Mis horas perdidas en el Comarcal a la espera de una cita médica

Sólo dos administrativos atienden a los pacientes que necesitan pedir hora con su especialista en el Hospital Comarcal

La persona que por primera vez dijo ‘quien espera, desespera’ estuvo en el Hospital Comarcal pidiendo cita para un médico especialista. No me cabe la menor duda. Es imposible que en otro lugar de este planeta las horas pasen más lentamente que en la sala que hay en este centro para coger hora con los médicos que tienen consulta en el Comarcal.  No es una exageración. Cualquier ciudadano que haya tenido la mala suerte, por aquello de padecer una enfermedad, de ir al hospital, ha debido ‘sufrir’ horas de espera para poder llegar al mostrador y solicitar cita con su médico. Son horas perdidas de trabajo, de hacer labores del hogar o de realizar otras gestiones.
Ayer debía pedir hora para hacerme una radiografía y también  para que el médico especialista revisara esta prueba. La idea era poder hacer estas gestiones el mismo día. Resulta que sólo se puede solicitar cita para  radiológicas hasta las 13:00 horas y debe hacerse en la primera planta. Pensé que estando en el hospital a las 12:30 me daría tiempo de coger un número para pedir cita con el médico, que se hace en la parte de Administración de la planta baja del Comarcal,  y de subir a la primera planta para coger otro número y guardar cola para solicitar el día en el que tengo que hacerme la radiografía.
Pero había mucho tráfico y me retrase. Acabé llegando al Comarcal a las 12:40 horas. Cuando fui a la máquina que expide los números para las citas de los especialistas, ya no había. Mi única oportunidad era pedir la vez a las personas que esperaban en esta sala y rezar para que antes de las 14:45 horas me atendieran los administrativos, ya que a partir de esa hora, la ventanilla cierra.
En vista de que había mucha gente allí mirando sus ticket y que los números pasaban poco a poco, opté por ira a la primera planta y solicitar la cita para la radiografía. Allí no había tanta gente. Cogí número y en unos quince minutos me atendieron.
Otros no tuvieron tanta suerte. Justo a las 13:00 horas, retiraron los tickets, que son como los de una pescadería, y los que llegaron a las 13:02 minutos se quedaron sin poder pedir hora para su radiografía. Les tocó volver otro día.

En una sala de espera
 Con la mayor de las resignaciones, ya he pedido permiso en el trabajo y debo coger cita cuanto antes con el especialista, me dispongo a esperar a que todas las personas que tienen número pidan hora con sus médicos hasta que me toque a mí. Va por el 280 y una mujer dice que tiene el 309. Son muchas las personas que esperan ese momento de llegar a la ventanilla y conseguir ese papel blanco tan solicitado en el que pone la hora y el día que debe hacerse un análisis y volver a la consulta de su médico.
Creo que mi cara se entristece de tal forma que despierto compasión en la señora. Me coge de la mano y me da un número. Me explica que otra mujer le había dado uno anterior al suyo. Le agradezco el gesto. Muchos pensarán que no está bien ‘colarse’ de esta manera, pero la verdad es que no pude negarme. Un número en mis circunstancias era lo mejor que me podía pasar en esos instantes. Me da el 333, es decir, que quedan sólo 53 personas por delante.
Aprovecho que hay un asiento libre y pregunto a otras mujeres cuánto tiempo llevan esperando. Unas dicen que hora y media y otras algo más. También está la señora que nos aconseja coger un número cuando vayamos a la consulta del médico porque es la única forma de al salir de la revisión médica, no haya que esperar muchas horas para pedir una nueva cita.
Son muchas las personas que se van pidiendo la vez. No habrá números a las 12:40 horas, pero la gente sigue saliendo de las consultas de los médicos y necesita concertar una nueva fecha para sus revisiones.
Todos nos preguntamos por qué sólo hay dos personas para atender a los pacientes que tienen que pedir cita para su médico. Afirma otro usuario del Comarcal que esas dos personas han visto pasar a más de 300 enfermos porque cada mañana el contador de los números empieza por el 1.
Unos minutos antes de las 14:00 horas sale el 333 en la pantalla. El administrativo que me atiende tiene una cara de no poder más con su vida. Introduce los datos en el ordenador y me mira con cara de disculpa: Mi médico no me podrá ver hasta finales de julio. Eso es tres meses de espera. No sé qué contestar. Me encojo de hombros. Ve que me van a hacer una radiografía antes y, con toda su buena voluntad, me dice que si ven algo “raro”, los sanitarios llaman a los pacientes. Le agradezco el comentario y le deseo suerte el resto de la jornada.
¿Por qué si pasan por estas ventanillas más de 300 personas al día no hay más puestos para atender a los pacientes? ¿Cuánto tiempo debe perder una  enfermo en solicitar hora con su médico especialista? ¿Por qué una personas que desee cambiar la hora o el día de su cita médica debe perder toda la mañana en esa sala de espera del Comarcal y no se puede hacer esta gestión a través de otro medio?

Compartir

Artículos recientes

¿Cuál es la ciudad más maleducada de España?

Alegres, apasionados, impuntuales, amantes de la fiesta, hospitalarios... hay cientos de adjetivos que los extranjeros…

40 mins hace

Los melillenses, satisfechos con las instalaciones del aeropuerto

El aeropuerto de Melilla es calificado como el tercero peor valorado por los usuarios, detrás…

1 hora hace

Intensa agenda de la halterofilia local

Durante este próximo fin de semana se celebrará en la localidad de León concretamente desde…

1 hora hace

La ludoteca del Parque Hernández abre sus puertas a la ciberseguridad

La Dirección General de Innovación Tecnológica ha preparado la antigua ludoteca del Parque Hernández para…

1 hora hace

El Nueva Era FS no tuvo un buen día de juego en Murcia

El conjunto melillense de la Segunda División B del fútbol sala masculino nacional del Nueva…

2 horas hace

El Rusadir y la Peña Real Madrid siguen con su liga

Este pasado fin de semana se cumplió la segunda de las jornadas de competición dentro…

2 horas hace