nos dicen que mirar no es un delito ni una falta. Si tenemos un canal donde al menos se recojan esos testimonios o digan que le han seguido, porque no es lo mismo mirar que seguir, ahí sí que hay una base legal que se puede perseguir. Este centro animará, porque los datos de agresiones que tenemos son muy bajos en una ciudad como esta, no se corresponden con los datos nacionales y sabemos que hay una cifra negra que no se está recogiendo. No existen los cauces y si denunciar la violencia ya cuesta, denunciar una agresión sexual de cualquier tipo, cuesta más.
El hecho de que exista un canal y que sea a través de Cruz Roja, que tiene ya las dependencias e incluso el personal y en muchos casos la formación, yo creo que es muy necesario
–¿Y qué percepción se tiene sobre la situación de la mujer en Melilla desde su consejería?
–La situación de la mujer en Melilla, si a nivel nacional es complicada y vemos el mapa de toda esta desigualdad, una ciudad como Melilla tiene un componente extra, es especial para estas cuestiones. Es una ciudad muy pequeñita, cercada por una frontera y todo lo es transfronterizo es siempre más complejo. Ahí, se están mezclando muchas cuestiones, que con el tema de la igualdad y la violencia se complejifican por se hacen más todavía peliagudas. Sabemos que el origen es el machismo, que se da en todos los estratos sociales, se dan en todas las culturas y cuanto más machismo hay, más difíciles son tocar algunas cuestiones. Hay un índice de pobreza que también afectan a las mujeres en su mayoría. Todo, al final, forma parte de la cuestión que estamos tratando; por lo tanto, es una ciudad muy pequeñita, pero tratar el tema de la igualdad es muy complejo. Esto lo trasladamos a nivel nacional cuando, como tanto desde la Unidad de Violencia como desde la Consejería, asistimos a las conferencias sectoriales y dibujamos lo que está ocurriendo en Melilla y cuál es la situación de las mujeres en frontera y de la propia ciudad y del CETI.
–¿Cómo se puede conjugar la tradición, la cual es muy importante en Melilla, con este nuevo papel que ha surgido para mujeres y hombres?
–Yo creo que tenemos una brújula clara que sabemos que nadie nos puede impedir, pero hablar de Igualdad es también hablar de diversidad. Cada ser humano es distinto, hablamos también de identidades, no solo de género, sino también culturales. Entonces, hay que ser muy respetuoso con las identidades múltiples y diversas, a la par que trabajar los derechos y la igualdad de oportunidades. Se deben conjugar ambas cuestiones y yo creo que se puede hacer respetando que las culturas y que cada idiosincrasia de cada una y que tienen un casuística, su identidad y sus tiempos. Es cierto que hay una cultura generalizada que impregna todo que es el machismo como cultura patriarcal y no podemos obviarlo, pues está atravesando todos los patrones culturales. Eso es lo que tenemos que erradicar, mujeres y hombres de todas las culturas debemos caminar hacia una sociedad igualitaria y estamos en un país que tiene de las mejores leyes y es un ejemplo a seguir en toda Europa.
–El feminismo se ha vuelto un movimiento trasversal que llega a toda la sociedad ¿Esto puede hacer que difumine el mensaje?
–No me gusta encorsetar la palabra feminismo. Yo creo que repartir carnets de ‘tú lo eres, tú no lo eres’ me resulta complicado. Es verdad que no existen tantos feministas como personas, yo creo que una cosa es como cada uno lo viva y otra cosa es que exista un feminismo como teoría sociológica, histórica, sociológica que tiene unos fundamentos con unas bases y que están ahí desde hace tres siglos. Sabemos que hay un movimiento que avanza hacia la igualdad entre hombres y mujeres, pero que también tiene un corpus de doctrina que no podemos obviar, en ese sentido, feminismo no es cualquier cosa, porque si feminismo es todo, no es nada. Es cierto que existen resistencias ante estos avances de las mujeres y lo estamos viendo con partidos de ultraderecha como Vox, que ponen altavoz al machismo de toda la vida. Son mentalidades obsoletas, retrógradas y que muchas veces están preñadas de una ideología completamente ignorante. Me sorprende que ignoren las leyes y que no son leyes sesgadas, yo creo que la única ideología de género que hay es el machismo.
–¿Este nuevo discurso puede poner en peligro lo que se ha trabajado por la igualdad o el movimiento es imparable?
–Yo creo que es imparable, pero que se ha generado una corriente de polarización social muy grande. Es peligroso porque esta ideología está entrando en las instituciones y la gente los legitima y los vota.
–¿Cómo luchar contra esos mensajes que calan tan facilmente en la sociedad?
–Son mensajes muy demagógicos, muy facilones, muy reduccionistas y que venden cualquier tipo de producto barato y sin ningún tipo de valor, pero que lo compran fácil. Yo creo que ni más ni menos lo que ha hecho el movimiento feminista durante tres siglos, que es un movimiento el movimiento político más importante del siglo XX y que ha conquistado derechos y libertades de una forma no cruenta, es decir, las herramientas que tenemos las mujeres y los hombres en esta lucha son simplemente la palabra, la paciencia y la transformación a través de lo puramente horizontal a través de lo social que se traduce luego en leyes y en políticas Fijaros con la que cae y la cantidad de asesinatos que hay, el feminismo no solo está armado de paciencia, sino que es absolutamente no cruento, nunca se ha metido en una guerra.
–En este cambio de roles de género ¿Cuál es el papel del hombre en esta lucha?
–Fundamental. Yo creo que si no hay un cambio por parte de ellos y también un acompañamiento, un convencimiento y posicionamiento activo y claro respecto a esta cuestión, la sociedad no va a cambiar nunca del todo. Este no puede ser solo un movimiento de mujeres; es verdad que ha estado protagonizado políticamente por ellas, el sujeto político del feminismo ha sido la mujer, pero que sin que haya un cambio global de hombres y mujeres, no conseguiremos nada.
–¿Y por qué ser feminista?
–Porque el feminismo es un humanitarismo, no es ni más ni menos que creer en el humanismo; creer en el feminismo es pensar que existe una sociedad mejor y que existen formas de amar, de relacionarnos y de convivir mucho mejores y eso viene de la mano de la igualdad y de el feminismo.
–¿Cómo ha sido su toma de conciencia personal sobre feminismo?
–Desde hace muchísimos años. La toma de conciencia de que estamos en el mundo como mujeres y que hay que posicionarse desde todos los lugares, hace que cambie todo como tu profesión y tu mirada cuando estás en las aulas, porque ahí necesitamos hacer una política feminista que también traiga el legado y la sabiduría que las mujeres han aportado a la historia y a la filosofía. También cambia tu posicionamiento respecto a las relaciones personales y a todo, porque cada movimiento que haces, sabes que tienes la obligación ética y moral de trabajar este tema porque todavía queda mucho. Sería vivir de una manera inconsciente vivir sin saber que para ser una buena profesional, pareja o amiga tienes que ser continuamente activista, también relajándonos.
–¿Qué mensaje deja a las y los melillenses para este 8M?
–Que participen en todas las actividades que puedan porque es una cuestión muy importante apoyarlas, como la carrera, que se trata de que la ciudadanía participe y como un gesto también de solidaridad. Ojalá no tuviéramos que celebrar este 8 de marzo y decir que ‘esto ya se ha conseguido’, pero todavía nos queda un largo camino por recorrer, así invitamos a todo el mundo a que se posicione, a que participe con nosotros en todo lo que hemos programado.
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