Aunque quedase prohibido salir a la calle, a excepción de aquellas que tuvieran que ir a trabajar o de fuerza mayor, muchas personas hicieron caso omiso .
Según informaron desde la Ciudad Autónoma, entre el domingo y el lunes se realizaron 78 denuncias en total, a expensas de saber el número del martes también.
Así pues, el domingo fueron 20 y el lunes, primer día laboral desde que se decretó el estado de alarma, fueron 58.
Controles
El Faro fue testigo de cómo desde el domigno se informaba a la ciudadanía de que se debía guardar cuarentena en casa, a no ser que se debiese acudir al trabajo, realizar la compra o cuidar de un familiar enfermo y de que se podía sancionar si no ce cumplía dicha norma.
Los agentes han estado parando tanto a vehículos como a grupos de transeuntes para inquirir sobre el por qué de su presencia en la vía pública.
Además, la Ciudad Autónoma ordenó en el Boletín Oficial de Melilla que se debe guardar un espacio de dos metros entre cada persona a la hora de ir a la compra.
El incumplimiento de las medidas incluidas en el decreto que declara el estado de alarma ante la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 puede acarrear para los ciudadanos desde multas de 100 euros hasta pena de 3 meses de cárcel por un delito de desobediencia y de 4 años por atentado a la autoridad o de hasta 60.000 por conductas que pongan en grave riesgo la salud de la población.