La educadora social Guadalupe García fue la directora del curso ‘Amor y sexualidad en la educación’ que tuvo lugar hace unas semanas organizado por el sindicato SATE-STEs.
La educadora social Guadalupe García impartió el pasado mes en Melilla el curso ‘Amor y sexualidad en la educación’ organizado por el sindicato de profesores SATE-STEs y que tuvo una duración de tres días. En este programa participaron profesores de Infantil, Primaria y Secundaria y otro tipo de profesionales que trabajan en temáticas de adolescentes o cercanos a la violencia de género. García explica cuál es la importancia de este tipo de iniciativas y la necesidad de introducir ejercicios y charlas entre el profesorado y el alumnado que hable de estos temas.
–¿Por qué el título de ‘Amor y sexualidad en la educación’?
– Antes se trabajaba en la prevención de la violencia de género con las mujeres y nos dimos cuenta de que había que darle una vuelta de tuerca y trabajar desde lo positivo. No empezar cuando la violencia está muy presente, sino desde la prevención. Si trabajamos la idea de en qué tipo de amor y sexualidad queremos educar estaremos previniendo la violencia, porque hoy en día el foco grueso que vemos de violencia de género son los mitos del amor romántico, o sea, cómo se vive el amor en pareja. En este curso nos centramos la violencia que se crea entre un chico y una chica, aunque hay otros formatos.
–¿Estos mitos sobre el amor clásico cómo influyen?
-El concepto de amor de contigo pan y cebolla o no puedo vivir sin ti o este tipo de cosas es lo que está llevando a que cuando haya un conflicto en una pareja no se sepa qué hacer y cómo resolverlo. La historia es cómo se construye la relación de pareja entre un chico y una chica para que se produzcan reacciones de buen trato, es decir, que se traten bien. Que no surjan conflictos como que el chico pregunte a la chica por qué le dedica tiempo a sus amigas y no está con él o cómo le gusta hacer cosas sin él.
–¿Por qué este curso se planteó para el profesorado? ¿Cómo introducen ellos esta materia en sus aulas de matemáticas, filosofía, lengua o biología?
- Es que más que hacer una materia específica y que yo vaya e imparta un taller a los alumnos y alumnas, lo importante es que los profesores son referentes de los chicos y las chicas en las clases, por lo que dependiendo del grado de confianza y el tipo de relación que tienen con su alumnado tendrán muchas más oportunidades para abordar este tipo de temas. El amor, la sexualidad y cómo me relaciono surgen en mucho en las clases. Durante el curso que impartí en Melilla les pedí que pensaran en diferentes situaciones de la vida laboral en las que hayan tenido que hablar sobre estos temas. Salieron muchas, por ejemplo, realizar comentarios sexistas. Los chicos y chicas se ríen y el planteamiento es que se aprovechen este tipo de oportunidades para hablar, ya que si hay risas y curiosidad es porque les interesa. Así, hay un tema que del no se habla mucho que sigue siendo un tabú y que les interesa un montón a los chicos y chicas y les gustaría hablar sobre ello pero tienen muy pocos espacios. Más que saber mucho y realizar una charla enorme la idea es que los profesores estén predispuestos a hablar, a que los chicos y chicas sepan que pueden contar contigo.
– La idea es estar abierto para charlar con ellos sobre el tema.
– Esto es lo más importante, es decir, que cuando te pregunten qué es la regla no se mire para otro lado y si no se sabe cómo explicar que los profesores soliciten ayuda a los expertos porque hay materiales escolares estupendos para ello. Una de las reflexiones que se dan en estos cursos es que siempre hacemos educación sexual, quieras o no quieras, con lo que dices o no, con la omisión de la respuesta a una pregunta. Todos educamos para bien o para mal, en el tabú o en el diálogo. Por eso la idea es la predisposición
–¿Qué asuntos se han tratado en este curso?
– En los contenidos hemos tratado desde sexo, género, el cuerpo, ya que no es lo mismo tener un cuerpo de chico que de chica y muchas veces se toma el patrón del cuerpo masculino como medida y se olvida que la chica tiene un cuerpo diferente, que está en las aulas y el cuerpo habla. Además, temas de los contextos, igualdad, desigualdad y discriminación, la diferencia, que es algo rico de lo que aprender y no tiene nada que ver con la desigualdad. También se comentaron muchas situaciones para que resolvieran cómo enfrentarse a ellas. Por otro lado, se trató como muchas veces en el amor y en la sexualidad surgen las situaciones de violencia. Así, se comentó que algunos chicos y chicas consideran los celos como una muestra de amor, que el joven puede controlar la ropa con la que se viste su pareja o sus amistades. Una serie de ideas que son fruto de una concepción del amor muy estricta que ponen en práctica algunos chicos y también hay chicas que quieren estar ahí y no son sólo víctimas. Si podemos hablar sobre el tipo de amor en el que queremos educar y poner palabras a eso podemos prevenir el conflicto que les supone cuando hay una discusión y tiene que ponerse de acuerdo. Los conflictos son inherentes a las relaciones y todos debemos tener planteamientos para poder resolverlos sin tener que llegar a la violencia y sino, lo que sale es la imposición.
– En el curso había profesorado de Infantil, Primaria y Secundaria. ¿Desde qué edad se puede hablar de amor y sexualidad?
– Cuanto más pequeños empecemos ha hablar de estos temas muchas más palabras y herramientas tendría yo para ver cuál es una situación que me viene bien y cual no. Si empiezas a hablar de educación sexual en la adolescencia ya vas tarde porque pasan miles de cosas desde Infantil, donde la curiosidad por el cuerpo de niños y niñas es bestial. Por ejemplo, si tú no ayudas a nombrar el cuerpo te encuentras a niños que te dicen que ellos tienen pene y las niñas no. Si dejas ese mensaje así las niñas piensan que les falta algo, así que lo correcto es decir que los niños tienen pene y las niñas vulva. Incluso te encuentras con un profesorado que no sabe nombrar la vulva sino que la llaman ‘patatona’, ‘rajita’, miles de palabras, que además suelen ser despectivas, para nombrar los genitales femeninos. Éste es un ejemplo simple pero sirve para ver cómo empezar a trabajar con el cuerpo y mostrar las diferencias en el físico de los niños y niñas viendo que no es mejor ni una cosa ni otra.
Cuanto más pequeños, muchos menos roles, esteriotipos de género, y de lo que le han dicho que tienen se ser una niña o un niño podemos trabajar porque hay muchos estímulos fuera sobre estos contenidos. Si se pone la televisión, con la llegada futura de los Reyes Magos, se puede ver como los juguetes son totalmente sexistas y muy dirigidos, si además en casa hay un padre que se tira en el sofá y una madre que va como una loca de un lado a otro de la casa, esos niños cogen cuáles son sus roles.
– ¿En edades más avanzadas ocurre lo mismo?
– En Primaria, por ejemplo, cada vez hay más profesores que si ven que los libros presentan una mira antropocéntrica y en los que sólo se muestra que hay hombres matemáticos o físicos, por lo que se da valor a ser niño pero no a ser niña, realizan una ampliación para visibilizar el trabajo de las mujeres en esta materia. Así, la niña es consciente de que las mujeres también intervinieron en la historia y no percibe que ser mujer sea un lastre. En este sentido, nos encontramos con niñas que ante la otra percepción lo que hacen es imitar a un chico y en cualidades no positivas.
–Así que hablar sobre lo que se siente y se quiere, ¿ayuda a visualizar en un futuro situaciones que nos son incómodas?
– El amor no es sólo con tu pareja sino que hay de otro tipos como el de tus amigas o el de la familia. Si se ayuda a mostrar el amor no sólo desde el punto de vista de la pareja tendrán más herramientas para detectar que le están imponiendo formas de comportarse, vestir y que no le están tratando bien. Si todo esto se trata desde pequeños detectarán antes cuando se sienten bien y cuando no.
–¿Qué actitud puede tener un profesor cuando en su presencia ocurre alguna de estas situaciones donde la violencia es tan sutil?
- El profesor directamente no se va a enterar, ya que si una niña puede verbalizar perfectamente que su novio no le deja ponerse faldas cortas está viviendo esta situación con muchísima lucidez. Normalmente estas cosas se viven en silencio. Lo que sí pueden detectar es el cambio de actitud de las jóvenes o parejas que están todo el día besándose en un rincón y dejan de relacionarse con el resto de sus compañeros. Quizás sean indicadores de que tienes que intentar sacar el tema de cómo están viviendo el amor, las relaciones o la sexualidad. En el caso en el que se observe alguna situación de este tipo se puede dar una charla sobre la violencia de género, la desigualdad, entre otras cosas, pero a la persona a la que hemos visto atrapada en esa situación no se le debe decir nada, puesto que si vive una de ellas lo oculta. Así, la percepción de muchas chicas está marcadas por mitos como el de ‘quien bien te quiere te hará llorar’, el de ‘lo hace por tu bien’ o el halago protección, que consiste en que te digan que tienes un cuerpo muy bonito y que para protegerte de otros hombres que quieren molestarte no debes ponerte una minifalda. La percepción de la chica que creemos que sufre estas situaciones debe ser la de que el profesor está abierto a que pueda hablar con él cuando quiera y que se interesa por lo que les pasa a sus alumnos. Se habla en general de cómo viven las relaciones de pareja y el tema de la homosexualidad también se puede sacar, y seguramente el día que la chica crea irá al profesorado a preguntar sobre su situación.
– Y en el momento en el que llegue al profesorado para exponer su problema. ¿Qué se debe hacer?
– Muchas chicas que reciben maltrato se quedan solas, ya que al final todo el mundo se harta de esa situación, pero la mejor ayuda que puede recibir una mujer que sufre violencia machista es la de acompañamiento. No necesitan que la juzguen. Una mujer maltratada que se encuentra a una persona que la escucha que la acompaña y no la juzga tiene un tesoro.
SATE-STEs realizó una valoración de este curso por lo que se prevé una nueva organización de un formato parecido a este pero con contenidos renovados.
Juegos para hablar sobre lo que sentimos y queremos
Para Primaria, Guadalupe García propone dos juegos, uno de ellos que consiste en explicarle a una extraterrestre a través de una carta qué es el amor y que se explique situaciones donde se han sentido queridos; y otro en el que se pretende que los niños hagan una lista de aquellas cosas que les gusta que les regalen pero que no se puedan comprar. De esta forma, se ponen palabras a cosas que les gusta y les ofreces un espacio para jugar con estos conceptos, como son la amistad, el cariño o el respeto.
Realizar una lista de cosas que te hacen sentirte querida y cosas que no es otro ejercicio para los adolescentes. Así, describen situaciones de cómo viven el amor en esta etapa de su vida, como que “me impongan los gustos o que no me permitan salir con mis amigas”.
Por otro lado, esta educadora social indicó que en un juego realizado con jóvenes separaron a las chicas de los chicos para que fueran más sinceros a la hora de expresar sus opiniones sobre el amor o la sexualidad. De esta forma se evitaron los ‘gallitos’ y una vez que se juntaron todos para analizar sus respuestas vieron que las cualidades que más les gustan de la gente de su alrededor coincidían con el otro grupo.
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