El consejero de Políticas Sociales, Mohamed Mohamed Mohand, afirma a El Faro que lo peor de esta crisis sanitaria fue el fallecimiento de dos pernas en la ciudad. Subraya que señalar Madrid como una zona de contagio fue positivo porque permitió el control de los primeros pacientes.
–Fue entre el 26 y 27 de febrero cuándo en Melilla se empezó a escuchar hablar del coronavirus tras una reunión con el Ministerio de Sanidad conjunta con los consejeros de esta misma área. En esa reunión se comparaba el coronavirus con una gripe normal. ¿Se imaginaba la dimensión que iba a alcanzar esta enfermedad?
–No, claramente no. Nosotros hemos ido creciendo con el. Desde mediados de febrero llevamos repitiendo que se trataba de un virus nuevo y que nadie conocía por lo que tampoco ni epidemiólogos ni los microbiólogos lo conocían muy bien. De manera que hemos ido aprendiendo a marchas forzadas. Es cierto que en febrero no parecía tan grave porque los datos que venían de China eran que tenía una letalidad del 3%, que es muy similar a la de la gripe, así como una sintomatología muy similar. Hasta que la cepa fue evolucionando y empezamos a encontrar nuevos síntomas, como la pérdida del gusto. También se empezó a ver que la letalidad se incrementaba bastante y se ha podido ver en Italia. Es decir, ha aumentado considerablemente esa cifra de letalidad y es que evidentemente empezamos con un coronavirus en febrero y en mayo estamos con otro. Y estas palabras son literales porque la cepa ha ido mutando constantemente.
–El día 10 de marzo salieron en rueda de prensa a recomendar a los melillenses que no viajarán ese fin de semana, que era un puente para Melilla al celebrarse por primera vez el Día del Estatuto. ¿Se arrepienten de no haber prohibido esos viajes?
–No, porque ver las cosas a toro pasado parece que son más sencillas. Y no me arrepiento de las medidas que hemos ido tomando porque siempre lo hemos hecho con proporcionalidad. Debemos entender que no se conocía el virus y que hemos actuado según la situación que había en cada momento. Ahora que conocemos mucho mejor el coronavirus sí que me hubiera gustado tener en febrero dos máquinas para hacer pruebas de PCR y también contar en ese mes con más de 200.000 mascarillas o limitar la movilidad y restringir el tráfico aéreo y marítimo. Pero claro, no lo sabíamos y esa es la cuestión esencial en este asunto. Conforme ha pasado el tiempo, hemos ido adoptando las decisiones. De todas formas, la prohibición de las conexiones marítimas y aéreas no son competencia de la Ciudad. Nosotros lo que hicimos a partir del 10 de marzo fue siguiendo, las recomendaciones que se hacían en todo el territorio, aconsejar no viajar. Aconsejar que no se saliera en el puente porque además fue un fin de semana previo a los días en los que se decretó el estado de alarma y la prohibición de viajar. Pero nosotros incluso antes del 10 de marzo ya veníamos analizando y diciendo a la gente que no era necesario viajar en esos momentos y que había que reducir la movilidad.
–Siempre ha defendido que al estar cerrada la frontera y las conexiones marítimas y aéreas se ha creado en Melilla un efecto isla que ha permitido mantener controlados los contagios.
–El otro día reunido el equipo estuvimos hablando de los diferentes elementos que nos han servido para tener este control tan potente de los contagios. Melilla es la región con el menor número de casos, incluso menos que en Ceuta. Melilla es la ciudad con la menor tasa de mortalidad, aunque tengamos que lamentar el fallecimiento de dos personas. Pero contamos con la menor tasa de mortalidad por habitantes y al final los datos son muy buenos. Hemos tenido que trabajar en varios factores para que no fuera tan alto el nivel de contagios en Melilla. En esa reunión analizamos los principales elementos que nos han llevado a esta situación.
Uno de ellos es la concienciación sobre el coronavirus muy pronto. En Melilla cancelamos la carrera de La Africana cuando apenas se hablaba de este virus en España. Y la verdad es que a principios de marzo nadie se esperaba lo que fuera a pasar esto. De esta forma, nos concienciamos de la realidad del virus a principios de marzo con esa cancelación de La Africana, mientras que el resto de las comunidades mantenían todos los calendarios de actividades culturales, en Melilla ya nos pronunciamos en el sentido de cancelaciones. De hecho al día siguiente se canceló el triatlón y también se tomó la decisión de cerrar todas las instalaciones deportivas. Empezamos muy pronto en adoptar medidas que luego se igualaría en el resto del territorio, pero fue uno de los primeros en tomar conciencia de ello.
Un segundo punto, y lo dice claramente el doctor Daniel Castrillejo (epidemiólogo y director de la comisión de la desescalada), es que Melilla fue la primera región de España en considerar población de riesgo a los pasajeros que venían de los vuelos de Madrid.
De hecho, los primeros casos que tuvimos en Melilla tenían que ver con viajeros que procedían de Madrid y gracias a que fuimos el primer territorio del conjunto de España en considerar a la capital como zona de riesgo nos permitió evitar un número de contagios importante.
En aquellos días decía que las pruebas para detectar casos se podrían hacer a personas que tuviera síntomas, como tos o fiebre, y que además viniera de una zona de riesgo y nos referíamos al norte de Italia, China, Singapur y Corea. En esos días y en esa descripción de casos por criterios epidemiológicos Melilla ya incluyo 48 horas antes que el resto de España a Madrid como un lugar de riesgo y luego fue Melilla, junto a Extremadura y Asturias, en el Consejo Territorial quién solicito qué Madrid se considerase lugar de riesgo. Y en ese mismo Consejo Interterritorial sanidad a todos los consejeros acordamos esa consideración que Madrid, así como la zona de Haro de La Rioja y a Euskadi.
–¿Eso provocó mayor vigilancia para las personas que venían de Madrid?
–Eso es. En Melilla se tradujo en una especial vigilancia de los pasajeros que venían en los vuelos de Madrid y, de hecho, es uno de los factores es lo que más incide el doctor Daniel Castrillejo. Asegura que es clave para el control de la transmisión del virus. También hay que recordar que Melilla puso controles en el puerto y en el aeropuerto por la Ciudad con el objetivo de hacer preguntas a los pasajeros sobre si tenían fiebre, sobre su lugar de procedencia y también se le daba una serie de recomendaciones cómo mantener una cuarentena de 15 días en casa.
Otro de los elementos con lo que hemos conseguido que Melilla tenga tan buenos datos es el fenómeno de isla con el cierre de las comunicaciones por vía marítima aérea y también el cierre de la frontera.
–Se habló durante mucho tiempo de hacer test masivos a la población, pero no sé si será viable en algún momento.
–Hay que entender muy bien de qué tipo de instrumento estamos hablando. Por un lado, están las PCR que te dice la carga viral que tiene una persona y los test rápidos dicen si has generado anticuerpos, que significa que has pasado el virus o bien que se encuentra en un momento muy desarrollado de la sintomatología, por ejemplo, estás en el octavo día de haberte contagiado y te va a dar positivo. Con hacer test masivos a toda la población estaríamos hablando de test rápidos porque la PCR solo detecta si ya tienen el virus. Si hacemos esos test masivos, nos va a dar una foto real de cuánta gente ha pasado el virus en Melilla. Pero la verdad es que eso lo estamos consiguiendo a través del informe de seroprevalencia, pues se van a hacer 2.700 muestras y, por lo tanto, vamos a tener ese muestreo y vamos a conocer, a través de la proporción, la incidencia del virus en Melilla. De manera que hacer los test masivos a la población estaría bien si pudiéramos hacerlo cada semana. Pero hacer 90.000 test de forma semanal, la verdad es que no hay ni recursos para hacerlo ni tampoco recursos humanos porque habría que paralizar todo el sistema de atención sanitaria para poder hacer test a la gente. Además, no sería una cuestión eficiente porque yo puedo tener el virus y si estoy en uno de esos días en los que no he presentado todavía la sintomatología iba a dar negativo y dentro de tres días sí que puede salir positivo. Por lo tanto, lo de hacer test a toda la población, es cierto, que nos da a conocer la situación real de la población, pero los test masivos no es una medida de tranquilidad. Le explico el porqué.
El instrumento que nos puede dar la tranquilidad es la vacuna. Encontrar y trabajar en una vacuna del COVID-19 sería el elemento que nos permitiese convivir con este coronavirus. El test rápido nos permite seguir trabajando o averiguando y conociendo la situación de nuestra población, pero no más. Hacer test a toda la población está muy bien y, de hecho, en Melilla vamos a hacer más de 20.000 pruebas. Pero hacerlo a toda la población podría realizar un primer muestreo, pero luego habría que repetirlo al poco tiempo y, por lo tanto, no es esa eficiencia que te podría pensar.
–¿Cuál ha sido la parte más complicada de la gestión de la crisis sanitaria?
–En cuanto a la gestión política lo más difícil ha sido tener que informar de las dos personas que han fallecido. Son personas que tenían un proyecto de vida, que tenían familia y que se hayan marchado por este maldito virus. Ha sido lo más complicado de asumir.
En cuanto a la gestión directa, el tema del abastecimiento de materiales ha sido complicado porque ha habido momentos muy críticos. Hubo una rotura de stock por lo que nos quedamos en ocasiones sin materiales, pero siempre hemos conseguido fueran llegando. De hecho, hubo una rotura de stock de mascarillas FPP2 en el hospital y hemos intentado solucionarlo a la mayor brevedad posible. Y es que ahora mismo las cadenas de distribución de materiales están funcionando bien, así como la llegada de mascarillas, guantes o geles hidroalcohólicos está garantizada. Pero es verdad que hemos tenido un pico muy duro de falta de material.
Y luego a nivel político también ha sido complicado y difícil de gestionar facilitar instalaciones a las personas que estaban sin hogar por que se habilitó el pabellón Lázaro Fernández y luego hubo que hacer un traslado a unas carpas que en el V Pino. Y ahí fue cuando se produjo una gran tormenta con varios días de lluvia cuando en esta ciudad de media llueve en 22 días al año. Fue complicado y nos descolocó un poco. Pero hay que decir que la plaza de toros es un espacio estupendo donde están estas personas muy bien y son unas instalaciones muy correctas.
–¿Hay miedo a que haya un repunte del coronavirus en la ciudad?
–Convivimos con ese temor, pero no solo en Melilla, si no también el resto de España y del mundo. En Melilla tenemos un punto de tranquilidad y otro también de preocupación. El primero de ellos es que en Melilla no hay transmisión comunitaria descontrolada. Pero la preocupación llegará con la reapertura de las conexiones aéreas y marítimas así como de la frontera aunque esta última desconocemos cuándo será. Pero cuando recuperemos nuestras conexiones ya sí que nos preocupa que se garantice la seguridad porque ya no va a depender de la Ciudad que las personas que vienen de otras provincias no vengan con el virus y no vuelva a ver esa transmisión comunitaria. Y es a esto a lo que se refería el doctor Fernando Simón cuando aseguraba que Melilla tiene unos datos muy buenos, aunque su situación sea complicada.
–¿Hay alguna posibilidad de ejercer más control sobre los viajeros que vengan por barco o avión?
–De momento vamos a mantener la situación de esta manera y seguramente se den pasos en la apertura de conexiones marítimas, pero siempre con control de quién viene a nuestra ciudad. Por eso digo que si nosotros controlamos que en Melilla no hay transmisión comunitaria ahora lo que tenemos que hacer es que quien entre venga sin el virus y sin estar contagiados. Y,¿cómo hacerlo? Nosotros ya tenemos un control a través de Sanidad Militar en el puerto, pero habrá que intensificar esos controles incluso dentro del propio buque y estamos trabajando en ello. Estamos preparando un plan de contingencia de cara a la apertura de las conexiones marítimas y vamos a intentar también establecer controles sanitarios. Estamos trabajando en este punto y, por lo tanto, no puedo adelantar mucho porque es un proyecto que se está terminando y una vez que esté finalizado se hará público. Pero el objetivo del proyecto es garantizar que la persona que entre en Melilla venga sin estar contagiado.
–Hoy abren más negocios en la ciudad y me gustaría saber si cree que los melillenses se van a ver con el ánimo de salir o les va a dar miedo en estos primeros días de la fase 1.
–Bueno el fenómeno sociológico es complicado. Al final se han establecido franjas para hacer deporte y veo más gente que nunca haciendo deporte. Por eso creo que el fenómeno sociológico es muy complejo y no sé si la gente va a tener miedo y no va a salir o, al contrario, va a tener muchas ganas de pisar la calle y se va a animar abarrotar las terrazas de cafeterías y restaurantes. Todo está abierto en este sentido.
En cuanto a las medidas de control, tuvimos una reunión en la Delegación de Gobierno y estuvo la representación de empresarios y hosteleros. Y en esa reunión vine a decir que los principales interesados en que el contagio no vuelva a Melilla son los propios comerciantes y hosteleros. Los que necesitan de un clima de seguridad sanitaria en Melilla son aquellos que tienen unos intereses económicos en que la situación sea buena. La limitación del comercio minorista es de menos de 400 metros cuadrados con un 30% de aforo. Desde el sector público, es decir, ni desde Salud Pública ni las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado podemos asegurarnos de que en todos los comercios haya un 30% de aforo. Les decía a los empresarios que eran los principales responsables de que haya un 30% de aforo y no más dentro de las tiendas. Y además los principales interesados de que las medidas de control se implanten y de que las medidas de prevención estén alcance de clientes y trabajadores son ellos mismos porque se precisa de ese clima de seguridad para poder trabajar.
–¿Qué valoración hace en general de la gestión de la crisis sanitaria?
–La gestión sanitaria en Melilla considero que ha sido buena aunque con matices porque soy el primero que cree que debe haber autocrítica y soy también el primero en asumir errores. Quizás el error más clamoroso que veo ha sido la falta de entendimiento político y la lucha partidista de los intereses personales, incluso muchos políticos han impedido que vayamos o tengamos una voz única en la lucha contra el COVID-19. Y esta es la parte de autocrítica, pero no obstante, en términos generales considero que la gestión ha sido buena. Si tuviese que cambiar algo de la gestión, ahora que ha pasado el tiempo, evitaría la rotura de abastecimiento de material. Que en esa semana en la que hubo falta de material se hubiera contado con el suficiente para todo el personal sanitario y sociosanitario y haber tenido test rápidos antes de esa semana crítica, así como haber podido hacer más PCR en esos mismos momentos. En aquella semana el sistema estaba cerca del colapso y evidentemente los PCR se tuvieron que limitar a personas con un cuadro clínico agudo, es decir, una neumonía y era a las únicas a las que se hacía este tipo de prueba.
A mí me hubiera gustado haber hecho muchas más en estos días, sobre todo, a cualquier persona que presentará la sintomatología, aunque fuese leve, como una tos y fiebre baja. De esta forma, hubiéramos podido descartar o confirmar si era positivo o no en coronavirus. Aunque también es verdad que estamos justo en una etapa de confinamiento y permitía que las personas que estuvieran con un positivo sin saberlo estuvieran aisladas en sus casas. Asimismo, me hubiera gustado poder hacer test rápidos desde un primer momento. No obstante, en general considero positiva la gestión y creo que nos concienciamos muy pronto y se trabajo muy pronto en contener el virus y aislamos muy bien al limitar el movimiento en la ciudad.
Como le comentaba antes consideramos de riesgo la Comunidad de Madrid y eso nos permitió encontrar la mayoría de los casos positivos.
Si tuviese que asumir alguna autocrítica sería esa discrepancia política en por intereses personales o de partidos que muchas veces han provocado que hubiera diferentes voces cuando el objetivo era que hubiera solo una. Aunque también es verdad que está cuestión fue a menos y ahora los diferentes grupos políticos están colaborando. Ahora mismo en los grupos de desescalada hay representación de los partidos políticos a través de diferentes profesionales que han sugerido ellos. El grupo de desescalada abarca todos los ámbitos de la sociedad porque tiene que regular cómo va a ser la vuelta a la normalidad en el deporte en servicios sociales, en comercio, la hostelería, en los centros de culto religioso... Y si vamos a regular todos los ámbitos de la sociedad, qué menos que contar con los políticos que representan al conjunto de la ciudadanía y que estén presentes en este comité a través de los profesionales que ellos nombren y así se ha hecho ahora.
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