Muchos melillenses afirman que no recuerdan haber vivido un otoño tan cálido como el que hemos atravesado el pasado 2022 y algunos están convencidos que “algo está pasando” porque estas altas temperaturas no son normales ni siquiera en nuestra ciudad, donde habitualmente el clima es suave durante todo el año. Hay quien opina, como Juan, que resulta evidente que asistimos al “cambio climático”. “Nos estamos cargando el planeta”, señala a preguntas de El Faro.
A Juan le parece “fatal” que el calor se largue de esa forma en el tiempo y que el clima no se corresponda con lo que debe ser cada estación. Además, entiende que esas temperaturas son las que están detrás de los numerosos resfriados que se producen en esas fechas. “Ya no se trata solo del calor sino del cambio de temperatura que se produce entre el día y la noche”, manifestó para añadir que la naturaleza también sufre las consecuencias.
Prácticamente lo mismo opina Manuel, que es de Málaga y que, según dice, en su ciudad pasa igual que en Melilla en lo que a las altas temperaturas de otoño se refiere. “A mí, que me gusta el frío, pues lo noto todavía más”. Como Juan, cree que “nos estamos cargando el planeta”. “No me parece normal que en noviembre y en diciembre tengamos esas temperaturas tan altas y llueva tan poco”.
Yolanda también es partidaria del frío y, en consecuencia, no se siente tan a gusto en un otoño cálido como el que vivimos en 2022. “Yo quiero que haga frío, ver la nieve como ya pasó en 2005. Soy de cuello vuelto e ir abrigada. Me gusta la mantita para ver la tele en el sofá y con la temporada que hemos pasado ha sido imposible”.
Esta melillense recuerda que hace años, las cosas eran de otro modo. “La temperatura ha cambiado en estos últimos tiempos. Antes, en otoño no es que hiciera un tremendo frío pero sí que había que abrigarse. Ahora pensamos que vamos a ver al castañero en bañador”, bromeó.
Para Noelia, últimamente se vive en una “eterna primavera”. “Ya no es como antes, cuando los otoños eran fríos. Yo soy de Santander y antes en noviembre estaba todo nevado. Este 2022, sin embargo, no hay nieve ni en las cumbres”, afirma para señalar que en Melilla el calor “ha sido impresionante”.
Hasta noviembre ha estado funcionando el aire acondicionado de la empresa en la que trabaja María. “Ha sido un otoño muy cálido para las temperaturas a las que estamos acostumbrados en Melilla”, comentó. Según dijo, normalmente aprovechaba el puente del 1 de noviembre para hacer el cambio de temporada en el armario pero en 2022 lo ha llevado a cabo en Navidad. “En noviembre estábamos todavía en mangas cortas o alguna chaquetita por la noche”.
María recuerda que los otoños antes no eran así. “Yo recuerdo en 2014, que estaba embarazada y hacía un frío horroroso; sin embargo, el verano de 2015 fue tremendamente caluroso”. A su juicio, es evidente que “algo está pasando”, aunque no habla de cambio climático. Lo que sí tiene claro es que el parón de dos años de emisiones de las industrias por el covid ha provocado que el calor haya sido mayor este otoño. “Se dio un respiro de dos años y la temperatura sigue en ascenso”.
Como persona creyente que es, nuestra entrevistada cree que algo hay para que este año, en que la electricidad y el gas han subido de precio, esté haciendo mejor tiempo que en épocas anteriores. “Parece que Dios ha puesto su mano para que no tengamos que usar la calefacción”, comentó.
María José cree que resulta evidente que el calor ha sido la principal característica del otoño y como Trinidad, llama la atención también por la falta de lluvia. “Ha sido un otoño muy seco”, apunta también Rafael. “La gente habla por la calle y dice que ya está bien de tanto calor”, precisa.
Roberto está convencido de que la temperatura ha ido subiendo de forma paulatina en los últimos diez años. “Es cierto que Melilla ha tenido siempre un verano largo y un frío más bien corto pero este año pasado ha sido top”. “Yo, sinceramente, no recuerdo un calor como el que hemos tenido en el otoño de 2022”.
Blanca, por su parte, opina que en Melilla no se nota mucho la diferencia en el otoño. Como estudiaba en Madrid, recuerda que “llegar a Melilla desde Madrid era pensar que volvía al Caribe”. Y apunta que el fenómeno del gran calor otoñal no solo se vive en Melilla o en España, sino en muchos países europeos. “Donde otros años las pistas de esquí ya estaban a pleno rendimiento, este año están aún cerradas. Países como Austria, Suiza y Alemania están alcanzando cifras record de calor”.
Paqui es de las que piensa que, efectivamente, el clima está cambiando aunque no tiene muy claro que todo se deba a emisiones o la acción del hombre en general. Esta melillense afirmó que cuando era más joven, en los años 80 y 90, a finales de septiembre ya hacía falta ponerse la chaqueta cuando caía el sol. Y, en ese sentido, también hizo referencia a que llovía con mayor frecuencia. De hecho, a modo de ejemplo, recordó que en septiembre de 2009 incluso hubo un conato de inundaciones con el Río de Oro casi desbordado.
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