Durante la jornada de ayer se registraron tres nuevas cancelaciones en los vuelos que cubren la ruta Melilla-Málaga. Las causas, esta vez, meteorológicas dieron al traste con las expectativas de cientos de personas que confiaban en llegar a su destino a tiempo. Especialmente desesperante fue para los pasajeros de uno de los vuelos, que llegó a rozar el suelo de Melilla para emprender el regreso a Málaga ante la imposibilidad de aterrizar.
La situación de las comunicaciones aéreas de nuestra ciudad se ha tornado dantesca. No existe ninguna seguridad en que se cumpla el compromiso que la aerolínea, en este caso Air Nostrum, ha adquirido con nosotros tras pagar religiosamente nuestro pasaje y la incertidumbre es la tónica habitual tanto en los viajes de ida como en los de vuelta. La vorágine de anulaciones y retrasos en la que hemos entrados desde el verano afecta a todos los ámbitos de la ciudad, desde lo más personal hasta a los negocios, generando unas perdidas morales y económicas importantes.
Las autoridades deben resolver el problema, ya sea tratando directamente con la compañía o a través del ministerio de Fomento para que la situación se solucione de una vez por todas y las líneas que unen Melilla con la península sean al menos tan confiables como las que cubren el resto de rutas en el territorio nacional.
Y Air Europa, si lega?
Eso ya es de traca.
La pregunta es ¿ Porqué una sí llega y la otra no?
No quisiera pensar que lo están haciendo a propósito.