Miles de personas quedaron ayer atrapadas a la espera de pasar por la frontera de Beni-Enzar, en dirección a Marruecos. Pasadas las nueve de la noche, las largas filas de vehículos cargados hasta los topes, llegaban hasta la calle del Jazmín, del polígono industrial SEPES, según pudo comprobar este periódico.
Los conductores que aún estaban en territorio español habían llegado a las 15:45 horas en el barco que une Motril con Melilla. Cinco horas después, seguían sin cruzar la frontera y les quedaban por delante entre dos y tres horas de viaje, según comentaron a este periódico.
El problema, tal y como pudo constatar El Faro, no está en la parte española, donde el tráfico es fluído siempre que Marruecos lo permite.
Para entrar en Marruecos, una vez pasada la barrera de Beni Enzar, hay tres carriles que terminan convirtiéndose en uno. Se monta el embudo de esa parte y los policías nacionales de Melilla no pueden agilizar el paso, porque el tapón está del otro lado.
Sin embargo, los viajeros protestan por las largas colas del lado español, tocando el claxon. En cuanto entran en territorio marroquí se acaba el concierto.
“Llevamos niños con fiebre y no tenemos forma de darles agua. Ni siquiera Cruz Roja ha previsto este atasco”, dijo un pasajero magrebí a este periódico.
La explanada que montó el Ayuntamiento de Melilla es sólo eso, una explanada. No tiene ni aseos, ni agua.
Ayer pasaron por la frontera de Beni Enzar en dirección a Marruecos unas 5.000 personas, según comentaron a El Faro personas que trabajan en la zona.
A las largas colas hay que sumarle las altas temperaturas registradas en Melilla en el día de ayer. La mayoría de los viajeros, que ayunan por el Ramadán, soportan una situación “extrema”.
Lo peor, dijo una persona que trabaja en la zona, es cuando llega la hora de comer. En la parte marroquí se para la cola y el atasco va a peor porque se juntan los vehículos llegados a Melilla en barcos distintos.
“Nos hacen esperar durante horas para que no cojamos el barco de Motril que es el más barato y vengamos por Nador”, enfatizó uno de los viajeros consultados por este periódico.
Basura, leche y frutas
En los alrededores del paso fronterizo de Beni Enzar abundan los puestos ambulantes de frutas, leche y zumos. También la basura. La hay a montones.
La Policía controla el tráfico de coches en dirección a Marruecos en la frontera y al inicio del polígono industrial Sepes.
Para entrar a Melila ayer no había colas de coches procedentes de Marruecos, pese a que aún estamos en la fase de retorno de la Operación Paso del Estrecho ya que según fuentes de la Dirección Provincial de Protección Civil, este año ha aumentado el número de viajeros que deciden regresar a la península a través del puerto de Melilla.
“Esta cola es inhumana. Llevamos niños. Somos personas. No hay nadie repartiendo agua y ayudándonos”, concluyó uno de los atrapados en el atasco de ayer en Beni Enzar.
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