En medio de la pandemia que mantiene en stand by nuestras vidas, muchos de nuestros proyectos personales, aspiraciones, sueños y, sobre todo, nuestros negocios y empleos, me ha sorprendido comprobar que algunos cerebros de esta ciudad continúan activos y han hecho suyo aquel mantra que tanto repetía Rajoy cuando llegó a la Moncloa en medio de la crisis económica de 2011.
En ese momento tuvo que continuar con los recortes iniciados por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, pero él hablaba todo el rato de “mirar hacia el futuro”, más que nada porque el pasado del PP estaba lleno de casos de corrupción en comunidades como Valencia y Murcia. Sea por el motivo que fuese, Rajoy se mantuvo fiel a esa idea de que España es un país con futuro.
El tiempo nos ha demostrado que no era una utopía suya; que él no estaba en una nube y que tenía razón: no necesariamente tropezamos cuando levantamos la vista del suelo. Se puede marchar a buen ritmo con los ojos puestos en el largo plazo.
En esa corriente de esperanza se sitúa la celebración (desde hoy) de unas jornadas locales que debatirán on line en torno al Plan Estratégico a seguir para la recuperación económica de Melilla de aquí a 2029. Justo de estrategia se hablará de aquí al jueves, cuando está previsto abordar el tema de la conveniencia o no de entrar en la Unión Aduanera.
Esa conferencia, que es de las que me interesan personalmente, contará con la intervención de la Consultora para el Desarrollo Exterior Canario (Codexca), la misma que hizo el estudio encargado por el PP de Imbroda, que, todo hay que decirlo, tuvo una oportunidad de oro para avanzar en esa dirección y no lo hizo. Si sólo hubiera dado un primer paso, hoy tendría la superioridad moral necesaria y suficiente para meterle el dedo en el ojo al tripartito. Pero no lo hizo. Se cruzó de brazos y hoy estamos en un punto muerto del que es muy difícil salir.
Hay que recordar que en marzo de 2019, Octavio Mederos, director de consultora, advirtió al Gobierno de la Ciudad del peligro de inflación que la entrada en la Unión Aduanera representa para la economía de Melilla. Si no ha cambiado de opinión, previsiblemente, seguirá diciéndonos que hay tantas ventajas como inconvenientes y que entre esas piedras en el zapato está la subida de precios. Yo, sinceramente, correría el riesgo. Para conseguir resultados diferentes, hay que hacer cosas diferentes. Estamos tan jodidos, que a nada que sople el viento, seguro que nos va mejor.
Sé lo que es la inflación porque la viví en los años 90 en Cuba. Es dura, durísima, pero no mata. Viet Nam sufrió en 2011 una inflación bestial, del 18,6%, con aumentos de precios de hasta el 300%, pero hoy tiene una economía próspera que crece por encima del 6% anual (7,1% en 2018). En su caso, fue un mal necesario, como cuando un médico amputa una pierna para salvar el resto del cuerpo. En el caso de Cuba, bueno, qué os voy a contar, es la excepción que confirma la regla de que siempre se puede estar peor, incluso, infinitamente peor. Hoy es un estado arruinado por los comunistas. Esta gente no falla: economía que tocan, economía que destrozan.
Volviendo a las jornadas sobre el Plan Estratégico de la ciudad y la charla sobre la entrada de Melilla en la Unión Aduanera, el jueves estará también el profesor Miguel Ángel Pérez Castro, un hombre cultísimo al que siempre es un lujo escucharlo. Los que hemos tenido la suerte de tenerlo de profesor en la Universidad, sabemos que con Pérez Castro, el debate siempre promete porque tiene una capacidad, casi sobrenatural, para ir hasta el fondo de los problemas e identificar sus causas y consecuencias con una brillantez que sólo se puede permitir una persona como él, que sabe muchísimo de todo.
En estas jornadas que, aunque no se diga por ninguna parte, llevan el sello de Juan José Liarte, no se hablará sólo de Unión Aduanera. También se abordarán las alternativas al comercio atípico, el régimen fiscal, el Plan General de Ordenación Urbana, el desarrollo en entornos fronterizos, de educación, cultura, turismo…
Es sin dudas, una buena manera de repensar el futuro, de buscar alternativas, de hablar con expertos que tienen una opinión formada sobre lo que podemos hacer para salir del agujero negro en el que estamos.
Creo sinceramente que es necesario grabar estos encuentros y ponerlos a disposición de todos en Internet, especialmente de nuestros políticos. Yo incluso se lo recomendaría como ‘asignatura obligatoria’ a todos los miembros del Gobierno que han tenido las pocas luces de nombrar asesores de partido y profesionales sin experiencia probada en ningún campo que no tienen ni la más remota idea de nada. Ellos, más que nadie, necesitan escuchar a los que tienen algo que decir.
No se puede hacer ciudad y construir una Melilla mejor desde la ignorancia y el convencimiento de que esto se arregla en cuanto nos pongan la vacuna del coronavirus. Hemos tocado fondo y necesitamos encontrar alternativas viables para dejar de ser una pesada carga para el Estado. Debemos apostar por un desarrollo sostenible. No vamos a crecer de hoy para mañana, pero tenemos que ir sentando las bases. Si los expertos piensan y los políticos lo hacen posible, aún estamos a tiempo de hacerlo mejor.
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