“El Ingreso Mínimo Vital es un paso histórico para consolidar el Estado del Bienestar y luchar contra la pobreza”. La Delegada del Gobierno, Sabrina Moh, se refierió a la medida aprobada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez en el Consejo de Ministros del viernes.
“Se trata del mayor avance en derechos sociales desde la creación de la Ley de Dependencia del año 2006, con la que el Gobierno busca reducir las tasas de pobreza severa que existen en nuestro país y, especialmente, la pobreza infantil”,señaló.
“Este Gobierno ha planteado desde el primer minuto una batería de medidas que sirvieran de escudo social para que nadie se quede atrás, pero hay que reconocer que el Ingreso Mínimo Vital garantiza una renta mínima imprescindible para que todas las personas tengan unas condiciones de dignidad”, dejó claro.
Tal y como explicó Moh, esta prestación, que nadie va a poder revertir, es equiparable a las ayudas a la Dependencia, a las pensiones o al acceso a la sanidad universal. “El Gobierno no solo va a proteger a los colectivos más vulnerables sino que crea un nuevo derecho de ciudadanía, un derecho que supone un antes y un después en la lucha contra la pobreza extrema, pero sobre todo contra la pobreza infantil”, puso en valor.
No dejar a nadie atrás
Según informó la Delegada del Gobierno, aprobar el Ingreso Mínimo Vital era un compromiso para esta legislatura, pero a raíz de la pandemia del Covid-19, se convirtió en una necesidad urgente “porque miles de familias españolas no pueden esperar más”.
“La prioridad del Gobierno de Pedro Sánchez es no dejar a nadie atrás y hacer de España un país más solidario y justo”, aseguró Moh, que ha apuntado que se trata de velar por el presente y el futuro de este país.
Así, el Gobierno presidido por Pedro Sánchez “cumple con la demanda de justicia social de la ciudadanía, particularmente, de quienes están sufriendo con más contundencia los efectos del parón de la actividad económica”, recalcó.
Pero, además, la Delegada defendió que será una medida buena para Melilla porque servirá para reactivar la economía de la ciudad. “Además de beneficiar a los propios receptores, será un dinero que las familias van a usar para el consumo de necesidades básicas, tales como alimentos, ropa… por lo que es un recurso que va a repercutir en el comercio local y, por tanto, en el empleo”, concluyó.