Opinión

Melilla y el desplante a los mayores

ME Araceli Hidalgo, de 96, años, ha sido la primera española vacunada contra la Covid en toda España. Ella es usuaria de la residencia de mayores Los Olmos, de Guadalajara. En Murcia, también han empezado por los asilos de ancianos y Josefa Martínez, de 83 años ha abierto la tanda de inyecciones. En Málaga, la pionera fue Eugenia, de 88 años, en la residencia El Palo. En Galicia, Nieves Cabo, de 82 años, de la residencia Porta do Camiño.

Busques donde busques, en todas partes de España los mayores fueron prioridad para las autoridades locales. Menos en Melilla.

En todas partes entendieron que se trata de un acto simbólico. Hay un criterio unánime a favor de enviar a nuestros abuelos y abuelas un mensaje claro: ellos son hoy nuestra prioridad. Aquí en Melilla nos desmarcamos para dar la nota.

En nuestra ciudad, la primera vacunada ha sido Rosa María Yebra, una empleada de la residencia de Mayores de la Ciudad. En cuestiones de símbolos no lo tenemos tan claro. Aquí por delante de los mayores hemos puesto al personal sanitario y sociosanitario del Centro Polivalente de Servicios para Personas Mayores.

Está claro que la plantilla de las residencias son prioritaraos, pero nunca, nunca, nunca, pueden estar por delante de los mayores, que son los que más han sufrido la pandemia en todo el mundo.

Los ponemos por delante porque nos importan y porque necesitamos que sepan que todo lo el sacrificio que han hecho por España vale la pena. Sabemos que lo saben, pero nunca sobra un ‘te quiero’. Nunca está de más una muestra de cariño.

Tengo entendido que en el Gobierno de la Ciudad no todo el mundo sabía que la vacuna llegaría a Melilla este domingo. De hecho, llamaron desde televisiones nacionales y aquí nadie sabía nada. Para variar, el tema de la vacuna, que depende de la Dirección provincial del Ingesa, se llevó con un secretismo infame que no merece la prensa de esta ciudad.

No querían que supiéramos que en lugar de empezar a vacunar por la residencia de mayores, que depende de la Ciudad Autónoma, se barajó empezar por el Imserso, que depende del Gobierno central, para capitalizar la foto.

Sí, aquí se está haciendo política con la COVID. Y por eso la falta de tacto de iniciar la vacunación por el personal sanitario y sociosanitario y no por nuestros mayores. Los mismos que con sus pensiones mantuvieron este país en pie durante la crisis del 2008. Les debemos tanto. Les debemos mucho.

Pero en Melilla no ha pesado, ni siquiera, ese respeto que en la religión musulmana despiertan los mayores. No lo han visto claro y por eso hoy somos la excepción del país: un grano en el culo de España.

Vuelvo y repito, no estoy en contra de que vacunen a los trabajadores de las residencias. Son personal de riesgo y tienen que ser vacunados, pero nunca, nunca, por delante de los mayores. Es feo. Es sencillamente torpe.

No todo vale en política. Y ahí están esas encuestas que dan de 10 a 11 diputados a CpM, 9 a PP y 3 a PSOE. La gente no es tonta y no está por la labor de premiar el sectarismo y la ambición de poder de ineptos y ineptas que están haciéndonos pagar caro nuestras ganas de regenerar democráticamente a Melilla.

Tras veinte años de Imbrodismo, merecíamos mucho más. Algunos, evidentemente, no han estado a la altura del momento histórico que les ha tocado vivir. Con Marruecos a la ofensiva, necesitamos partidos fuertes, sin sombra de caciquismos ni enchufismos. Sólo desde la honestidad se puede hacer frente a un Gobierno (el de Rabat) que hará cuanto esté en su mano para arrodillarnos.

Ha sido una torpeza desaprovechar la oportunidad de enviar este domingo un mensaje claro a nuestros mayores. No vale con decirles que nos importan. No quiere más quien más lo repite. Desmarcarnos del resto del España ha sido un resbalón imperdonable.

Juan Vivas, presidente de Ceuta, elogiaba el hecho de que se hubiera podido empezar la vacunación en las ciudades autónomas a la par que en el resto del territorio nacional y europeo. En la vecina ciudad empezaron por los mayores de la Residencia Nuestra Señora de África. No es que lo hayan bordado, teniendo en cuenta que los primeros vacunados han sido el director del asilo y uno de los residentes, de 81 años. Pero han tenido el tacto de vacunar a los dos a la vez. No hubo nadie por delante de un mayor. Allí siguen la onda española. Aquí estamos pensando en los pajaritos de colores y en que la foto lleve un signo político.

Es lamentable a la par que ridículo. Lo de Melilla, señores, no tiene nombre. No se puede cagarla con tanto ímpetu. Por favor, párense a pensar dos veces. No es normal que toda España haya empezado por las residencias y nosotros por otra parte. No es normal. Los símbolos no se pisotean.

Eso es algo que tenemos que interiorizar muy bien en esta tierra. Los símbolos se respetan.

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